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Cincuenta años de la muerte de Chanel: lo que debemos al mito de la moda

Revolucionaria de la moda y defensora de un nuevo concepto de mujer, se cumple medio siglo de la desaparición de uno de los nombres claves de la moda
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La Razón

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Pocos nombres en el mundo de la moda significan tantas cosas como Coco Chanel. Liberadora de la mujer, creadora de iconos como el bolso 2.55 y todo un carácter que llegó incluso a enfrentarla a su gran amigo Cristóbal Balenciaga, han pasado cincuenta años desde su desaparición y todavía sigue dando que hablar.
Gabrielle Chanel tuvo claro desde el principio que quería triunfar y para eso no tuvo problemas en reescribir parte de su biografía, aunque lo cierto es que nació en una familia humilde. Tras el fallecimiento de su madre fue acogida junto con sus hermanas en el orfanato de la abadía de Aubazine, donde pasó desde los 12 hasta los 18 años. De ahí, cuentan, viene la sobriedad de los diseños de esta maestra de la costura: sus uniformes eran prácticos y negros, dos máximas que ella decidió aplicar en la moda.
En una sociedad como la de la Belle Epoque, previa a la I Guerra Mundial, donde los corsés oprimían a las mujeres y los vestidos eran verdaderos escaparates de pasamanería, ella tuvo la visión de plantear una moda sencilla. Sería unos años después, tras las Gran Guerra, cuando el personaje de Chanel, instalado ya en la emblemática Rue Cambon, se descubriría como la líder de la moda, con unos vestidos de corte masculino, en colores sobrios pensados para una nueva mujer: “Más que liberar a la mujer, liberó su feminidad”, asegura Miquel Martínez i Albero, experto en historia de la moda. “Subvirtió los códigos que se habían establecido hasta este momento e hizo que la mujer dejara de ser un mero objeto decorativo y armó el guardarropa femenino del siglo XX”. El diseñador Moisés Nieto, por su parte, afirma: “Para mí es la figura de la mujer del siglo XX, la diseñadora por excelencia que trajo el cambio a su época y que elevó la artesanía local francesa al lujo actual”.
En su vida podemos diferenciar dos clara etapas, la de juventud, en la que es la reina indiscutible de la moda, sobre todo en los años 20, y la de su regreso en 1954 tras su exilio suizo motivado por las acusaciones de espionaje para los nazis durante la ocupación alemana del país. Según ella, regresó a la moda para liberar a la mujer de la tiranía de Dior, que había presentado su famoso New Look en 1947: “Su regreso no fue tan destacado como nos podemos pensar”, explica Martínez i Albero. “Estableció el código del traje chaqueta, muy importantes actualmente para su casa, sí, pero apenas tuvo eco en la prensa”.
Aquellos fueron los años del bolso 2.55, el tweed y estrellas como Jacqueline Kennedy o Romy Schneider que han forjado gran parte de los códigos actuales de la maison: “Ella sigue siendo la imagen de su propia firma cincuenta años después de su muerte”, asegura Álvaro Castejón, de Alvarno. “Y la casa sigue teniendo esos códigos muy presentes e, incluso, el propio Karl Lagerfeld supo captar muy bien la esencia de madmoiselle y la utilizó muchísimo, consciente de la fuerza que tenía”.
“Es inimaginable no asociar el tweed o la camelia a la casa Chanel”, asegura Nieto. “Además, tiene una silueta muy personal y reconocible. Desde cómo encaja el hombro en sus chaquetas, el talle de sus faldas o la mítica cadena en el interior de sus chaquetas”. Esta maestría en la costura, junto con un controvertido carácter que se hizo famoso en su momento y que la llevó a encararse con Paul Poiret (“voy vestida de negro para ir a tu funeral”, cuentan que le dijo) o a tildar de “para viejas” las colecciones de Balenciaga, hicieron de ella un personaje histórico que capaz de sobrevivir a modas y tendencias: “Siempre se escuchó a sí misma”, recuerda Arnaud Maillard, de Alvarno. “Y pensaba que si no captaban su mensaje en el momento, ya lo haría unos años después”. Y es que, cincuenta años después de su muerte, Chanel es una tendencia que siempre está de moda.