Astronomía

La anomalía cósmica que tiene en jaque a la NASA: los planetas imposibles que desafían todo lo que sabíamos

Son gigantes gaseosos fuera de nuestro sistema solar, con órbitas tan alargadas que desafían las teorías actuales. Ahora, un ambicioso proyecto busca desvelar por fin el origen de los 'Júpiteres cálidos excéntricos'

Recreación de la NASA del exoplaneta YZ Ceti b
Recreación de la NASA del exoplaneta YZ Ceti b, que sirve solamente para ilustrar la fotografíaLa Razón

Existe una categoría de mundos lejanos que se ha convertido en un auténtico desafío para la astronomía moderna. Se trata de los llamados «Júpiteres cálidos excéntricos», gigantes gaseosos situados fuera de nuestro sistema solar cuyas órbitas, extraordinariamente alargadas, sencillamente no encajan con los modelos teóricos que explican cómo se forman y evolucionan los planetas. Su mera existencia representa una anomalía que los científicos se esfuerzan por comprender. Este campo de estudio se enriquece constantemente con nuevos hallazgos, como el de un brutal exoplaneta increíblemente extraño que también desafía las teorías actuales sobre formación planetaria.

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Por si fuera poco, el enigma se complica todavía más al observar una de sus peculiaridades. A diferencia de otros planetas gigantes, estos mundos suelen mantener sus órbitas alineadas con el ecuador de su estrella anfitriona. Lo más desconcertante es que se ha detectado una correlación que contradice la lógica actual: cuanto más excéntrica es la órbita, más precisa resulta ser su alineación, un patrón de comportamiento para el que todavía no hay una explicación clara.

Para arrojar luz sobre este enigma, se ha puesto en marcha un ambicioso proyecto que se extenderá durante los próximos tres años y que se apoyará en los datos del satélite TESS de la NASA. El objetivo es construir nuevos modelos teóricos que puedan, por fin, dar una respuesta coherente al origen de estos planetas, un esfuerzo que, según informa el medio ScienceDaily, podría redefinir nuestro conocimiento sobre la formación planetaria.

Un rompecabezas cósmico con tres posibles soluciones

En este sentido, los investigadores barajan tres hipótesis principales para explicar las extrañas trayectorias de estos mundos. La primera de ellas apunta a la influencia gravitatoria de otros planetas compañeros en el mismo sistema, cuyas interacciones a lo largo de millones de años podrían haber estirado y moldeado sus órbitas. Otra línea de investigación, en cambio, se centra en la nebulosa gaseosa original, sugiriendo que las dinámicas de esa fase temprana fueron determinantes.

Asimismo, una tercera vía explora la posibilidad de que sean las propias estrellas anfitrionas las que, mediante ondas internas, estén extrayendo energía de las órbitas planetarias y alterando su forma con el paso del tiempo. Este proyecto, que se prevé que concluya en 2028, no solo busca clasificar un tipo de planeta. Su meta es alcanzar una comprensión mucho más profunda sobre la formación de sistemas planetarios en toda la galaxia, lo que, a su vez, nos ayudará a situar el origen de nuestro propio sistema solar en un contexto cósmico mucho más amplio.