Sección patrocinada por sección patrocinada

Arte

Steven Meisel, el creador de las supermodelos

La Fundación MOP explora el sentido de la belleza del fotógrafo en la primera exposición dedicada a su obra

Para comprender la importancia del evento solo hay que repasar la lista de modelos que acudieron a la inauguración: Naomi Campbell, Irina Shayk, Christy Turlington, Karen Elson, Karlie Kloss o Karla Vodiánova. Con la muestra dedicada el año pasado a Peter Lindbergh, Marta Ortega, la presidenta de Inditex, dejaba claro que deseaba incluir a la ciudad de La Coruña en el circuito expositivo nacional, al igual que sucede con otras capitales, como Santander, Bilbao o Málaga. Una idea que ha dejado de ser una mera intención para materializarse en un proyecto con identidad propia con la apertura de la primera exposición internacional dedicada a Steven Meisel, uno de los fotógrafos de moda más relevantes de todos los tiempos (junto a Helmut Newton o Richard Avedon) y el forjador en la década de los noventa del afortunado concepto de «supermodelo», que después se ha popularizado tanto.

Meisel, un hombre reservado, poco inclinado a conceder entrevistas (solo ha dado una a lo largo de toda su trayectoria) y que regatea su presencia en los medios de comunicación y los eventos públicos, siempre se había negado con anterioridad a exhibir sus obras en retrospectivas –solo dos afortunadas y pequeñas galerías han disfrutado antes de la oportunidad de reunir una ínfima fracción de sus trabajos–. La estrecha amistad que comparte con Marta Ortega es lo que ha hecho posible que ahora salga hacia adelante un evento que resultaba imposible y en donde ya habían fracasado otros. Una cita que convierte de manera definitiva a la moda (junto a la fotografía) en el eje principal del programa cultural que desarrollará la Fundación MOP –Fundación Marta Ortega Pérez–.

Estilo y pose

En este caso ha escogido a un nombre que apenas necesita presentación. Meisel, que nació en Nueva York hace 68 años, nació con la temprana obsesión del mundo de la moda y todas sus ramificaciones: revistas, pasarelas, publicidad... Deslumbrado por el glamur y la belleza que desprendían las modelos, tomó de manera precoz las riendas de su destino y con apenas dieciséis inviernos tallados en su perfil se dedicó, con una Instamatic, a ir a las agencias donde acudían las modelos con sus «books». Las retrataba a la entrada y la salida, a escondidas. En una ocasión, con Twiggy, llegó a colarse en el estudio de fotografía para sacar una instantánea de una mujer que durante años fue la pura definición de la palabra «estilo». Para lograr ese éxito prematuro hizo novillos en la escuela. Es probable que nunca más necesitara faltar a la escuela.

Isabella Blow retratada por Meisel en 1993
Isabella Blow retratada por Meisel en 19931996-98 AccuSoft Inc., All rights reservedFundación MOP

El año 1993, hace ahora treinta años, supuso su consagración definitiva con 28 portadas y más de 120 historias en doce meses. Es como si un músico firmara 40 álbumes o un novelista publicara 30 novelas en un solo año. La exposición, que se ha comisariado desde el propio estudio del artista y que en su apertura ha contado con la presencia de Jimmy Moffat, agente de Meisel durante cuarenta años, ahonda en esta fecha tan preclara para él a través de una serie de instantáneas que forman parte del acervo visual de la sociedad, aunque muchos no identifiquen su autoría.

El recorrido no es una colección aleatoria de imágenes (casi todas procedentes de la edición italiana de «Vogue»). La exposición tiene como objetivo explorar el particular sentido de la belleza que había desarrollado Meisel. Él había concluido que provenía de la suma de la elegancia y la pose. Una teoría que puso en práctica con un grupo de muchachas: Naomi Campbell, Linda Evangelista, Carla Bruni o Claudia Schiffer. Meisel las adoptó en su adolescencia, cuando apenas tenían quince o dieciséis años. Las inculcó una manera de moverse, comportarse delante del objetivo de una cámara y desenvolverse en la pasarela. Se convirtió a la vez en su maestro y protector. Gracias a él, todas ellas perdieron su apellido y pasaron a ser conocidas solo como Naomi, Linda, Carla o «la Schiffer». Una actitud que subrayaba su reciente estatus. Ya no eran modelos: eran supermodelos. Y ahora nos contemplan en esta exposición desde unas fotografías que nunca pasan de moda.

Linda Evangelista en 1993
Linda Evangelista en 19931996-98 AccuSoft Inc., All rights reservedFundación MOP