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Sociedad

¡Alarma en Barcelona! La manifestación que ha exigido el fin del turismo masivo en la ciudad

La protesta contra la masificación turística escala con manifestantes desbordando el Passeig de Gràcia

Pintada aparecida en una fachada contra la masificación turística larazon

Barcelona ha sido escenario hoy de una protesta masiva contra la creciente masificación turística, con cerca de 600 personas según las cifras municipales, quienes se han manifestado al mediodía en el centro de la ciudad bajo el lema "El turismo nos roba pan, techo y futuro. ¡Decrecimiento turístico ya!".

La concentración, convocada por la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic, se ha centrado en la necesidad urgente de poner freno al impacto del turismo en la vida cotidiana de los barceloneses.

La protesta, que comenzó en los Jardinets de Gràcia, ha recorrido algunas de las arterias comerciales más conocidas de Barcelona, como el Passeig de Gràcia, y ha incluido paradas frente a una tienda de lujo en la calle Mallorca y un 'hostel' en Roger de Llúria, donde la manifestación se ha intensificado con la quema de petardos y gritos de protesta contra el impacto de la industria turística en los precios de la vivienda y la vida de los residentes.

"El turismo está expulsando la vida de Barcelona"

Daniel Pardo Rivacoba, miembro de la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic, ha asegurado que el turismo no solo expulsa a los residentes de la ciudad, sino que "pone en peligro la sostenibilidad de nuestro entorno". Además, ha subrayado la necesidad de recuperar viviendas para que sean accesibles a los habitantes locales y ha apelado a la emergencia climática para justificar la oposición a ampliaciones portuarias y aeroportuarias.

Por su parte, Ariadna Cotén de la organización Zeroport ha aclarado que la manifestación no es una acción contra los turistas, sino contra "la falta de acción de la clase política" que no gestiona adecuadamente la masificación turística. La manifestación ha sido organizada por diversas asociaciones, incluidas Top Manta y Las Kellys, que también exigen mejores condiciones laborales en el sector turístico.

El impacto de la protesta: ¿qué exige Barcelona?

Los manifestantes han marchado en dirección a algunos de los puntos turísticos más emblemáticos de la ciudad, la Sagrada Família, donde el cordón policial de los Mossos d'Esquadra ha impedido que la protesta se acercara al monumento. A pesar de los intentos de la policía por contener la marcha, los manifestantes han encendido tracas pirotécnicas y lanzado bombas de humo rojo como parte del final simbólico de la protesta.

En el recorrido, los manifestantes también han expresado su rechazo a la gentrificación y el aumento de la vivienda turística, señalando que los habitantes de Barcelona están siendo desplazados por el creciente número de turistas y los precios desorbitados que afectan especialmente a los barrios tradicionales.

Barcelona al límite de la saturación turística

El mensaje es claro: ¡el turismo masivo no puede seguir a costa de la calidad de vida de los residentes! En el centro de la protesta, el lema de "Tourists go home" resuena como un eco del malestar de miles de ciudadanos que sienten que Barcelona ha perdido su identidad debido a la sobreexplotación turística. A medida que la ciudad se enfrenta a la saturación de visitantes, los residentes se cuestionan cómo recuperar el control sobre su ciudad y preservar la vida local.

La crítica a la falta de acción política

Los organizadores de la protesta piden medidas urgentes para limitar el turismo en ciertos puntos de la ciudad, especialmente en zonas que ya están sobrecargadas. La falta de una regulación adecuada y la ausencia de políticas efectivas de descentralización del turismo están llevando a una creciente insatisfacción social en Barcelona, una de las ciudades más visitadas de Europa.

A medida que el turismo sigue siendo un motor económico fundamental para la ciudad, la protesta de hoy pone en evidencia las tensiones entre los intereses comerciales y el bienestar de los residentes. Barcelona, como muchas otras ciudades globales, se enfrenta a la difícil tarea de equilibrar la sostenibilidad económica con la calidad de vida de sus habitantes.