Coronavirus

Bonaventura Clotet: «La mayoría de las infecciones proceden de los encuentros con amigos»

El jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Germans Trias y director de IrsiCaixa trabaja en encontrar una vacuna y desarrollar test rápidos contra el virus

Bonaventura Clotet
Bonaventura ClotetC PASTRANO

Bonaventura Clotet lleva meses luchando contra el coronavirus y tratando de encontrar alguna solución científica sobre la situación de alarma sanitaria que vivimos. En un alto en su trabajo atiende a LA RAZÓN para hablar sobre posibles soluciones a medio plazo.

–¿Esta segunda ola era previsible?

–Hay varios modelos de posibilidades y uno de ellos es de una segunda ola importante después de agosto e, incluso, tener otra en febrero.

–Estos días se habla mucho del confinamiento perimetral. ¿Es la mejor solución?

–Siempre digo que me dedico a las enfermedades infecciosas y que no soy epidemiólogo, así que opino con una alta probabilidad a equivocarme. De todas formas creo que lo que ha ocurrido con esta historia es que las cosas se han hecho muy tarde y de manera muy corta. Ha pasado en toda Europa. Estamos viendo que confinan Francia e Inglaterra y piensas que se podría haber hecho todo mejor seguro, pero indudablemente este es un virus contagioso, que se transmite y que la gente no se ha tomado en serio. La prueba de ello son estas protestas y todas estas luchas con disturbios donde la gente se cree amenazada por su libertad. No han entendido nada de lo que es esta película. Estamos ante una lucha que afecta al sistema sanitario y lo puede colapsar, un colapso que puede afectar al tratamiento de todas las enfermedades, no pudiendo dar servicio a toda la sanidad pública, una de las mejores que existe. Si todas las ucis están llenas por el covid no se podrá dar este servicio.

–¿Los jóvenes están a salvo del virus?

–En las ucis tenemos a jóvenes de treinta años. Nadie está a salvo, ni exento de un riesgo de progresión. Hay que ir de inmediato al hospital si se tienen síntomas porque los tratamientos si se administran de manera precoz dan resultado; diría que reducen mucho el índice de mortalidad de manera muy significativa. Si todos estuviéramos confinados, si nos quedáramos en casa en casa y saliéramos muy poco podríamos parar la difusión del virus. La mayoría de infecciones vienen por todas estas cenas, reuniones con amigos que no respetan nada y donde hay alguien que altamente contagioso y acaba contagiando a todos. Habrá variables que nos ayudarán a acabar con todo esto a medio o corto plazo.

–¿Por qué lo cree así?

–Porque los tratamientos serán mucho más eficaces. Me refiero a tratamientos antivíricos. Tenemos el Remdesivir que va muy bien. Hay otros dos que nosotros tenemos en estudio. También están los anticuerpos monoclonales que administrados o coadministrados inicialmente viran muy bien. El problema del covid es que todo el mundo lo entiende como un todo, pero en realidad son varias partes. La primera es la infección vírica, luego tenemos una parte intermedia en el que hay un poco de inflamación y, al final, hay mucha inflamación que supone la destrucción de los pulmones. El virus hay que atacarlo al principio. Si sabemos interpretar eso, que es hacia donde vamos en los tratamientos, eso nos permitirá tenerlo más controlarlo. Es algo que pasó con el sida: al comienzo se daban los fármacos cuando la enfermedad estaba muy avanzada y cuando se pasó a la parte inicial se ha visto que la esperanza de vida es normal.

–¿Y la vacuna?

–Sí, la vacuna es lo otro que ayudará. Hay muchas y nosotros estamos desarrollando una. Es posible que estos modelos de vacuna que están en fase tres sean accesibles hacia finales del primer trimestre del año que viene. Tendremos que ver si llegan vacunas para todos y esperemos que así sea. Lo que no sabemos es que si la vacunación para la gente mayor, que es la que está más en riesgo, tendrá la misma eficacia que para los jóvenes. Igualmente desconocemos a cuánta gente protegerá cuando se enfrente de nuevo al virus. En resumen, necesitamos un tratamiento que evite la mortalidad o la reduzca al nivel de la gripe que es el 0,1 por ciento; y una vacuna que también proteja. Con esos elementos podremos tener controlada la epidemia.

–¿Qué se puede hacer mientras la ciencia trabaja?

–La solución es el confinamiento perimetral porque el siguiente paso sería el confinamiento total, algo que crearía mucho estrés y, como dicen algunos en broma, más obesidad en la población porque no se mueve y los obesos tienen riesgo. Hay que seguir las normas aunque no gusten. No se pueden hacer excepciones porque las excepciones hacen que no se tengan en cuenta los riesgos.

–Está trabajando en un proyecto de test rápido.

–Sí, estamos desarrollando una investigación con la que desarrollar un test con saliva y que permita poder hacerlo muy fácil. Será sencillo. Un estudio realizado por Oriol Mitlà ha demostrado que la sensibilidad y especificidad de los test rápido basado en antígenos es igual a la PCR cuando la carga viral es alta, es decir, cuando las personas son contagiosas. Eso nos permitiría que todo fuera más económico porque hablamos de test que costarían 10 euros. Todo esto lo veremos en nueve meses, momento en el que estarán los nuevos tratamientos y las vacunas. En el año 2022 esto habrá pasado y ya será un mal sueño, pero no podemos olvidar que erradicar epidemias ha costado muchos años. No hay más que calcular lo que ha costado tener una vacuna como la de la poliomelitis que es muy eficaz. Erradicar el coronavirus costará muchos años.

–¿Qué piensa cuando ve todo el ruido político? ¿Se puede trabajar con tranquilidad pese a los debates políticos que tenemos hoy?

–Es muy triste ver que los políticos de cualquier color y comunidad autónoma se peleen. Parece que cuentan más los votos que una estrategia clara. No se prioriza que haya una estrategia clara, que se coja a los mejores especialistas sean de donde sean y piensen lo que piensen. Se ha escogido de manera sesgada. A nosotros nos da pena porque podríamos haber mejorado en las predicciones y hubiéramos podido anticipar muchas cosas. Creo que los países en los que deberíamos reflejarnos son Alemania y Nueva Zelanda, curiosamente los dos presididos por mujeres. Los políticos no han sabido priorizar, pero creo que al final lo acabarán haciendo al igual que todos. Sí, podríamos haber acabado mucho antes con la epidemia, pero mirar atrás no sirve para nada. Así que ojalá si hay una tercera ola podemos estar preparados con test rápidos y tratamientos.