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“Un viaje de esperanza”, el libro que habla de héroes reales y también de magos y guerreros

Adrián Martínez, piragüista profesional, narra a través de una historia de fantasía el proceso de superación y de una enfermedad rara

Adrián Martínez, autor de "Un viaje de esperanza" y piragüista profesional
Adrián Martínez, autor de "Un viaje de esperanza" y piragüista profesionalArchivo

Para llegar muy lejos, como hacen los héroes mitológicos o los personajes de “El señor de los anillos”, hay que superar etapas, retos, misiones. Lo sabe muy bien Adrián Martínez, un chico madrileño de 23 años que parece normal, pero es excepcional. Y su originalidad no es solo que padezca una dolencia rara, una enfermedad mitocondrial muy infrecuente, sino cómo se enfrenta a la vida con ella. Martínez practica piragüismo de forma profesional y ha sido campeón del mundo en la modalidad de maratón porque, como él dice, “en la vida hay que pelear y demostrar que uno puede realizar todo aquello que se proponga”. Superar retos, romper barreras ha sido el argumento de su vida. Y como parte de ese reto vital acaba de publicar “Un viaje de esperanza” (Editorial Pábilo), un libro ilustrado por Adrián Ruiz, con el que transmite sus ganas de luchar y con el que quiere ayudar a otras personas que puedan haber pasado o pasen por lo que él ha vivido. El libro está editado fines benéficos, para dar a conocer su dolencia y ayudar a Aepmi (Asociación de Enfermos de Patologías Mitocondriales) y a la Fundación Ana Carolina Díez Mahou en su labor.

El libro, una historia de fantasía ilustrada, surgió a partir de una charla que el autor dio en un instituto para enseñar a personas jóvenes como él la realidad de las enfermedades raras. “Me propusieron escribir una obra de teatro para que los chavales pudieran representarla y que aprendieran en qué consisten estas enfermedades y la escribí, aunque no era mi mundo. Pero de alguna manera, entré en la escritura y yo siempre he sido muy fan de ’'El señor de los anillos’'. Así que decidí ampliar la historia”, explica el autor, que se preocupó de que la peripecia de los personajes tuviera detrás un mensaje de positividad. El aliento y la inspiración estaban muy claras en su caso: “Sí, porque hay que seguir luchando. Tengo esta enfermedad y mala suerte, sí, pero mira, hay que pelear y demostrar que uno puede hacer todo lo que se proponga en la vida”, dice con aplomo en conversación con este periódico.

Igual que los entrenos de piragüismo, como el viaje de Frodo y Sam, la vida está formada de muchas etapas que hay que superar dentro del enorme viaje que es nuestra existencia. “Exacto, porque dentro de la historia, en la que los protagonistas se enfrentan a un objetivo final, que es encontrar la forma de ayudar a la princesa, hay pequeñas historias en las que superan pruebas, retos, lo que les surge por el camino, que es la vida”, explica. “En la vida hay días malos, pero cuando te pones retos y consigues superarlos, luego miras atrás y el esfuerzo y los días grises han valido la pena. Te ayuda a mirar hacia adelante”.

Todos los mensajes generales de superación son siempre positivos, pero la historia de Martínez no es solo eso. Tiene un destinatario con nombre y apellidos. Bueno, dos. “Sí, la princesa Rosalía es en realidad dos chicas de Sevilla que conozco. El personaje está construido a través de una parte de cada una de ellas. Son dos hermanas a las que les dieron la noticia de la enfermedad que tengo yo y que estaban pasando por un momento difícil. Por eso, para construir el personaje me basé en ellas, para mandarles un mensaje de ánimo”, explica el autor, que sabe perfectamente por lo que están pasando. “No tienen exactamente la misma enfermedad que yo, porque dentro de las mitocondriales hay varias diferentes, pero yo he vivido ese momento en que te vienes abajo, te surgen dudas. Siempre tienes un día triste, de bajón, y hay que superarlos de la mejor manera que puedas”. Porque, a veces, lo que más le preocupa a Adrián es que si él está triste, “la gente a tu lado lo nota y se viene abajo, y hay que intentar siempre sacar una sonrisa, aunque sea difícil”.

Adrián Martínez, en una competición
Adrián Martínez, en una competiciónArchivo

La escritura tiene, siempre, algo de terapéutico. “Yo siempre he sido bastante tímido y me cuesta expresarme hacia el resto. Escribir me ayudó mucho a la hora de expresar mis sentimientos y contar en esa historia y cómo te sientes teniendo estas dificultades, así que escribirlo me ayudó bastante. Lo que siempre me ha resultado más difícil es expresar los sentimientos y las emociones. Hay días que, por una cosa o por otra, estoy enfadado con la vida, te preguntas por qué te pasa esto. Pero en seguida me doy cuenta de que solo sirve seguir luchando con una sonrisa”.

Porque, claro, esta historia no se puede quedar sin su moraleja final, una frase talismán para Adrián y para todo el mundo: “No tengo tiempo que perder ni energía para ello”, está escrito en la última página de la historia. Él dice: “Hay que aprovechar cada momento que nos ofrece la vida y yo, que no hago planes de futuro, vivir cada día”.

Adrián Martínez, autor de "Un viaje de esperanza"
Adrián Martínez, autor de "Un viaje de esperanza"Archivo

También en el diseño de videojuegos

Adrián es administrador de sistemas informáticos en redes y alumno de la Universidad Rey Juan Carlos l de Madrid en el grado de Diseño y Desarrollo de Videojuegos. Como deportista de alto rendimiento en piragüismo ha conseguido varias ocasiones medalla a nivel nacional, e incluso llegó a ser campeón del mundo en la modalidad de Maratón, todo ello en la categoría de “paracanoe”, que es la categoría para personas con diversidad funcional, más concretamente en la categoría especial. Ha llegado a ser uno de los primeros deportistas a nivel nacional en esta categoría. De los videojuegos le apasiona relacionarse con sus amigos. “En los momentos difíciles me han ayudado bastante. Aunque cada uno esté en su casa, haces amigos jugando en línea, no solamente se conoce a gente en la calle”.