Naturaleza
¿Qué se necesita para ir a recoger setas y llenar la cesta?
El otoño invita a salir al campo a buscar el producto estrella de la tierra en esta época sobre todo boletus o níscalos, que son los más codiciados.
Con la llegada del otoño oficialmente este sábado pasado, se abre una nueva temporada para la recogida de setas y hongos en los montes y bosques de toda España, en general, y en Castilla y León, en particular, donde se augura una buena campaña debido a las abundantes lluvias caídas en las últimas semanas, que han provocado la fructificación de los primeros boletus -una de las setas reina del otoño- en varios puntos de la Comunidad, a lo que hay que sumar las suaves temperaturas que se están registrando y que también ayuda.
Recoger setas se ha convertido en los últimos años en una actividad turística y familiar, que ha experimentado un importante auge, por cuanto permite a los que se adentran en este mundo disfrutar de la naturaleza y al aire libre, además de hacer ejercicio. Y es que la micología, aunque no requiere de esta en forma físicamente, es una actividad en la que hay que madrugar y patear muchas horas el monte.
Y el otoño invita a salir al campo a buscar setas y hongos, sobre todo boletus o níscalos, que son los productos de la tierra más codiciados.
Los recolectores ya se apresuran para salir al monte para recoger los suculentos productos micológicos que se esconden bajo tierra, en prados y caminos, junto a pinares, robledales, encinas o coníferas, que son los lugares donde suelen brotar las setas, el producto estrella de esta estación.
Para tener una buena jornada micológica, lo primero y más importante es saber a qué se va al monte, como paso previo para conocer también donde hay que ir. Y es que el buen recolector ha de tener en cuenta varias cuestiones antes de echarse la manta a la cabeza. De hecho, dicen los expertos que una cosecha demasiado variada y colorida delata al principiante o al que carece de conocimientos micológicos, mientras que la prudencia y la observación, pero también la humildad, la curiosidad y el mimo a la naturaleza son aspectos que, junto a la paciencia y la fortaleza mental, delatan al "setero" experimentado.
Otro de los aspectos importantes que se recomienda a la hora de salir a por setas, es no salir al monte solo sino acompañado y, si es posible, con un móvil con la batería cargada y a tope de la mano, por si las moscas, ya que la naturaleza es imprevisible y cualquier precaución es poca.
La indumentaria y el material son también fundamentales para que la jornada micológica resulte extraordinaria. Y dos son los elementos imprescindibles que un recolector que merezca tal nombre no debe olvidar en casa: la cesta y la navaja o el cuchillo. Sin ellos es imposible cuajar una buena faena pero, además, son vitales para no hacer un destrozo a la naturaleza y mantener vivo el Medio Ambiente.
La ropa y el calzado es un aspecto importante, aunque no lo parezca, cuando del monte se trata. La comodidad es lo primero pero también que se trate de ropa práctica, que permita libertad de movimientos como camisetas elásticas, chalecos sin mangas, pantalones impermeables y con muchos bolsillos, ropa de abrigo también resistente al agua. Y e cuanto al calzado, los zapatos definitivamente deben ser resistentes al agua y preferiblemente que lleguen al menos a la altura del talón.
La cesta no solo sirve para almacenar los productos que el recolector va recogiendo, sino que, además, es trascendental porque ayuda a esparcir esporas mientras se recorre el monte y que las setas vuelvan a crecer en la próxima temporada, además de que favorecen que se airee el producto evitando que las setas se descompongan. Las más habituales y tradicionales son las de mimbre, pero también las hay de malla, tela de rejilla o nylon que cumplen igualmente su función de transportar el producto e inseminar el campo.
La navaja setera está especialmente diseñada para hacer más fácil el corte por el tallo sin dañar el micelio y conseguir que no se haga daño al hongo. Las hay de varios tipos, desde un cuchillo con cepillo hasta una navaja tranchete para recoger níscalos o setas de cardo principalmente.
Otro de los utensilios que se recomienda llevar al monte es el pincel, ya que este permite sacar la tierra de la zona del tallo y ayuda a ir liberando las esporas en el espacio donde estaba originaria el ejemplar de seta.
Las mochilas , más conocidas como fungimochilas, son importantes también, ya que, al igual que las cestas, también favorecen la dispersión de las esporas. De hecho, se desaconseja y se rechaza el uso de bolsas para el transporte de las setas por este motivo. Además, destacan los refuerzos laterales que ayudan a proteger los productos micológicos recogidos.
La mochila permite también el uso de un bastón de montaña, otra herramienta útil para salir al campo y recoger los hongos, ya que reducen el cansancio y ayudan en las subidas y bajadas por el monte.
Finalmente, el buen recolector de setas siempre llevará encima una guía, aunque se sea un experto., para evitar una posible intoxicación que puede llegar a ser fatal, ya que muchas especies se parecen y pueden llegar a confundirse.
Hay otros utensilios que se usan pero que no son tan necesarios aunque pueden ayudar, como es el caso de los termómetros de suelo, ya que hay setas que sólo nacen cuando la temperatura del suelo alcanza una determinada temperatura y con este aparato se puede saber; las balanzas, para conocer exactamente la cantidad recolectada; los pluviómetros digitales, para medir la cantidad de agua caída; los microscopios para ampliar conocimientos; de los medidores de PH para saber el grado de acidez de una determinada zona; o de las estaciones meteorológicas de para conocer todas las variantes climatológicas, pluviometría, temperatura e incluso la velocidad del viento.
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