Cierra la aventura kamikaze del Teatro Pavón
Uno de los pulmones teatrales de la ciudad de Madrid, depositario de la dramaturgia contemporánea, apaga las luces de sus tablas tras cinco años de entrega y apasionada dedicación por la cultura
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Cierra el Pavón Teatro Kamikaze. Su sueño ha durado cinco años. Exactamente desde que abrieron en 2016. Ahora sus responsables han anunciado que el 30 de enero no abrirán sus puertas y no volverán a levantar el telón. «Llevábamos tiempo anunciando que la quinta temporada podía ser la última. Hemos hecho cuanto hemos podido para consolidar este proyecto de especializado en dramaturgia contemporánea». Este espacio se había convertido en una encrucijada de aspiraciones y, también, de deseos, los que mantenían vivos sus cuatro adalides: Miguel del Arco, Aitor Tejada, Israel Elejalde y Jordi Buxó. Ellos fueron los impulsores de un teatro autónomo, original, valiente, que rompiera márgenes y se saliera de los caminos más abundados y corrientes.
«Se quería crear un teatro privado pero, desde el primer momento, con una vocación pública, que no fuera personalista, y que estuviera abocado a la diversidad y se pudiera integrar en la red de teatros, como funciona, por ejemplo, la Abadía», asegura a este diario Miguel del Arco. A las habituales dificultades del teatro se sumó la pandemia y el alejamiento del público. Una terrible situación que se añadía a las duras pendientes que cada año tenían que remontar para seguir hacia adelante y afrontar una temporada distinta. Se luchó con denuedo pero nada es fácil y menos en estos meses. El alquiler que tenían que afrontar era de 400.000 euros al año. Y con la asistencia mermada por la Covid, esa cifra parecía el triple. Se reclamó apoyo, pero nunca resultó suficiente.
La Comunidad de Madrid les concedió una ayuda de 150.000 euros que, intuyen, ya no se repetiría al año siguiente. El Ayuntamiento, por su parte, les restó 50.000 de la cantidad que recibieron el año anterior. No lo quieren decir. Ahí están sus dudas. Pero creen que nunca existió voluntad política para que el Pavón Teatro Kamikaze se convirtiera en un proyecto sostenible en el tiempo y que uno de los foros de la cultura de Madrid siguiera abierto. Ellos llegaron con la ilusión de conjugar las producciones propias, con la intención de dar vida a nuevas creaciones y nuevos autores del panorama actual, pero dejando en cada una de las piezas un marchamo de calidad, alejándose de los recorridos más transitados del circuito comercial, esos en los que se insertan los teatros privados al uso. Ahora han llegado al final del camino. «Hoy nos vamos con tristeza, pero con la sensación de haber cumplido una gran parte de ese sueño». Este es el primer teatro de Madrid que cierra. Un día muy amargo. Como siempre que los cómicos hacen las maletas y se van.