Cultura

El otro Delibes: "Sus personajes nos privaron de tener un abuelo más cercano"

"Sus personajes nos privaron de tener un abuelo un poco más cercano en determinados momentos, de un tiempo más que preciado, y tuvimos que verlos como unos amigos más o miembros de la familia, pero nos pareció sensacional", asegura Germán Delibes Caballero

Germán Delibes Caballero
Germán Delibes CaballeroFundación Miguel DelibesFundación Miguel Delibes

La Desi, el Azarías, El Nini o Cipriano Salcedo no sólo fueron algunos ilustres inquilinos de la galería de personajes de Miguel Delibes, sino en ocasiones miembros de la familia del propio escritor cuyos hijos y nietos tuvieron que compartir con ellos el escaso tiempo de que aquél disponía.

"Sus personajes nos privaron de tener un abuelo un poco más cercano en determinados momentos, de un tiempo más que preciado, y tuvimos que verlos como unos amigos más o miembros de la familia, pero nos pareció sensacional", dice en una entrevista con EFE Germán Delibes Caballero, nieto y compañero de cuadrilla del narrador.

Él mismo probó de ambas cosas, ya que fue un personaje más en la obra de su abuelo como sucede en "El último coto" (1992), donde el novelista relata sus últimos años como cazador dentro de la cuadrilla de la que formaba parte el segundo de sus dieciocho nietos, hijo del prehistoriador y arqueólogo Germán Delibes y de Pepi Caballero, secretaria del escritor durante casi tres décadas.

El abuelo Delibes

Todo ello lo cuenta Delibes Caballero (Valladolid, 1973) en el libro titulado "El abuelo Delibes" (Destino), una inédita y singular perspectiva sobre la dimensión humana del novelista como padre y abuelo, lejos de los focos, de la fama y que en sus ratos libres disfrutaba con la familia, principalmente durante las vacaciones.

"Mi abuelo tenía una imagen pública de un hombre huraño, serio, de escasas habilidades sociales pero faltaba esa otra visión suya, más familiar, cercana, amable, ese Miguel Delibes pletórico en jornadas de caza o familiares: ahí era completamente distinto", afirma este profesor de Educación Primaria en Nava del Rey (Valladolid), que imparte clases en un colegio que lleva el nombre de su abuelo.

Y todo eso "solamente lo hemos vivido la familia, por eso este libro aporta una visión inédita, desconocida, es como una biografía, el libro que faltaba sobre él" después de tantos análisis, tesis doctorales, estudios y reflexiones publicadas sobre su trayectoria literaria, añade.

El otro Delibes

Delibes caballero, como portavoz del sentir y pensar de sus primos y hermanos, dibuja a una persona con carácter, entregado al trabajo con rigor y disciplina, celoso de su vida privada, que no soportaba las injusticias sociales y muy solidario como demostró con los donativos que dejó en su testamento para organizaciones como Manos Unidas, Unicef y Asprona.

Esta una más de las numerosas anécdotas o detalles de un libro que reconstruye el lado más íntimo del escritor desde los ojos de la tercera generación, de un abuelo atípico y diferente: "Era mi ídolo y un referente", añade el autor de esta evocación.

"Fue un abuelo totalmente diferente y no podía tener tanto tiempo pero con sus pasiones (caza, tenis y ciclismo) mostraba su lado más afable y humano", afirma el hijo de Pepi Caballero, de la secretaria y persona que más y mejor descifraba la enrevesada caligrafía del Cervantes y que, al transcribir las cuartillas manuscritas, era la primera, antes que nadie, en conocer cada nuevo proyecto literario.

Grandeza

A los doce o trece años, agrega Delibes Caballero, "no te das cuenta del abuelo que te gastas: luego más tarde sí cuando en el colegio estudiábamos literatura y veías su foto en los libros, ahí es donde percibí la grandeza del que teníamos pero no era fácil asimilarlo", apostilla.

Más tarde, en 1994 al asistir junto a otros nietos a la entrega del Premio Cervantes, se dio cuenta de la verdadera dimensión del personaje y de las razones por las cuales no pudo, al igual que sus primos y hermanos, haber disfrutado mucho más de un abuelo "al uso".

De ahí la dedicatoria de este libro de anécdotas, emociones y sensaciones evocadas entre todos los nietos: "(...) A la tercera generación Delibes, que tuvo a bien compartir abuelo, entre otros, con el Azarías, Pacífico Pérez o Cipriano Salcedo".