Cultura

Robe enciende al público de Alicante a golpe de rock, poesía y filosofía en su gira "Ni santos ni inocentes"

El día de San Pablo y San Pedro, cuando acaban los castillos de fuegos de las Hogueras de San Juan, el fundador y exlíder de Extremoduro, a sus 60 años, abre a lo grande los conciertos de Área 12, en Rabasa

Roberto Iniesta, Robe, en su concierto del sábado por la noche en Alicante, en Área 12, de su gira "Ni santos ni inocentes"
Roberto Iniesta, Robe, en su concierto del sábado por la noche en Alicante, en Área 12, de su gira "Ni santos ni inocentes"Roberto Milán

El rock, la poesía y la filosofía no entienden de edad ni de condición social. Roberto Iniesta, Robe, exlíder, y fundandor, de Extremoduro, ha dejado claro, una vez más, a sus 60 años, que su música va directa al corazón de su público -tiene fieles a su propia religión- y que sus letras enfrentan al ser humano sí mismo; nada más cruel. Y en Área 12, el recinto de Rabasa, alejado del casco urbano de Alicante, el sábado 29, día de San Pedro y San Pablo, fecha en que la ciudad despedía las Hogueras de San Juan con el castillo en la playa urbana del Postiguet con un castillo de fuegos artificiales, Robe empezó su concierto, a lo grande, con “Destrozares”.

“Quiero felicitar a todos los Pedros, Pablos, Paus”, dijo el cantante extremeño, tras arrancar su actuación con media hora de retraso, a las 21.30 horas, y con un bona nit lanzado al aire. Congregadas en Rabasa, había 7.000 almas entregadas desde el minuto cero; todas a una corearon sus canciones de una gira “Ni santos ni inocentes” en la que presenta su trabajo “Se nos lleva el aire”, de diciembre de 2023. Un álbum que, en cuestión de semanas, o más bien días, se convirtió en el más vendido en España.

Porque, si de algo puede presumir Robe, es de sus letras. Y cada una de ellas hay que volver unas cuantas veces para extraer todos los matices. Tras pasar por “Guerrero”, “Puntos suspensivos” y “... Y rozar contigo”, y rodeado por una banda de músicos extremeños, Robe, guitarra en mano y corazón en la garganta, no hizo más que cantar verdades como puños y “herir los sentimientos” del público. Algo de lo que hace gala y que cumple en todos y cada uno de sus conciertos.

Jugando con el ritmo de principio a fin, Robe tocó ese prodigio canción que es “El Poder del arte”, de nueve minutos de duración, en la que logra que el entusiasmo de la audiencia no decaiga. Introdujo además con maestría grandes temas de Extremoduro, convertidos en himnos para generaciones y generaciones de amantes del rock patrio. No se hizo de rogar. Y no faltó “Jesucristo García” ni tampoco “Nana cruel”, dedicada a los niños que sufren las consecuencias del conflicto armado en Gaza. Sin reivindicación y denuncia social no hay Robe.

De su álbum “Mayéutica” -solo Robe puede titular así un disco- brilló con luz propia “Interludio”, en la que deja sin final las canciones y las puerta abiertas; casi tanto como las mentes para asimilar composiciones como “El hombre pájaro” en la que, de nuevo el amor es un leitmotiv, y se abraza al vacío, e invita a sus seguidores, si se atreven, a hacer los mismo.

Parco en palabras, Robe, con su voz desgarradora, su melena y su falda pantalón -sus señas de identidad- llenó el escenario con su presencia, su magia y su particular estilo como también lo llenaron el violinista Carlos Pérez y el guitarrista Woody Amores.

En una noche en Alicante con una humedad más que asfixiante, a ninguna de las personas se acercaron a escuchar y disfrutar de su música se las llevo el aire ni mucho menos. Y antes de la apoteosis con “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, de Extremoduro, toda una declaración de principios con la que tiene por costumbre cerrar sus conciertos, tocó “Nada que perder”. Por si algún despistado se había olvidado de que nadie se escapa del fracaso y de que el mérito es por tanto ser supervivientes.

Y si una estampa define el concierto de Robe Iniesta es su público, a las dos de la madrugada, abandonando el recinto de Rabasa con la adrenalina por las nubes, el sabor de sus canciones en la boca y los sentimientos a flor de piel. Desconocidos que se daban la réplica verso a verso con las letras del poeta del rock que es Robe. Y, mientras Alicante, decía adiós a las Hogueras de San Juan; eso sí... hasta 2025.