Movilidad

Los dos carriles bici de Barcelona que están bajo sospecha

El RACC publica su barómetro de la movilidad y aboga por desarrollar una red ciclista metropolitana

Tercer día de salida de los niños durante el confinamiento
Dos niños pasean en bicicleta por la Plaza de Cataluña de Barcelona este martes, cuando se cumplen 45 días de confinamiento por el estado de alarma decretado por el Gobierno por la crisis del coronavirus. EFE/Enric FontcubertaEnric FontcubertaAgencia EFE

El RACC ha hecho público su quinta edición del barómetro de la movilidad ciclista de Barcelona que arroja varias conclusiones sobre la capital catalana. Por un lado, el club automovilístico considera que ha llegado el momento de revisar algunos carriles bici de la ciudad, incluso su existencia, y, por otro, que muchos de estos carriles no son tan seguros como deberían.

Así las cosas, el club automovilístico explica que, por ejemplo, por el carril bici de Diagonal pasan 474 bicicletas y vehículos de movilidad personal por hora. Es decir, «roza los indicadores de congestión» en la hora punta de la mañana y se podría ampliar; mientras que por la calle Ganduxer sólo pasan 97 y, según el RACC, «quizás se debe eliminar».

Lo mismo ocurre con la polémica en torno al carril bici de la vía Augusta. El presidente del RACC, Josep Mateu, está de acuerdo con la decisión del nuevo gobierno de Jaume Collboni de no detener la obra, y apuesta por analizar qué uso se hace para después poder tomar una decisión al respecto. «Evaluémoslo dentro de seis meses o un año y veremos cuánta gente circula», explicó Mateu.

Los vecinos de las Tres Torres alertan de que la congestión de vehículos ha aumentado desde que se ha sacado un carril de circulación, mientras que los ciclistas celebran la vía para «reducir tráfico, contaminación y ruido».

En este contexto, los ciclistas valoran la experiencia de desplazarse en bicicleta por Barcelona con un 6,2 sobre 10. Nueve de cada diez ciclistas no encuentran red pedaleable continúa en todo su recorrido, por lo que el 96% afirma que combina el uso de bici con otros modos de transportes en sus desplazamientos. Sin embargo, los usuarios consideran la extensión de la red ciclista el aspecto con el que más satisfechos están, seguido de la señalización, mientras que lo que más insatisfacción dicen que les genera es el diseño de los carriles y las rotondas.

El problema, según RACC, no es la oferta de carriles bici. «La ciudad empieza a estar muy bien dotada», asegura Cristian Bardají, director del Área de Movilidad del RACC. Y añadió: «Donde sí hay potencial de despliegue de la red ciclista es con las conexiones metropolitanas». La proliferación de bicicletas eléctricas y también de los patinetes eléctricos la convierten en un buen sustituto del coche en estos desplazamientos. De ahí que uno de los «deberes» que pone el RACC sea facilitar un servicio público metropolitano que una el Bicinig y el AMBici.

«La bicicleta ya no es urbana, es metropolitana», afirmó Bardají. El volumen de ciclistas de algunos de los carriles bici que conectan Barcelona con ciudades como Hospitalet, Esplugues o Santa Coloma, justifican esta apuesta. De hecho, un 91% de los ciclistas asegura que no tiene una red pedaleable en todo su recorrido habitual, y casi la mitad (48%) combinan la bici con el transporte público en los desplazamientos. En este sentido, el RACC defiende que los patinetes puedan volver a subir al transporte público y que es «fundamental decidirlo lo antes posible».

Según los datos del barómetro, los desplazamientos de los ciclistas a Barcelona han aumentado un 77% en los días laborables en los últimos 12 años. También ha crecido la red ciclista, que ahora dispone de un 22% más de kilómetros que en 2022 (332 km). El estudio pone de manifiesto que el 62% de los ciclistas se sienten vulnerables circulando en bici en Barcelona y el área metropolitana, y el 93% afirman encontrarse a menudo vehículos en los carriles bici, estacionados o circulante, lo que asocian como una de las situaciones que mayor riesgo les genera.