Se encuentra en Gran Canaria pero está alejado del turismo masivo y los grandes complejos turístico. Este pueblo se ubica en un rincón que parece que el tiempo quiso detener, una pequeña aldea blanca enclavada al municipio de San Bartolomé de Tirajana, se presenta como un ejemplo vivo del patrimonio arquitectónico y cultural tradicional de Canarias, envuelto en un paisaje natural que sorprende al turista cuando lo pisa por primera vez y que no deja de asombrar al residente.

Conocido como el “valle de las mil palmeras”, este caserío situado entre barrancos ofrece una estampa inconfundible: casas blancas de piedra, calles empedradas y balcones de madera que reflejan la esencia de la arquitectura rural isleña. Su entorno, marcado por un contraste de riscos, palmerales, pinos y una vegetación autóctona exuberante, lo convierte en uno de los pueblos con más encanto del Archipiélago.

Las viviendas tradicionales de Canarias, presentes en Fataga, están influenciadas por las distintas culturas que poblaron las islas tras la Conquista. En la zona, aún se conservan ejemplos de los cuatro modelos más representativos: casas cueva, casas de arrimo, viviendas adosadas y casas aisladas.

¿Qué ver en Fataga?

Entre los atractivos principales de Fataga destaca su iglesia, dedicada a San José, su antiguo molino de agua -símbolo de la vida agrícola que un día predominó en la zona- y su pequeño museo etnográfico, donde se preservan objetos y relatos de la vida rural. A esto se suman varias tiendas artesanales y restaurantes que, aunque más orientados al turista, mantienen la autenticidad de los sabores y productos locales.

Una de las actividades más singulares del pueblo es la excursión en camello por el barranco, una experiencia que permite disfrutar del paisaje desde una perspectiva diferente, recorriendo senderos que cruzan zonas casi vírgenes. La ruta atrae a turistas interesados en la naturaleza y en la fotografía de paisajes.

Otro punto imprescindible es el Mirador Degollada de las Yeguas. Desde este lugar privilegiado, tanto de día como de noche, se puede contemplar la inmensidad del barranco y el cielo estrellado, gracias a los bajos niveles de contaminación lumínica de la zona. Este mirador es frecuentado por astrónomos aficionados y amantes de la naturaleza, y es considerado uno de los mejores puntos para observar las estrellas en la isla.

¿Cómo llegar a Fataga?

El recorrido hacia Fataga desde Maspalomas, a tan solo 20 kilómetros de distancia, ya anticipa la belleza del destino. La carretera GC-60 ofrece vistas espectaculares del barranco homónimo, declarado uno de los lugares naturales más singulares de la isla. Desde Las Palmas de Gran Canaria, el trayecto se extiende por unos 66 kilómetros, atravesando paisajes contrastantes en una ruta de aproximadamente una hora.