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Historia

El laboratorio de la Historia

Ramón Franco, juicio póstumo

La muerte del héroe del «Plus Ultra» atravesó el corazón de una España dividida por el rencor

En 1926, Ramón Franco atravesó el Atlántico con una «cafetera volante», el «Plus Ultra»
En 1926, Ramón Franco atravesó el Atlántico con una «cafetera volante», el «Plus Ultra»larazon
FECHA: 28/10/1938 Aquella mañana el hidroavión «Cant-Z» que tripulaba el teniente coronel Ramón Franco, hermano de Francisco Franco Bahamonde, cayó en picado hasta hundirse en las aguas del Mediterráneo.
LUGAR: MALLORCA «Con Ramón Franco son ya tres los traidores que mueren en accidentes de aviación. Confiemos en que la Providencia nos seguirá favoreciendo», publicó entonces el «Abc» republicano.
ANÉCDOTA: Nicolás Franco presidió el duelo al que no dejaron asistir a las dos personas que Ramón más quiso en el mundo: Engracia y Ángeles, esposa e hija.

La mañana del 28 de octubre de 1938, el hidroavión «Cant-Z» que tripulaba el teniente coronel Ramón Franco, hermano de Francisco Franco Bahamonde, cayó en picado hasta hundirse en las aguas del Mediterráneo. ¿Accidente? ¿Sabotaje...? Sea como fuere, la noticia de la muerte de Ramón, el héroe del «Plus Ultra» que recorrió el Atlántico sur en una «cafetera volante» en 1926, atravesó el corazón de una España dividida por el rencor y el odio. El periódico mallorquín «La Almudaina» tituló así en portada: «En una desgracia de aviación hallan la muerte el insigne aviador Ramón Franco y cuatro heroicos aviadores españoles».

En la misma línea encabezó su crónica el diario «Abc» de la zona nacional: «En el servicio de la Patria perecen en un accidente de “hidro” el teniente coronel don Ramón FrancoBahamonde y los otros tres [sic] tripulantes del aparato». Pero el «Abc» republicano volcó toda su inquina contra el difunto aviador, en una necrológica inmisericorde cuyo autor no tuvo ni siquiera la valentía de firmar: «Con Ramón Franco son ya tres los traidores que mueren en accidentes de aviación. Confiemos en que la Providencia nos seguirá favoreciendo, aunque para alguno de los que han vendido tan vilmente a su patria deseamos una muerte más al ras de tierra».

En cuanto se enteró de su muerte, el Generalísimo Franco envió el siguiente telegrama a la Aviación: «No es nada la vida que se da alegre por la Patria, y siento el orgullo de que la sangre de mi hermano, el aviador Franco, se una a la de tantos aviadores caídos». Al recibir la trágica noticia, Francisco Franco conversaba con el intelectual y diplomático falangista Ernesto Giménez Caballero, tal y como éste consignaba en sus memorias: «Yo estaba con Francisco Franco a solas, aquella mañana en Burgos, cuando le notificaron la muerte trágica y bella de su hermano, a quien quería mucho y admiraba. No se inmutó, retirándose tras saludarme. Tuvo el mismo gesto que cuando supo la muerte de Sanjurjo, la muerte de Mola. La España republicana despedía en ese mismo día a las Brigadas Internacionales”.

La defunción de Ramón no se inscribió en el Registro Civil de Palma de Mallorca, Distrito de la Lonja, hasta el 1 de diciembre del mismo año de su muerte. El certificado literal, obtenido del tomo 135, página 301 de la Sección Tercera, contiene dos errores garrafales: por un lado, se indica que Ramón nació el 4 de febrero, cuando en realidad lo hizo el día 2; y por otro, se hace constar que el difunto «no dejó otorgado testamento», lo cual es rotundamente falso, como queda patente en la certificación de otorgamiento a favor de Engracia Moreno, viuda de Ramón Franco, efectuada por el propio afectado en Barcelona ante el notario Antonio Arenas, el 29 de julio de 1935, de la cual todavía conservo copia compulsada en mi archivo.

La partida dice textualmente así: «En la ciudad de Palma de Mallorca, provincia de Baleares, a las doce horas del día primero de diciembre de mil novecientos treinta y ocho, ante D. Juan Roselló y Roselló, Juez Municipal, y D. Ramón Sánchez, Secretario, se procede a inscribir la defunción de D. Ramón Franco Bahamonde, nacido el día 4 de febrero [sic] de 1896, natural de El Ferrol del Caudillo, provincia de La Coruña, hijo de D. Nicolás Franco y de Dña. Pilar Bahamonde, de profesión teniente coronel y aviador militar, de estado divorciado de Dña. Carmen cuyos apellidos no se mencionan, con quien estaba casado en primeras nupcias, no habiendo tenido herencia, y casado en segundas con Dña. Engracia Moreno Casado, dejando de este matrimonio una sola hija llamada Ángeles, de diez años de edad, hallado cadáver en aguas de la bahía de Pollensa, el cual con motivo de accidente de aviación falleció el día veintiocho de octubre último a las seis horas aproximadamente. Su cadáver recibió sepultura en el cementerio de Palma. Esta inscripción se practica en virtud de [ilegible] del Sr. Juez de 1ª Instancia del Juzgado nº 2 de esta ciudad, fecha de hoy. Consignándose además que no dejó otorgado testamento [sic], habiéndola presenciado como testigos, D. Bartolomé Font y D. Jaime Tomás y López, mayores de edad y vecinos de esta ciudad. Leída esta acta, se sella con el del Juzgado y la firman el Sr. Juez y los testigos de que certifico».

Francisco Franco no pudo asistir al entierro de Ramón en Palma de Mallorca. En su lugar, envió a su hermano Nicolás, embajador de España en Lisboa.

VIUDA SIN ENTIERRO

Nada más conocer la tragedia, la viuda del difunto, Engracia Moreno Casado, acudió con su hija Ángeles y su sobrino Jacinto a rezar por su eterno descanso en la capilla ardiente instalada en el salón municipal de sesiones. Cuatro banderas bicolores envolvían los féretros de los tripulantes rescatados de las aguas. Ante sus cuerpos inertes desfilaron las autoridades civiles y militares, seguidas del pueblo consternado por la muerte de su héroe. El entierro se celebró el lunes 31 de octubre, a las cinco de la tarde. Nicolás Franco presidió el multitudinario duelo al que no dejaron asistir a las dos personas que Ramón más quiso en el mundo: Engracia y Ángeles, pues el hermano de Franco no se había desposado por la Iglesia. En el cementerio del Jardín de la Cruz reposaron sus restos hasta 1963, en que fueron trasladados a un mausoleo de Aviación en una pequeña cripta subterránea.