
Agricultura
La dana Alice salva la campaña de hortalizas de la Vega Baja (Alicante)
Las lluvias torrenciales benefician a los cítricos del sur de la provincia de Alicante, al coger el calibre comercial idóneo

La dana Alice, que atravesó la Comunidad Valenciana la semana pasada, tiene una cara positiva; y es el efecto del agua de lluvia en los cultivos de regadío de la provincia de Alicante. Así, y tal y como explicó al diario LA RAZÓN el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Alicante, Asaja, José Vicente Andreu, la lluvia ha salvado la primera parte de la campaña de hortalizas.
«Las lluvias de la dana Alice de la semana pasada han sido muy positivas para la huerta de Alicante, ubicada en la Vega Baja, en concreto para los cultivos de hortalizas y los cítricos», indicó.
Agregó que «las hortalizas están empezando el ciclo de otoño e invierno y estas lluvias -en alusión a las que trajo el temporal Alice- suponen un riego importante y garantizar que, por lo menos, la primera parte de la campaña saldrá adelante sin ningún problema».
Considerada como la huerta de Europa, la comarca de la Vega Baja, ubicada al sur de la provincia de Alicante, es una gran productora de cítricos.
Andreu recalcó que «en el caso de los cítricos, en los huertos ya se había iniciado la recolección, pero había déficit de calibre, es decir, los calibres estaban muy justos, debido a la restricción del riego que está sufriendo la cuenca del Segura y por las altas temperaturas del verano. La lluvia de la semana pasada permite que los frutos se desarrollen adecuadamente y cojan el calibre comercial idóneo».
Entre los principales cultivos de la Vega Baja del Segura destacan los cítricos con más de 25.000 hectáreas de plantación. El limonero (14.609 hectáreas), el naranjo (6.240 hectáreas) y el mandarino (3.741 hectáreas) suman más del 70 por ciento de la superficie de cítricos de toda la provincia. La alcachofa de la Vega Baja y el brócoli, con más de 3.000 hectáreas en conjunto, son otros de los productos más cultivados en la comarca y grandes referentes provinciales, ya que más del 50 por ciento de las hortalizas alicantinas tienen sus raíces en la huerta de la Vega Baja del Segura.
Embalses
No obstante, en Asaja matizaron que la nota «no tan buena» para el campo alicantino es que los embalses de la cuenca del Segura apenas recogieron agua de la dana Alice. «Están al 17 por ciento; hay que seguir mirando al cielo para que llueva y esperar medidas del Gobierno central para solventar el déficit híbrido que sufre la provincia de Alicante», agregó Andreu.
Cultivos de secano
De las lluvias también se han beneficiado los cultivos de secano de la provincia de Alicante, «tras varios meses de sequía extrema» según Asaja; hay que matizar que el temporal Alice causó retrocesos puntuales en la recolección de algunos frutos, como en el caso de la almendra en Ibi, y daños en caminos rurales».
En el caso de los olivos, el responsable de la sectorial de olivar y aceite de oliva de Asaja Alicante, Hugo Quintanilla, indicó que el agua bajaba con mucha fuerza y que, por este motivo, trabajaron durante días para hacer las reparaciones pertinentes y, así, poder acceder al olivar y comenzar la recolección.
Las precipitaciones, que «dejaron entre 20 y 150 litros por metro cuadrado en diferentes comarcas de la provincia», permitieron recargar el terreno y mejorar las perspectivas de la próxima campaña agrícola.
Almendros y cereza
El agua de la dana tuvo un impacto especialmente positivo en zonas como Ibi, Alcoy, Teulada y Relleu, donde almendros, cereales, cereza, uva moscatel y olivar aplacaron las consecuencias de la sequía, aunque aún siguen siendo insuficientes para que dichos cultivos recuperen su productividad tras atravesar años de sequía extrema, como el 2024, según la entidad. Otro factor positivo de la dana Alice es que la humedad que dejó en el suelo favorece la preparación del terreno para próximas siembras.
En el caso de la uva moscatel, las lluvias, según Asaja, han salvado la mitad de una cosecha que a priori parecía que no iba a prosperar.
Según Asaja, el 2024 fue en blanco, la sequía casi arrasa definitivamente con el cultivo y ahora necesitamos que llueva bien para terminar de recuperarnos.
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