Gastronomía

Este templo de la hostelería es el mejor restaurante de España para comer lechazo

Según un ranking elaborado por la página web "TasteAtlas"

Horno en el que se asa el lechazo en la Parrilla de San Lorenzo
Horno en el que se asa el lechazo en la Parrilla de San LorenzoParrilla de San

Uno de los principales manjares que existen en España es el lechazo. Un alimento que cada vez tiene más adeptos por su extrema calidad, que hace que el que lo prueba por primera vez repita. La fama de este asado típico hace que las principales publicaciones de viajes haga encuestas sobre el mejor restaurante en el que se puede comer este alimento. En esta ocasión ha sido la página web "TasteAtlas", que recoge valoraciones de los principales críticos gastronómicos, como es el caso de Juan Carlos Cano, que asegura sobre el establecimiento que ocupa el primer puesto del ranking, que "cuenta con un buen lechazo, probablemente el más visitado de la capital vallisoletano", que es donde se encuentra este templo de la restauración.

Y es que como no podía ser de otra manera, el mejor restaurante para comer lechazo se encuentra en Castilla y León. Y es que es esta Comunidad Autónoma es la primera productora y la que cuenta con una mayor oferta. Además, cuenta con una receta muy sencilla. Con un buen cordero lechal, de entre tres y cuatro kilos, aceite de oliva, agua y sal, junto a un buen horno, si puede ser de leña mejor, cualquiera puede disfrutar de uno de los principales manjares de la cocina española.

Por todo ello el mejor restaurante del mundo para disfrutar del lechazo está en Valladolid, y no es otro que “La Parrilla de San Lorenzo”. Situado en los bajos del «Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana» de la capital vallisoletana abrió sus puertas en el año 1988 para ofrecer a sus clientes una variada carta con productos de primera calidad, entre los que destaca el lechazo.

Este templo de la gastronomía cuenta con galerías únicas con un ambiente donde el comensal se encuentra rodeado de obras, objetos y realizaciones artísticas. En este referente de la gastronomía vallisoletana se podrá degustar el auténtico lechazo con sello de garantía de calidad y origen, elaborado a fuego lento en su horno con leña de encina. Toda una experiencia para el paladar. El lechazo auténtico debe haber tenido como única alimentación la leche materna, lo que garantiza una carne tierna y jugosa. Cuenta con diversos distintivos que aseguran y certifican el uso de una materia prima excelente, una elaboración cuidada y un servicio de calidad.

 

Y es que se trata de un “Restaurante de la Tierra”, distinción otorgada por Tierra de Sabor. Sello que certifica el uso de productos de primera calidad con sello y garantía Tierra de Sabor.

Además, asa la mejor materia prima, de primerísima y certificada calidad, en sus hornos de leña, a fuego lento y con leña de encina. Al más puro estilo tradicional, que le confiere un sabor inigualable.

Su lechazo también cuenta con el sello de Indicación Geográfica Protegida (I.G.P) Lechazo de Castilla y León, certificado de calidad y origen. Procede exclusivamente de las mejores razas y cruces entre éstas: churra, castellana y ojalada.

En segundo lugar se encuentra el “Restaurante Botín”, de Madrid. Se trata de una “Casa” fundada en el año 1725, con lo que se le considera el más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Records y uno de los referentes de la mejor cocina tradicional en Madrid.

La revista Forbes le reservó el tercer puesto entre los 10 mejores restaurantes clásicos del mundo, a la Casa y a sus dos especialidades, los deliciosos cochinillos y corderos asados al estilo castellano. Poco a poco, lentamente, corderos y cochinillos se van dorando a los calores y la respiración pausada y solemne del viejo horno, alimentado con leña de encina. Un horno que ha permanecido en funcionamiento desde su fundación bajo la atenta mirada de los maestros horneros y los expertos cocineros que llevan toda la vida en la Casa.

 

Estas leñas y sus brasas, estratégicamente colocadas a la izquierda del fogón, reparten armónicamente el sabor de la sal, pimienta, agua, manteca de cerdo, vino blanco, laurel, cebolla y ajo por todas las piezas, cochinillos y asados.

El podio lo completa el "Restaurante Terete", de Haro: Corría el año 1.877 cuando Alberto Andrés Alonso, se dedicó a comercializar el ‘hado’ del que Dios le dotó en el arte de asar corderos y acompañar este exquisito manjar con ‘un vaso de bon vino’.

Inaugura entonces Casa Terete, horno de asar, restaurante, carnicería y tienda de vinos. En la tercera generación, Carmen y Cristino Andrés tomaron el relevo seguidos de Alberto Andrés y María Teresa Rodrigo. En la actualidad después de un siglo, la quinta y sexta generación de los ‘Terete’ mantiene viva la raíz de la familia conservando el mismo arte en la elaboración de su carta

Sus especialidades son como entrantes la menestra como plato estrella. La alcachofa se obtiene de la zona de Calahorra y la acelga, vainas, guisantes y champiñones de la huerta de Haro, siempre acompañadas de una salsa de casera.También los menudillos al horno, así como los cocidos caseros gozan de una gran aceptación entre nuestros clientes.

 

De segundo plato, sin lugar a dudas, el cordero. Un cordero lechal de La Rioja de no más de veinticinco días, elegidos personalmente en los corrales y asados lentamente en el antiguo horno de leña, sin más secreto que una buena carne joven y tierna asada poco a poco y con mucho cariño.

