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Joan Margarit, primer Premio Cervantes bilingüe

El galardón recae por primera vez en un escritor que escribe castellano y catalán

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El escritor Joan Margarit ha ganado el Premio Cervantes de Literatura. El jurado, formado por Sergio Ramírez e Ida Vitale, que recibieron este galardón en las dos última ediciones, Paz Battaner, de la Real Academia Española, Pablo de Santis, de la Academia Argentina de Letras, María Luisa Sotelo, Bernal Herrera, Raquel Caleya, Eduardo Lago, Arsenio Escolar, Leticia Amato, Susan Byrne y Carlos Alberdi, ha destacado su trabajo por ser una «obra poética de honda trascendencia y lúcido lenguaje siempre innovador, que ha enriquecido tanto la lengua española como la lengua catalana, y representa la pluralidad de la cultura peninsular en una dimensión universal de gran maestría».
Joan Margarit, que precisamente la semana pasada había depositado parte de su legado en una de las cajas del Instituto Cervantes y que la próxima recibirá el Premio de Poesía Reina Sofía, es un autor que ha desarrollado su obra en castellano y en catalán. Nació en 1938 en Lérida, en plena Guerra Civil, y entre las anécdotas que relata está aquella ocasión en que fue golpeado por una persona por no hablar en «cristiano». Joan Margarit, que rebasa la frontera de los ochenta años, y que ha publicado más de una treintena de poemas (entre ellos algunos tan conocidos como «Crónica» y «Joana», dedicado a la pérdida de su hija) es un hombre que siempre ha rechazado las etiquetas y que se ha negado a circunscribirse a corrientes literarias, como si la palabra rechazara pertenecer a una clasificación y su condición natural fuera la libertad creativa, sin tendencias ni adjetivos que mermen la anchura de su territorio. Joan Margarit, que aparte de poeta es también arquitecto y que, aparte de Cataluña, también ha residido en Canarias, no ha restringido su talento a la poesía y ha navegado por las aguas de diferentes géneros literarios, como demuestra, por ejemplo, su libro de memorias, «Para tener casa hay que ganar la guerra».
La polémica le persiguió en 2010, cuando leyó un pregón en el que pedía que «cambien las relaciones» entre España y Cataluña. También dijo que había llegado el momento de que Cataluña defendiera «su existencia como nación». Y ahondó en esta reflexión al argumentar sus afirmaciones y comentar que «la necesidad de supervivencia y progreso espiritual hace que se deba renunciar a la unión que hace siglos se estableció entre ambas partes».
José Guirao, ministro de Cultura, que presidió el acto junto a la poeta Ida Vitale, señaló que él es «un gran poeta en lengua castellana y catalana y completo merecedor del premio». Él mismo avanzó la primera reacción del ganador al conocer la noticia: «Lo he llamado, porque primero hay que hablar con los autores premiados para ver si lo aceptan y debo señalar que estaba muy feliz y agradecido y encantado por recibir esta distinción».
Esta edición se había planteado como un pulso entre la narrativa y la poesía y, al final, la balanza se ha decantado hacia el verso. A pesar de que, en esta ocasión, Ida Vitale, como ella misma destacó, estaba en disidencia. De hecho, reconoció que la lectura de uno de sus poemas, «No tires cartas de amor» (que, precisamente, José Guirao recitó antes de proceder a la lectura del fallo), fue un poema que «me ganó mucho, porque uno no llega conociendo toda la literatura que tiene que juzgar». La escritora admitió, saltándose la norma de mantener en privado el nombre de otros candidatos, que su opción había sido el novelista Enrique Vila-Matas, al que apoyaban, según sus propias palabras, otras cuatro personas. «Tengo inclinación por la poesía, pero siempre me hace mucha ilusión leer narraciones».
No fue el único nombre de posibles ganadores que salieron a relucir durante la rueda de prensa. Otro de ellos fue Francisco Brines, pero, como recalcó el ministro de Cultura, los jurados son autónomos y libres de escoger a quien consideran más oportunos.
Joan Margarit, que precisamente la semana pasada había depositado parte de su legado en una de las cajas del Instituto Cervantes y que la próxima recibirá el Premio de Poesía Reina Sofía, es un autor que ha desarrollado su obra en castellano y en catalán. Nació en 1938 en Lérida, en plena Guerra Civil, y entre las anécdotas que relata está aquella ocasión en que fue golpeado por una persona por no hablar en «cristiano». Joan Margarit, que rebasa la frontera de los ochenta años, y que ha publicado más de una treintena de poemas, es un hombre que siempre ha rechazado las etiquetas y que se ha negado a circunscribirse a corrientes literarias, como si la palabra rechazara pertenecer a una clasificación y su condición natural fuera la libertad creativa, sin tendencias ni adjetivos que mermen la anchura de su territorio.

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