Negociación

ERC presiona: Aragonès irá a la mesa esté o no Sánchez y avisa con los Presupuestos

Los republicanos quieren evitar la estampa del foro sin el presidente del Gobierno

El president de la Generalitat de Catalunya Pere Aragonès acompañado del vicepresidente, Jordi Puigneró, y la consellera de presidencia, Laura Vilagrà, se dirige a celebrar la reunión semanal del Govern por primera vez tras las vacaciones de verano
El president de la Generalitat de Catalunya Pere Aragonès acompañado del vicepresidente, Jordi Puigneró, y la consellera de presidencia, Laura Vilagrà, se dirige a celebrar la reunión semanal del Govern por primera vez tras las vacaciones de veranoQuique GarciaEFE

Esquerra teme que Pedro Sánchez no presida la mesa de diálogo entre la Generalitat y La Moncloa y lleva días presionando para evitar ante el independentismo una fotografía de la cita sin el presidente del Ejecutivo central. Ayer, los republicanos advirtieron que «no entenderían» que el presidente del Gobierno no la integrara y garantizaron que Pere Aragonès acudirá sí o sí, esté o no Sánchez, además volver a avisar de que si la mesa de diálogo no avanza y se cierra la posibilidad de resolver el conflicto catalán, será «mucho más difícil» que ERC negocie los Presupuestos Generales del Estado (PGE) como ya hicieran antes de las vacaciones.

Dos mensajes para zafarse de la presión de JxCat y la CUP, ambos partidos muy críticos con el foro pese a que los posconvergentes participarán en él, y de las entidades.

«En esta reanudación de la negociación deben estar los máximos representantes de cada gobierno. El presidente de la Generalitat de Cataluña estará. Por tanto, tiene que haber una respuesta en sintonía por parte del Gobierno del Estado». «No entenderíamos otra cosa que no fuera cumplir con los compromisos adquiridos», avisó la portavoz de ERC, Marta Vilalta, tras la reunión de la ejecutiva del partido.

Los republicanos exigen la presencia de Pedro Sánchez –Oriol Junqueras fue el único que la relativizó al asegurar que la negociación no se devalúa sin él– y un contenido «político» con sus dos exigencias encima de la mesa: la amnistía y la autodeterminación. «Esto no va de qué carreteras necesitamos, de si el aeropuerto se debe poder modernizar o del traspaso de alguna competencia, que también es importante. Esto va de resolver un conflicto político de fondo», alertó Vilalta ante la propuesta del Gobierno basada en la agenda del reencuentro.

Y volvió a sacar a escena los Presupuestos al vincularlos directamente al devenir del foro a sabiendas de que ERC es clave para Pedro Sánchez en el Congreso: “Si se cierra la posibilidad de resolución democrática del conflicto político, es evidente que es mucho más difícil poder trabajar para poder buscar algunos posibles acuerdos”.

La presión de ERC coincide con la lluvia de críticas de JxCat, socios en la Generalitat. Este lunes y en una clara enmienda a la estrategia pactista de los republicanos, Carles Puigdemont pasó a la ofensiva, obvió el foro de negociación y llamó a partidos y entidades a prepararse para una confrontación “inevitable”. “El movimiento independentista se tiene que preparar para la fase en que la respuesta del Estado vuelva a ser un ‘no’ a todo”.