Fórum Economía
Ximo Puig defiende en Madrid su apuesta federalista: “La anomalía es la centralización”
El presidente de la Generalitat valenciana se presenta como un político alejado del “ruido” para combatir la polarización de la sociedad
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha pronunciado este lunes una conferencia en Nueva Economía Fórum de Madrid en la que ha vuelto a dibujar el modelo de país que defiende. “La España sin ruido” ha tenido como invitados ilustres al ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la ministra de Ciencia, Diana Morant, el de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y el de Agricultura, Luis Planas. Además, ha contado con una amplia representación empresarial valenciana.
Durante su intervención ha defendido una política sin prisas, sin contaminación política y ha lamentado que España esté inmersa en una espiral de polarización. “Las derechas están excitadas porque no ocupan el Gobierno. Reivindico una España que no grita ni polariza, esta es la vía valenciana. Está alejada del edén, tiene problemas, pero en ella se ha configurado un panorama singular. Mientras en otros lugares hay inestabilidad, en la Comunitat Valenciana, hay estabilidad”. La prueba, ha dicho, han sido los siete presupuestos autonómicos aprobados y que, mientras en otras autonomías se adelantan las elecciones, en la valenciana las legislaturas sí llegan a su fin.
La organización de esta conferencia ha coincidido con el mes de la Comunitat Valenciana en Madrid, una iniciativa que tiene como objetivo que ambas sociedades “se conozcan más”. Dentro de este propósito Puig ha defendido su apuesta por un modelo de Estado más federalista. En su lista reivindicaciones, entre las que se encuentra la armonización fiscal para evitar el “dumping fiscal” que practica la Comunidad de Madrid, ha remarcado que no es una cruzada personal contra nadie. “Si tengo una cruzada por algo es por la igualdad. Comenzamos un mes de actividades en Madrid, con quien tenemos una gran conexión. No tenemos ningún tipo de cuestión tribal ni identitaria, queremos igualdad y equidad” y ha concluido el argumento diciendo que “la anomalía es la centralización”.
Sobre la propuesta de descentralizar alguno de los organismos o actos que siempre han tenido sede en Madrid, ha dicho que le gustaría que se tomasen en consideración sus peticiones, “hay quien solo mira con las gafas del centro y fuera hay vida, incluso vida inteligente”.
“Reivindico más libertad federal para España. ¿O España somos todos, o qué somos?”. En este punto ha hecho referencia a la financiación autonómica. Además de exigir un programa de condonación de la deuda histórica, solicitó al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que «conduzca al principal partido de la oposición a la moderación por la vía de los hechos». En este sentido, ha implicado al líder popular en la responsabilidad de lograr un cambio en el modelo de financiación autonómica. «Pido lealtad al Gobierno y a la oposición».
También ha negado que se pueda hablar de “ningún abrazo al catalanismo” por su parte, aunque, ha subrayado, “estamos en una posición de diálogo permanente” y “hay algunos hechos culturales que evidentemente los vamos a mantener”. Así mismo, ha defendido que los escolares valencianos deben conocer el valenciano y el castellano.
La sombra de la corrupción
Entre las preguntas lanzadas por los presentes, se le ha cuestionado sobre la situación judicial de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, y la imputación de su hermano, Francis Puig, por el supuesto cobro fraudulento de subvenciones públicas. El presidente ha querido remarca que no son casos de corrupción, “eso es de épocas pasadas” remarcando que hay 135 condenados por corrupción.
Sobre Oltra ha dicho que respeta el planteamiento de la Justicia y no se ha pronunciado sobre si debe o no abandonar el Gobierno valenciano si el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) decide su imputación por la gestión realizada en el caso de abusos a una menor por la que su ex marido, Luis Ramírez Icardi, ha sido condenado a cinco años de presión. A la espera del pronunciamiento del TSJCV, el presidente se ha mostrado cauteloso y ha solicitado respeto por los tiempos judiciales.
Del segundo ha dicho que si ha cometido alguna irregularidad tendrá que asumir las responsabilidades, como cualquier ciudadano. “Seis veces han dicho ya los juzgados que todo se hizo de manera correcta. El PP quiere hacer de esto un caso para decir que todos somos iguales”.
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