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Sucesos

Susto en Girona: asaltan una sucursal bancaria y retienen a varias personas con pistolas falsas

El asalto a un banco de Girona se frustra en cuestión de minutos. Tres atracadores italianos retuvieron a siete personas con pistolas falsas, pero la rápida intervención de la policía los acorraló antes de que pudieran huir con el botín

Detención de los Mossos d'Esquadra Europa Press

El plan era, sobre el papel, impecable, pero acabó con tres hombres de nacionalidad italiana, de 48, 49 y 53 años, detenidos y sin un solo euro robado. Lo que arrancó como un asalto violento a una sucursal del Banco Santander en Girona se saldó sin heridos y con la frustración total de los atracadores, cuyo meticuloso plan se vino abajo en cuestión de minutos. La operación policial fue tan rápida como eficaz, neutralizando la amenaza antes de que pudiera escalar.

De hecho, la clave del éxito residió en la celeridad de la respuesta de los Mossos d'Esquadra. Tras recibir el aviso, varias patrullas se desplazaron al lugar de los hechos y establecieron un férreo dispositivo policial que cercó por completo la entidad bancaria. Los asaltantes quedaron atrapados, sin la más mínima posibilidad de escape, convirtiendo la sucursal en una auténtica ratonera.

Todo ello fue posible gracias a la intervención de un ciudadano anónimo. Fue la llamada de un testigo que presenciaba la escena desde el exterior la que activó todo el engranaje policial y cambió el destino del atraco. Este acto de valentía, resultó fundamental para que las fuerzas de seguridad pudieran actuar con una ventaja decisiva.

Siete rehenes y pistolas que resultaron ser falsas

Y es que, mientras fuera se montaba el operativo, en el interior de la oficina siete personas vivían momentos de terror. Los asaltantes, con los rostros cubiertos para no ser identificados, irrumpieron a mediodía del pasado miércoles para sembrar el caos. Procedieron a maniatar a empleados y clientes, neutralizando cualquier intento de resistencia y haciéndose con el control total de la situación en un primer momento.

Sin embargo, la intimidación se basaba en un engaño. Aunque durante el asalto lograron su objetivo de paralizar a las víctimas, posteriormente se comprobó que las armas eran en realidad falsas. Al verse sin salida y completamente rodeados por los agentes, los tres individuos depusieron su actitud y se entregaron sin oponer resistencia. Ahora, el caso ha pasado a manos de la División de Investigación Criminal (DIC), que se encargará de continuar con las diligencias pertinentes.