Para terminar se pueden degustar la gran variedad de los postres caseros.

El cuarto lugar lo ocupa uno de los establecimientos más emblemáticos de España, la “Casa Ojeda” de Burgos: Fue fundada en 1912 y sigue siendo referencia nacional e internacional por su buen hacer a lo largo de tantos años, y un referente para disfrutar del lechazo. Su tienda también de reconocido prestigio entre tiendas delicatessen de nuestro país, ofrece una gran variedad de productos gourmet, así como una gran selección en productos de pastelería de elaboración propia.

En el quinto lugar se sitúa el “Asador de Aranda”, de la localidad burgalesa de Aranda de Duero: En este Imperio del cordero lechal, el cliente se puede encontrar un lechazo asado superior elaborado en horno de leña como manda la tradición.

La experiencia de sus maestros asadores no deja lugar a dudas pero, también podemos encontrar chuletones de gran calidad, pescados, guisos caseros y otras carnes.

Otro emblemático establecimiento de Castilla y León ocupa el sexto lugar. No es otro que el Restaurante “José María”, en Segovia, que aunque su principal especialidad es el Cochinillo, como no puede ser de otra manera, al estar en la capital segoviana, ofrece un cordero lecha de primera calidad.

 

El séptimo lugar lo ocupa otro establecimiento burgalés, la “Casa Brigante” de Lerma: Este asador fue fundado en abril del año 2000 esta situado en una de las casas porticadas de la plaza ducal de Lerma, junto al parador de turismo. Es una casa que data de mediados del siglo XIX. Antiguamente fue una botica. Hoy en día ha sido restaurada para convertirla en restaurante conservando la estructura y la división original.

Aunque la carta es más amplia, su especialidad es el lechazo asado en horno de leña. El horno esta situado en el comedor principal a la vista de los comensales. El éxito de nuestra casa radica principalmente en la cuidada selección de las materias primas utilizadas. Solo una meticulosa búsqueda de lechazos de raza churra de la zona, hace posible que obtengamos el mejor asado para nuestros clientes. Nuestra intención es ofrecer además del mejor asado, un trato personal y un ambiente familiar.

El nombre del restaurante hace referencia a la novela de Pío Baroja “El escuadrón del Brigante” y esta dedicado al recuerdo de los guerrilleros de Lerma y su zona, que lucharon en la guerra de la Independencia. Esto le imprime un carácter original y especialmente atractivo para los amantes de la historia porque de nuestras paredes cuelgan gran variedad de elementos de esta época, especialmente sables utilizados en aquella contienda que marco el comienzo de la nación española moderna.

Continuamos en Burgos, para viajar hasta Aranda de Duero para ir la “Lagar de Isilla”, que ocupa el octavo lugar: Está situado en el centro de Aranda de Duero, en la calle más céntrica de la ciudad: C/ Isilla Decoración típica castellana con viga de lagar, antigüedades y mesas hechas con trillos En la barra se pueden degustar, por copas o botellas, muchos de los vinos de la Ribera del Duero y una gran variedad de tapas y raciones. El plato más típico es el lechazo asado.

En el noveno lugar se encuentra un establecimiento de la capital de España, “La Posada de la Villa”: Allá por el siglo XVII, en la Cava Baja, se encontraba el único Molino de Harina de Madrid, que pasó a convertirse en 1.642 en la primera Posada de la Corte, al amparo de las murallas árabes, donde se daba comida y aposento a todos los viajeros que llegaban a Madrid.

En 1980 fue cuando, vencida por el paso del tiempo y amenazada de ruina, fue rescatada tras 2 años de minuciosa restauración, por un enamorado de Madrid y del oficio hostelero, D. Félix Colomo para que continuara en pie y se convirtiera en Horno de Asar. En La Posada de la Villa se han dado cita personajes muy conocidos pertenecientes al mundo de la política, cultura, arte y deporte, así como el más distinguido público de todas la regiones de España y del mundo entero. Sus sillas llevan inscrito el nombre de todos aquellos que tuvieron a bien disfrutar de la excelente comida de esta Posada, entre los que destacan sus asados.

Gracias a su larga y fructífera trayectoria, se le han otorgado multitud de premios y condecoraciones, entre ellas pertenecer a la distinguida Guía Michelín, el Gran Collar Gastronómico Internacional, Premio Nacional de Gastronomía Internacional, el Chaine des Rotisseurs, y tener el gran honor de ser reconocido por el Ayuntamiento de Madrid, como Comercio Centenario por excelencia empresarial al ciudadano.

El ranking de "TasteAtlas" tiene el privilegio de cerrarlo otro restaurante de la provincia de Valladolid, el “Mannix”, en Campaspero: Entre Peñafiel y Cuéllar, en plena Comarca de La Churrería, se encuentra uno de los grandes templos del lechazo, quizá el más señalado y elogiado por los “expertos” en asadores. En este pueblo famoso por su roca caliza, presente en multitud de edificios de la zona, llevan cinco generaciones asando lechazo de oveja, claro está, churra.

 

Tienen tres hornos y lo asan a la manera tradicional, en leña de encina, con su “tela” primero boca arriba y luego boca abajo, consiguiendo cuartos bien churruscados por fuera y asombrosamente tiernos y sabrosos por dentro.