Curiosidades
El pueblo español más perturbador y maldito por excelencia
España está llena de lugares misteriosos y tenebrosos en los que se han producido hechos paranormales que ponen la piel de gallina al más valiente de los mortales
España está llena de lugares misteriosos y encantados en los que se han producido hechos extraños e incluso escalofriantes en sus siglos de historia. hay casos de viviendas embrujadas habitadas por duendes, fantasmas, trasgos e incluso por el mismo demonio que aterrorizaban a los inquilinos obligándoles a marcharse de allí.
Hablamos de palacios, casonas, mansiones, castillos, antiguos sanatorios o manicomios donde se acogía a los locos, tullidos o personas con enfermedades incurables, pero también de pueblos enteros, más pequeños o más grandes, en los que han habitado personas de todas las clases sociales, porqu el miedo no entiende de estas cosas, en los que solo el hecho de acercarse a ellos pone los pelos de punta hasta el más valiente y pintado de los mortales si se rasca un poco en su intrahistoria.
El caso más conocido es, quizás, el de la localidad jienense de Bélmez de Moraleda, y más en concreto la vivienda situada en el número 5 de la calle Real del municipio, donde se encuentra uno de los lugares más misteriosos de España desde principios de los años 70, cuando comenzaron a aparecer extrañas humedades con forma de rostros en las paredes, que han llevado en estas décadas a numerosos expertos e investigadores a intentar conocer lo que allí ocurre. Aunque algunas que han ido surgiendo se demostraron falsas, todavía no se ha desvelado el misterio de los rostros de la casa de María Gómez Cámara.
Otro lugar conocido y tenebroso es Zugarramurdi, en la Comunidad Foral de Navarra. Un municipio popularmente famoso por el proceso de Inquisición dedicado a la caza de brujas que vivió a mediados del siglo XVII. De hecho, más de una treintena de supuestas hechiceras fueron juzgadas y varias no superaron el auto de fe que se llevó a cabo en las conocidas cuevas de Zugarramurdi. en cuyas húmedas paredes todavía parecen manar los llantos de las condenadas.
En la provincia de Zaragoza hay otro pueblo escalofriante: Belchite, escenario de uno de los episodios más sangrientos de la Guerra Civil Española, que sufrió un duro asedio durante el verano de 1937 a manos de las fuerzas republicanas. Cientos de personas, entre vecinos y combatientes, perdieron la vida en las apacibles calles de esta localidad, y se cuenta que aún se escucha el silbido de los bombarderos atacando e incluso los gritos de dolor y angustia entre las paredes de algunos edificios de quienes estaban allí.
Castilla y León también tiene su lugar maldito y perturbador. Se encuentra en la provincia de Burgos, y más en concreto en el Condado Treviño, un enclave burgalés en terreno alavés.
Escondido entre la maleza se esconden las ruinas del pueblo de Ochate, un fantasma de ladrillo ubicado a una treintena de kilómetros de Miranda de Ebro, a mitad de la antigua Ruta del Vino y del Pescado que unía la Rioja Alavesa con el Mar Cantábrico, y rodeado de arbustos que sigue atrayendo cada año a cientos de personas fanáticas de lo paranormal por las numerosas leyendas y mitos que se cuentan de este terrorífico lugar.
Una población, parada obligatoria de una de las grandes rutas comerciales del norte de la Península, que ha padecido epidemias desde el Medievo, aunque con especial hincapié en el siglo XIX (viruela (1860), tifus (1864) y cólera (1870), que aniquilaron a la población.
También ha sido un territorio proclive a los asesinatos, como el de uno de los últimos pastores que quedaba en la zona en la década de los años 30 del pasado siglo a manos de otro pastor, Jacinto Ramírez, un vecino violento y pastor también, con el que mantuvo una disputa. En Ochate también desapareció su párroco, Antonio Villegas, cuando iba de camino a la ermita y del qu enunca más se supo.
Y también se dice que en este lugar se han producido numerosos avistamientos de Ovnis, sobre todo en los años ochenta del siglo pasado, si bien es cierto que estos se demostró después que habían sido falsos, lo que no impidió que la fama de lugar tenebroso se expandiera por Ochate. Según contaba un artículo de la revista "Mundo desconocido" en 1982, basado en un testimonio de Prudencio Muguruza, un fogonazo de luz habría caído sobre la ermita de Burgondo. Sus fotos llegaron a la NASA, donde se calificó a este halo de luz como un ovni.
Ochate ha sido escenario también de rituales de magia negra, sesiones de espiritismo o ceremonias en las que se invocaba a los espíritus de sus vecinos. De hecho, hay necrópolis medieval, un vestigio del pasado que alimenta aún más el miedo y el pavor a este lugar,
También hay quien dice que el viento cuando sopla en Ochate trae un olor fuerte a pescado que se transportaba en los carromatos por el viejo camino los carromatos..
Y, para más sinri, este pueblo era conocido en el siglo XII como Diablos de Ochate.
La torre de la antigua iglesia de San Miguel, del siglo XVI, las piedras que resisten en pie de dos casas aledañas y, en lo alto, los restos de la ermita de Burgondo son cuanto queda hoy de Ochate, la meca española de los fanáticos de lo paranormal.
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