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Lyna Khoudri, la amiga de Carlota Casiraghi que brilla en “La crónica francesa” de Wes Anderson

La actriz, nacida en Argelia pero establecida profesionalmente en Francia desde su adolescencia, protagoniza “La crónica francesa” junto a Timothée Chalamet y Frances McDormand

La actriz argelina Lyna Khoudri protagoniza uno de los segmentos de "La crónica francesa" junto a Timothée Chalamet y Frances McDormand
La actriz argelina Lyna Khoudri protagoniza uno de los segmentos de "La crónica francesa" junto a Timothée Chalamet y Frances McDormandSEARCHLIGHT

El mundo del cine le puso rostro por primera vez en “Papicha, sueños de libertad” (2019) la película de Mounia Meddour con la que pasó por el prestigioso Festival de Cannes y gracias a la que se hizo con un Premio Césarde la Academia Francesa a la actriz joven más prometedora. Antes de eso, en 2017, ya había ganado un premio como Mejor Actriz en una sección paralela del Festival de Venecia, y después de aceptar el reto de rodar a las órdenes de Wes Anderson en “La crónica francesa” (”The French Dispatch”), ha estado involucrada hasta en cuatro proyectos más desde el fin del confinamiento. La actriz franco-argelina Lyna Khoudri (Argel, 1992) es una de las intérpretes de moda en el panorama mundial y, aunque haya tenido que esperar más de dos años para estrenarse en el plano internacional de la mano del realizador de “Moonrise Kingdom” y “El gran hotel Budapest”, parece preparada para dar el salto a las “grandes ligas”, por mucha incertidumbre que muestre en su conversación con LA RAZÓN por videoconferencia.

Además de su labor como actriz, en la que brilla en su segmento en “La crónica francesa” junto a Timothée Chalamet y Frances McDormand, Khoudri no deja de ser también una hija de su tiempo y se ha significado por varias causas sociales pese a lo corto de su carrera. Y como hija de su contexto, también, se desenvuelve con soltura en redes sociales, llegando hasta los 68.000 seguidores y colaborando con marcas como Chanel. Gracias a un trabajo con esta última llegó a conocer a Carlota Casiraghi, la cual inspirada por las ideas de la joven, la invitó al club de lectura que organiza para la prestigiosa firma francesa: “Gabrielle Chanel y la literatura”. Frivolidades aparte, y confirmada su aparición en la macro-producción del país vecino para darse una nueva trilogía de “Los tres mosqueteros”, este parece ser el mundo de Lyna Khoudri y nosotros solo podemos vivir en él.

"La crónica francesa" ("The French Dispatch") ha conseguido la mejor media por pantalla en su primer fin de semana de estreno en Estados Unidos
"La crónica francesa" ("The French Dispatch") ha conseguido la mejor media por pantalla en su primer fin de semana de estreno en Estados UnidoslarazonAP

-¿Es raro estar aquí después de todo este tiempo, promocionando una película que se rodó hace casi tres años?

-Sí, totalmente, es muy raro. Pero también es cierto que ha sido igual para todos, como una especie de experiencia colectiva, entonces eso lo hacía más llevadero. Es extraño, esperar casi tres años, pero estamos muy felices de poder mostraros la película por fin.

-¿Cómo iba viviendo la espera? ¿Era algo que tenía presente en su día a día o casi se ibas olvidando de la película?

-Solo era cuestión de esperar y esperar. Sabíamos que Wes quería esperar a poder estrenarla en cines, y que todo obedecía a una fuerza mayor. ¡La gente se estaba muriendo! Y eso era muchísimo más importante. Sabíamos que llegaría el momento y, por suerte, está siendo ahora y en todo el mundo prácticamente a la vez.

-Además de trabajar con Wes, ¿qué le atraía del personaje o del proyecto? ¿Era una aficionada a su trabajo como director?

-Totalmente. Antes de conocerle ya le reverenciaba, porque una de mis películas favoritas de todos los tiempos es “Moonrise Kingdom”. Entonces, cuando llegó la hora de plantear la película y conocernos fue genial. Me encanta su trabajo y ser parte de este proyecto ha sido impresionante.

-¿Cómo era su relación con el Mayo del 68 antes de la película? No trata exactamente de eso, pero hay ciertos ecos. ¿Cree que se puede seguir buscando la playa bajo los adoquines?

-¡Claro que sí! Ha sido una inspiración para la película, pero también para muchas generaciones de jóvenes franceses durante décadas. De hecho, no conocía demasiado sobre los casos concretos de encierros estudiantiles, o sobre las formas de protesta de la época, y a través de Wes y su equipo de documentación he tenido la oportunidad de acercarme de verdad al tema. De hecho, he seguido interesándome por ello por mi cuenta, buscando información y libros que me aportaran contexto. Es un período clave para entender la Francia de hoy en día. Mi personaje no está inspirado en nadie real, pero sí hay muchas figuras históricas en las que se mira.

-¿Tenía acceso todo el guion o solo a su historia?

-Solo nuestra parte del guion, porque así lo quiso Wes. De hecho, ocurrió que, como Frances McDormand sí es parte del hilo conductor del resto de la película, ella me contó cómo se entrelazaba todo. Eso sí, hasta la primera proyección no supe nada de manera oficial. Era difícil, porque la primera vez que nos encontramos todo el elenco nos íbamos preguntando “¿Tú qué eres? Yo soy un cocinero. Ah vale, yo soy una activista”. Tuvo su parte de comedia interna, claro.

-Después del éxito de “Papicha” y trabajar ahora con Wes Anderson. ¿Cree que está jugando ahora en primera división?

-Sinceramente, no tengo ni la menor idea.

-¿Se ves trabajando a nivel internacional en el futuro más inmediato?

-De momento, yo creo que no. Ahora estoy a punto de embarcarme en dos películas francesas más, así que estaré bastante ocupada, pero después no me cierro a nada. Por supuesto. Pero, sinceramente, no sé qué me depara el futuro. Me ilusiona estar aquí, pero ya veremos a dónde me lleva todo.

-¿Cómo fue trabajar con Frances McDormand? ¿Se sintió más honrada o más asustada? No deja de ser una ganadora de tres Oscars…

-Al principio, he de confesar que estaba aterrada. Cuando todavía no la había podido conocer ni hablar con ella. Cuando ya nos sentamos y pudimos poner nuestro trabajo en común, descubrí a una mujer encantadora y muy servicial respecto a los demás. Es fantástica y la adoro. Quizá la tenemos por una mujer dura, por los papeles que ha interpretado, pero en la distancia corta es todo un ejemplo a seguir como mujer y como actriz. Me dio muchos consejos y me prestó mucha atención durante el rodaje, fue una madre desde la más absoluta falta de condescendencia.

Tenía miedo, real, de estar en este proyecto. No sabía muy bien qué hacía allí, rodeada de tantas estrellas, pero todo fue tan normal, tan cercano, que me sorprendió. McDormand no actúa como la estrella que es, actúa como una compañera más del rodaje que te ayuda siempre que puede con su experiencia.

-Tratándose de una película sobre periodismo, ¿Cree usted que la sociedad ha dejado de lado la necesidad por el buen periodismo?

-Es un poco lo que plantea Wes en esta película, porque no deja de tratar sobre la muerte del personaje que interpreta Bill Murray. En cierto sentido, habla también de la muerte del periodismo. O al menos de ese periodismo no tan precario que se dio tras la Segunda Guerra Mundial. Pero, de nuevo, es una película de Wes Anderson y todo está embellecido. Ojalá no sea también la muerte del periodismo real, del que está fuera del mundo de Anderson.