Sociedad

El mundo rural de Cataluña planta cara a los urbanitas: "si venís de turisteo, sufriréis"

Un pequeño pueblo avisa a los visitantes con carteles por las quejas contra el ruido natural del campo

El mundo rural de Cataluña contra los urbanitas: "si venís a hacer turismo sufriréis"
El mundo rural de Cataluña contra los urbanitas: "si venís a hacer turismo sufriréis"Sant Pau de SegúriesSant Pau de Segúries

El conflicto entre mundo rural de Cataluña y los visitantes urbanos no deja de crecer. El último episodio llega desde Sant Pau de Segúries, en Girona, donde el Ayuntamiento ha decidido instalar carteles en el municipio con un mensaje claro: si vienes a hacer turismo, prepárate para escuchar los sonidos del campo.

Los responsables municipales explican que han tomado esta medida para evitar las quejas de los turistas por los ruidos típicos de la vida rural, como el sonido de las campanas, el canto de los gallos y hasta los mugidos del ganado. “Queremos que la gente que venga lo haga sabiendo dónde viene”, argumentan.

"A principio de junio vinieron unos visitantes y nos dijeron que si podía ser que las campanas del campanario dejasen de sonar para que ellos durmiesen. ¡Hombre, eso no puede ser! Vivimos en un mundo rural y tenemos unos factores condicionantes como las cacas de las vacas, los tractores y las campanas... es normal".

El turismo rural en el punto de mira

En los últimos veranos, el consistorio recibió numerosas consultas e incluso reclamaciones de visitantes que se alojaban en casas rurales y hoteles de la zona. Los motivos: campanarios que repican cada hora, gallos que cantan de madrugada y otros sonidos característicos del turismo rural en Cataluña.

Para frenar estas críticas, el Ayuntamiento ha apostado por la transparencia: carteles visibles en las entradas del municipio advierten que “aquí se vive con animales, campanas y naturaleza”, en un intento de defender la identidad rural frente a la presión del turismo urbano.

Una medida que divide opiniones en el turismo

En redes sociales, la iniciativa se ha hecho viral y ha abierto un debate: ¿deben adaptarse los pueblos a los visitantes o son los turistas quienes tienen que respetar la vida rural? Mientras algunos aplauden la idea como “sentido común”, otros creen que es un gesto hostil hacia el turismo en Cataluña.