
Opinión | A través del espejo
Miguel Polo nos ha dejado con las ganas
Quien no quiere hablar, algo esconde, aunque la estrategia del avestruz no puede durar eternamente

No sé si a estas alturas el nombre de Miguel Polo le dice algo al lector de esta columna. Miguel Polo es el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). A punto de cumplirse tres meses de la dana que ha devastado la provincia de Valencia todavía no sabemos qué tiene que decir sobre cómo actuó el organismo público que dirige el día de la riada.
La comisión para el estudio y recuperación de las zonas afectadas por la dana del Ayuntamiento de Valencia citó a una alta funcionaria de la CHJ, pero esta respondió que el único que podía representarlo era su presidente. La comisión, por tanto, lo emplazó a él para la sesión de este lunes, 20 de enero.
Sin embargo, excusó su asistencia. El Ministerio de Transición Ecológica fue el encargado de justificar esta nueva ausencia. «Los datos que puedan ser requeridos se harán llegar por soporte escrito». En la misma carta también justificaba la no asistencia del representante de Aemet, que sí había confirmado anteriormente su participación y que, por cierto, sí ha dado la cara.
Quien no quiere hablar, algo esconde. Evitar comparecer no solo ante los medios de comunicación, sino también ante comisiones constituidas por aquellos que han sido elegidos por los ciudadanos demuestra que hay demasiadas preguntas que tienen una respuesta, cuanto menos, comprometida.
Polo tendrá una nueva oportunidad en la comisión de investigación que debe constituirse en Les Corts. Su citación es ineludible, aunque una vez más, podrá escabullirse alegando simplemente problemas de agenda.
Los que han determinado esta estrategia deben tener bien claro que vale más la pena ser criticados por no asistir a estos foros que los titulares que pueden salir después de oír algunas respuestas.
Solo una cosa, la estrategia del avestruz no sirve eternamente. Llegará un momento en el que tendrá que asomar la cabeza.
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