Opinión | A través del espejo

Ni la más mínima sospecha de corrupción

Hoy más que nunca el PP deben extremar los controles allí donde gobiernan porque los ciudadanos no aguantan más

Un vigilante de seguridad frente a la sede del PSOE de la calle Ferraz, a 20 de junio de 2025, en Madrid (España). Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil se han personado en la sede nacional del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, para realizar un clonado del correo electrónico del hasta la semana pasada secretario de Organización, Santos Cerdán. Este registro se produce después de que el magistrado del Tribunal Supremo haya ordenado al PSOE que facilite a la policía...
La UCO entra en la sede del PSOE para realizar un clonado del correo de Santos CerdánDiego RadamésEuropa Press

El curso político ha acabado en escándalo. No creo que haya manera más aséptica de describir lo que hemos leído y sobre todo oído en las últimas semanas. Bochorno, vergüenza e indignación se desprenden a partes iguales en cada uno de esos titulares que rodean, en esta ocasión, a una trama que acorrala al PSOE.

Al PP solo le queda esperar a que Pedro Sánchez se quede sin fuerzas para seguir resistiendo, que aquellos que lo mantienen lo traicionen o que la oposición que tiene dentro de su propio partido maniobre.

Ni que decir tiene que al PPCV este asunto le ha llegado en un momento en el que estaba exhausto. Que Santos Cerdán, mano derecha de Pedro Sánchez, esté, presuntamente, metido en la trama que hasta hace poco solo era el negociado de Koldo y Ábalos, es lo suficientemente grave para que el foco mediático se haya desplazado, al menos temporalmente, de la gestión de la dana.

Es ahora cuando, no solo el PSOE, sino también el PP, debe ser más escrupuloso que nunca. La tragedia provocada por la riada del pasado 29 de octubre ha agravado el descrédito en la política. A la más que mejorable prevención de la catástrofe se suman demasiadas décadas de falta de inversión en infraestructuras que hubiesen reducido considerablemente los efectos de la dana.

Llueve sobre mojado y el PP, como partido que gobierna en la Generalitat valenciana, en los principales ayuntamientos y en las tres Diputaciones no puede permitirse ni un solo fallo.

Debe extremar todos los controles existentes para que no haya ni la más mínima sombra de duda sobre su gestión. Los contratos, las dietas de sus altos cargos y el uso de la caja fija debe ser ejemplar.

Y no solo porque se juegue mantenerse en el poder, sino porque los ciudadanos están más que hartos de ver cómo unos pocos se aprovechan de que están en el poder para sacar beneficios de lo que ellos pagan con sus impuestos. Unos pocos no pueden beneficiarse de lo mucho que vale un voto.