Internet

¿Qué es el Metaverso por el que Zuckerberg lo está apostando todo?

En este universo digital podremos obviar reglas tan ancladas en el mundo real como la gravedad o la escasez

Mark Zuckerberg y su avatar en el metaverso
Mark Zuckerberg y su avatar en el metaversoMetaMark Zuckerberg y su avatar en el metaverso

Si hace unos años nos hubiesen preguntado qué nos parecería conversar con alguien que está en el otro extremo del planeta a través de una videoconferencia, nos habría parecido imposible... una fantasía de ciencia ficción incluso. Pues esto mismo es lo que sucede cuando ahora nos planteamos habitar en un mundo digital a través de un avatar, con el que sentir el tacto de un ser querido, el olor de la Capilla Sixtina o -incluso- saber lo que se siente al volar. Todo esto -y mucho más- es lo que se pretende conseguir con el Metaverso: la más absoluta experiencia de inmersión en el universo digital.

Mark Zuckerberg quiere vernos trabajar, divertirnos y comprar en su metaverso en un futuro no muy lejano.
Mark Zuckerberg quiere vernos trabajar, divertirnos y comprar en su metaverso en un futuro no muy lejano.Facebook

El concepto fue descrito por primera vez en el año 1992 por Neil Stephenson, que en su novela `Snow Crash´ nos sumergió en el mundo virtual en el que habitaba Hiro, el protagonista. En ese espacio digital socializaba, compraba y derrotaba a sus enemigos. Y todo sin salir de su casa.

Por ahora, todas estas ideas no son más que suposiciones, pero cada vez son más los que apuestan por su viabilidad tecnológica y comercial. Muchos entienden que el Metaverso es el siguiente paso en la evolución de Internet. Todos ellos esperan que, más pronto que tarde, este universo alternativo pueda ofrecer tantas oportunidades como el mundo físico, o incluso más.

Quién sabe, en algunos años quizás podamos comprar ropa virtual, vivir en un apartamento virtual, mantener relaciones virtuales o ir a reuniones de trabajo virtuales. Esta es la idea que subyace tras el Metaverso, la de crear una extensión del mundo real. Una red de entornos virtuales en los que cualquier persona pueda interactuar con otros usuarios y objetos digitales mediante representaciones virtuales de sí mismos. O dicho de otra forma, no utilizaremos Internet... estaremos dentro de Internet. Será un universo paralelo completamente virtual e inmersivo. Donde eliminaremos cualquier tipo de limitación espacial y donde podremos interactuar de tú a tú con cualquier persona del planeta.

Todo es muy "sim" en el metaverso de Microsoft.
Todo es muy "sim" en el metaverso de Microsoft.La RazónCortesía de Microsoft.

Y de una forma cada vez más realista. Porque, si en solo unos años, los dispositivos de realidad virtual, como las gafas virtuales, se han perfeccionado tanto que nos permiten sumergirnos en un escenario en tres dimensiones y sentirnos dentro de él; convendría que nos planteásemos hasta qué punto estas tecnologías podrían tener potencial. Al fin y al cabo, esto es solo el principio, y todavía queda mucho camino por recorrer. En estos momentos ya se está trabajando en diferentes tecnologías que permitirán -por ejemplo- leer los movimientos de nuestro rostro, para que nuestro avatar gesticule al unísono que nosotros; o unos guantes que permitirán sentir lo que está sucediendo en el entorno digital.

De hecho, la idea parece tan palpable, que Facebook ha decidido apostarlo todo por ella, cambiando su nombre por el de `Meta´ e invirtiendo cifras millonarias en el desarrollo de tecnologías de realidad virtual y en la construcción de un entorno que sirva de infraestructura para este universo paralelo.

Para la construcción definitiva del Metaverso, se hará necesaria la participación de infinidad de empresas y usuarios, que irán aportando su granito de arena. En esta tesitura, quién controle la infraestructura que se acabe imponiendo como el estándar de mercado, tendrá una enorme influencia (tanto en el mundo real como en el virtual). Y es que, si las fantasías se hacen realidad, el Metaverso comenzará a desarrollar un sistema económico paralelo. Un nuevo mundo donde todas las reglas habrán cambiado.

Suponiendo que -efectivamente- asistamos a su implantación y que no se trate de una simple burbuja tecnológica para inflar las acciones de las Big-Tech, las consecuencias serían enormes. La implantación definitiva del Metaverso podría contribuir a la sostenibilidad del planeta, democratizar infinidad de experiencias hoy reservadas a solo unos pocos, abrir la puerta a multitud de modelos de negocio absolutamente revolucionarios.

Ahora bien, no todo lo que podría traernos el Metaverso es positivoper sé. En un mundo donde podremos obviar reglas tan ancladas en el mundo real como la gravedad o la escasez... ¿Cómo se implantará la Justicia?, ¿Quién tendrá el control?, ¿Seguiremos gozando de un mínimo de intimidad?, (...). Lo que parece claro, es que pase lo que pase con el Metaverso, en los próximos años seremos testigos no sólo de maravillosos desarrollos tecnológicos, sino que también asistiremos a importantes debates éticos.