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Historia

Vikingos: altos, rubios, de ojos azules y guapos

Cat Jarman publica «Los reyes del río», donde describe cómo eran, el papel que tuvo la mujer y cómo ampliaron las rutas comerciales hasta Oriente

Las series sobre vikingos han popularizado a estos guerreros y han difundido la idea de las mujeres-soldado
Las series sobre vikingos han popularizado a estos guerreros y han difundido la idea de las mujeres-soldadolarazon

Las series de televisión han sumado a la leyenda de los vikingos el espectáculo que aportan las escenografías y un reparto que induce a pensar que solo añade pasarela y no rigor histórico. Pero la bioarqueóloga Cat Jarman sostiene que el mito de unos guerreros altos y fuertes no está disputado con la realidad: «Es una imagen cierta. Lo sabemos por la arqueología y las fuentes de los árabes, que mantuvieron contactos con ellos y que los describen como personas guapas y rubias. Aunque hoy también sabemos que no todos era así. Por los análisis, hemos descubierto que no todos tenían ojos azules y que los había con el pelo castaño. Existía más diversidad. No hay que descartar la imagen que hemos recibido, pero hay que tener presente que entre los vikingos había grupos distintos que provenían de otros sitios, como del sur del Mediterráneo. Hay que actualizar el tópico sin descartarlo».

La historiadora ha publicado «Los reyes del río» (Ático de los libros), un título que llega a las librerías cuando se ha estrenado «Vikingos: Valhalla» en Netflix. «No creo que ellos fueran peor que cualquier otro ejército del periodo. Algunas de las historias que se cuentan sobre su crueldad se han perpetuado por crónica escritas por sus enemigos, los anglosajones. Ellos los describían como bárbaros y un pueblo violento. Se tiene que entender por qué lo hacían. Uno de los motivos que inducía a divulgar esa opinión es que eso aportaba a sus victorias mayor mérito y conseguían que fueran más valoradas. También aspiraban a subrayar la importancia de ser cristiano sobre alguien de confesión pagana. Debemos ser conscientes de la ideología que se esconde detrás de estas historias y no confundirlas con la realidad. En esos tiempos violentos y crueles, los vikingos no eran peor que los demás».

La autora añade un detalle sustancial sobre la conversión a la fe de Cristo de estos pueblos y defiende que «la idea de un ejército pagano fue usada a propósito por los reyes cristianos. El asalto al monasterio de Lindisfarne no fue el primero, pero se empleó como una historia aleccionadora del castigo de Dios sobre la gente que no obedecía con rigor los principios del cristianismo. Es una manera de manipular y chantajear al pueblo para que actúen de manera correcta. Si un fiel no obedece, vienen a sugerir estos textos, llegarán los vikingos para matarlo a él y a su familia».

Pero los últimos estudios arrojan una verdad completamente distinta. «No se convierten por tener una revelación. Es lógico. Al principio de la era vikinga, algunos grupos lo usaron solo como un arma política más. Uno de estos líderes, por ejemplo, aceptó el bautismo para tratar con los reyes anglosajones. Cuando viajan a Oriente, ellos mismos mienten sobre su fe para comerciar y afirman que son cristianos. Tienen una idea bastante flexible sobre la religión y usan el cristianismo como un recurso más para alcanzar sus propósitos. Se convierten, en realidad, cuando en Escandinavia se desarrolla el concepto de nación. Estos estados son más fáciles manejar con el modelo de un rey que centraliza el poder político y religioso».

Mujeres armadas

Uno de los asuntos que ha cobrado más relevancia últimamente, sobre todo a la luz de las series, es el papel que tuvieron las mujeres. Para Jarman está fuera de dudas que los vikingos eran «una sociedad patriarcal», pero, a la vez, explica que «las mujeres tenían más derechos que en otros lugares de Europa. Podían divorciarse y, a la vez mantener sus propiedades, aunque al heredar, eso sí, los hijos iban antes. No estaban peor que otras partes de Europa, pero tampoco hay que idealizar y considerar que estaban mejor. Todavía mantenemos muchas dudas sobre el papel de la mujer en el mundo vikingo».

Para Jarman es una «exageración» la imagen de las mujeres guerreras que otorgan las últimas realizaciones televisivas. «Es cierto que podían alistarse en sus ejércitos y desempeñaban un rol en la guerra, pero no hay que caer en el error de considerar esto una realidad amplia. Se sabe que no se quedaban en las granjas, que viajaban con los hombres, que había, incluso, gobernadoras locales y que tenían cierta importancia en la sociedad. Pero no hay que engañarse. Aquel era un mundo masculino».

LOS HOMBRES QUE TRAJERON LA VIRUELA
Cat Jarman explica que los vikingos ampliaron el mapa conocido y llevaron sus fronteras a Groenlandia y Oriente. Pero no solo trajeron una globalización, también inundaron el inglés de palabras, que aún se emplean a diario, y expandieron la tecnología de sus barcos. El lado negativo es que también trajeron la viruela a Europa en uno de sus viajes