Medio Ambiente
La población de Águila Imperial y Buitre Negro prospera en Castilla y León
La monitorización y corrección de la mortalidad provocada por la colisión o electrocución en tendidos eléctricos y la mejora de la ordenación forestal, entre las causas de este aumento de ambas especies protegidas
El Águila Imperial y el Buitre Negro, dos especies protegidas, han aumentado su población de manera significativa durante los últimos años en Castilla y León.
Entre las causas de este incremento, las medidas puestas en marcha para evitar el choque y la electrocución en tendidos eléctricos, además de la aplicación de iniciativas tendentes a favorecer la procreación y la presencia de parejas o la práctica de una selvicultura acorde a la conservación de ambas especies así como la mejora de la ordenación forestal en montes públicos y privados.
Al respecto, la Comunidad presenta más de un millón de hectáreas de territorio con documento de planificación forestal, de las cuales, 775.045 son gestionadas por la Junta y el resto son montes en régimen privado.
Al menos así se desprende del último informe de seguimiento del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León publicado para cada una de estas especies, realizado a partir del trabajo de técnicos, agentes medioambientales y celadores de medio ambiente con el apoyo técnico de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León.
Un pormenorizado estudio en el que se revela que se ha detectado la presencia del Águila Imperial en 130 zonas de las provincias de Segovia (47), Ávila (43), Valladolid (27), Burgos (6), Palencia (3), Salamanca (3) y Zamora (1), con un aumento notable de su área de distribución.
Las parejas censadas fueron 597, frente a las 134 de 1991, con arreglo a la siguiente distribución: Ávila (269), Burgos (15), Salamanca (120), y Segovia (193).
Mientras que en el caso del buitre negro, de las casi 600 parejas localizadas, 471 se sitúan en montes catalogados de utilidad pública, por 126 territorios en los de régimen privado.
Los ruidos, la actividad humana, determinadas prácticas agrícolas y los tendidos eléctricos, unido a la exigua población de roedores, liebres y conejos en el caso del Águila Imperial, y de pocos muladares, en el del Buitre Negro, son algunas de las principales amenazas para ambas especies.
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