Cataluña

El Govern se resigna a depender de ERC y los Comuns ante el bloqueo presupuestario

El ejecutivo de Illa asume que no hay otra alternativa en el actual "Parlament fragmentado"

El president de la Generalitat, Savador Illa (i), y el conseller de la Presidència, Albert Dalmau, (c) y la consellera de Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya, Alícia Romero (d), llegan a la tercera jornada del Debate de Política General, en el Parlament de Catalunya, a 9 de octubre de 2025, en Barcelona, Catalunya (España). Con la tensión patente entre sus socios de investidura, Illa afronta desde el martes su segundo Debate de Política General en el Parlament sin un calendari...
Salvador Illa, Albert Dalmau y Alícia RomeroDavid ZorrakinoEuropa Press

La consellera de Economía y Finanzas de la Generalitat, Alícia Romero, ha instado este jueves al portavoz del PP en el Parlament, Juan Fernández, a sentarse a negociar los Presupuestos en lugar de limitarse a “solo criticar” al Govern por no disponer aún de nuevas cuentas. La escena, aparentemente rutinaria en el pleno de la Cámara catalana, volvió a dejar entrever una realidad que el Ejecutivo de Salvador Illa ya no oculta: su margen de maniobra es cada vez más estrecho y sus únicos socios posibles para sacar adelante los Presupuestos de 2026 siguen siendo ERC y los Comuns.

Romero respondió con tono irónico al dirigente popular, al que reprochó su actitud de oposición permanente. “¿Por qué no se ofrece para ayudar en vez de venir aquí solo a criticar?”, le espetó. La consellera recordó además que, cuando el PSC ejercía de oposición, “se ofrecía al Govern de ERC para aprobar presupuestos porque el país los necesita”. Unas palabras que, lejos de proyectar fortaleza, evidencian la dependencia del actual Ejecutivo respecto a sus socios de investidura, los mismos que hace un año le dejaron sin cuentas y que hoy vuelven a condicionar el calendario económico de la Generalitat.

Calendario imposible y bloqueo político

La portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ya admitió esta semana que “es difícil que el 1 de enero pueda haber unos presupuestos aprobados”. Según explicó, el Ejecutivo se encuentra todavía en una “etapa previa de trabajo” y ha optado por concentrar todos sus esfuerzos en cerrar un acuerdo sobre la financiación singular antes de reactivar la negociación presupuestaria. En otras palabras, sin avances en financiación, no habrá presupuestos.

Detrás de esta estrategia se encuentra la posición de Esquerra Republicana, que mantiene su negativa a sentarse a negociar las cuentas mientras no se concreten los compromisos de la investidura. Los republicanos exigen progresos sustanciales en materia de “soberanía”, con especial énfasis en el nuevo modelo de financiación para Cataluña. “Son caminos paralelos y trabajamos con intensidad para que esto sea una realidad lo antes posible”, reconoció Paneque.

Con este reconocimiento, el Govern asume de facto que Cataluña podría encadenar dos ejercicios consecutivos sin presupuestos aprobados, una situación inédita desde 2017. La prórroga de las cuentas de 2023, en vigor gracias a varios suplementos de crédito, seguirá siendo el salvavidas económico de la Generalitat mientras ERC y los Comuns mantengan su veto.

Las condiciones de los socios

Las exigencias de los socios son claras. ERC vincula cualquier negociación a los avances en la financiación singular, que incluye el principio de ordinalidad, según el cual una comunidad no debe perder posición en el reparto de recursos respecto a lo que aporta, y una mayor autonomía fiscal. Los Comuns, por su parte, reclaman medidas más contundentes en materia de vivienda y una mayor intervención pública del mercado y de la economía.

El Ejecutivo socialista, consciente de que no puede contar con otras mayorías, ha optado por asumir la prioridad de satisfacer esas demandas. “Nos encontramos con parlamentos cada vez más fragmentados, donde no hay mayorías absolutas y es necesario pactar. Es la realidad”, ha reprochado Romero al PP.

El PP, dispuesto a escuchar

Desde las filas populares, Juan Fernández denunció la falta de Presupuestos como “el mayor síntoma de bloqueo político y de parálisis institucional” y advirtió del impacto que puede tener sobre empresas, autónomos y servicios públicos como la sanidad o la educación. “Tenían ustedes un nivel de exigencia que ahora no se aplican a ustedes mismos”, criticó en referencia al papel que el PSC jugó cuando estaba en la oposición.

El PP, con 12 diputados en el Parlament, se muestra dispuesto a acudir a la mesa si el Govern los convoca, aunque su participación sería meramente simbólica. “Si nos citan para explicarnos esos presupuestos para 2026 iremos a escuchar”, aseguran fuentes del grupo, que ponen límites muy claros: no avalarán ninguna medida que derive de los pactos de investidura entre socialistas y republicanos, ni apoyarán unas cuentas que mantengan lo que definen como una “macroestructura política” y un “infierno fiscal”.

Dependencia reconocida

La realidad parlamentaria, sin embargo, deja poco espacio para alternativas. Los socialistas saben que solo ERC y los Comuns pueden proporcionar la mayoría necesaria para aprobar las cuentas, pero también que ambos formaciones mantienen su presión sobre Illa. La prioridad del Govern pasa ahora por avanzar en la negociación con el Estado sobre la financiación singular, un asunto que Paneque ha calificado de “fundamental” para desbloquear la legislatura.

Sin embargo, el tiempo corre en contra. A finales de octubre, los plazos administrativos para tramitar unas cuentas que entren en vigor el 1 de enero de 2026 son ya prácticamente imposibles. Pese a ello, la Generalitat insiste en que no se trata de una demora deliberada, sino de una cuestión de calidad del acuerdo. “Si nos retrasamos unos días o unas semanas, pero eso permite tener un mejor pacto de financiación y de presupuestos, priorizaremos el contenido”, sostuvo Paneque.