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Daniel Craig: “Odiaría tener que crecer en estos tiempos”

Ya sin licencia para matar, el actor atendió a la Prensa a su paso por Madrid para estrenar la secuela de «Puñales por la espalda», que pasa por las salas antes de estrenarse en Netflix el próximo 23 de diciembre
La RazónJohn Wilson/Netflix © 2022

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En una lujosa habitación de hotel, en pleno corazón de Madrid, la Prensa y la actriz Kate Hudson esperan en silencio. En la silla vacía, todavía cabe algo de expectación y hay un hueco para el mismísimo James Bond. Cuando llega a sentarse Daniel Craig, protagonista de nuevo como el escrupuloso detective Benoit Blanc en la secuela de «Puñales por la espalda», la estancia entera tuerce el cuello y el actor, cómico, simula que se ha equivocado de puerta.
Ese espíritu juguetón y socarrón del actor británico, muy propio de sus inicios en la escena inglesa, es el que recupera aquí el director y guionista Rian Johnson, que en la enrevesada y maratoniana «El misterio de Glass Onion» repite junto a Craig volviéndole a rodear de un elenco de lujo. Tras resolver el crimen que involucraba a Ana de Armas, Chris Evans, Don Johnson o Jamie Lee Curtis, el detective favorito de Netflix se marcha hasta la isla privada de un magnate tecnológico –aquí Edward Norton parodiando de manera inequívoca a Elon Musk-, para ser una pieza más de un Cluedo gigante junto a sus amigos: la propia Hudson, Janelle Monáe, Dave Bautista, Kathryn Hahn y Leslie Odom Jr. se encargan de darle el toque estelar a esta nueva entrega, solo esta semana en algunos cines selectos y en la plataforma de «streaming», para todo el mundo, a partir del próximo 23 de diciembre.
«Estoy muy agradecido con que se haya podido estrenar en cines. Y es que hubo muchos gritos. Por ambas partes. Era necesario llevar esta película a cines, sobre todo después de tener la oportunidad de verla con gente y comprobar sus reacciones. ¿Por qué negarías a nadie una oportunidad así, de reírse en una experiencia común? Creo que todos nos sentimos un poco distantes respecto a los demás tras el covid, necesitamos volver a confiar en los espacios grandes, compartidos. Estoy feliz con la distribución y el plan que hemos trazado. No me pagan por ello, pero aprovecho para decirlo, porque me metí en esto del cine por las experiencias compartidas, por esas salas llenas», explica sincero un Craig que, sin pretenderlo, ha acabado en una nueva saga tras abandonar la del Agente 007: «Siempre que Rian Johnson y yo podamos seguir sorprendiendo a la gente, haremos estas películas. Eso es todo en lo que pienso. Ahí acaban las posibilidades. Si me sintiera, por un segundo, cansado o poco motivado con estas películas, saldría de inmediato. Me encanta hacerlas, pero es que me encanta verlas también», completa risueño.
“Puñales por la espalda: el misterio de Glass Onion”
Una cebolla que no hace llorar
★★★★☆
Por Carmen L. Lobo
Sí, recuerda poderosamente a «Diez negritos», la novela de Agatha Christie. Pero, sobre todo, a ese delicioso disparate titulado «Un cadáver a los postres» (Robert Moore, 1976), donde un cáustico, como siempre, Truman Capote era el millonario que daba cita en su castillo a los cinco detectives más famosos del momento. Y es que tan excéntrico y riquísimo resulta Miles Bron (Edward Norton), quien organiza un fiestón impresionante en una isla griega privada donde este personaje ha levantado una mansión que ríanse de cualquiera de Bill Gates. Juerga a la que acuden sus más íntimos amigos, léase una histérica actriz y modelo en horas bajas, un youtber machista pasado de anabolizantes, la misteriosa ex socia de Bron... El motivo: orquestar su «falso» asesinato para ver quién desenmascara al culpable. Pero hay más: hasta ese enclave de ensueño tecnológico llega Benoit Blanc (Daniel Craig), el famoso investigador, quien vuelve a tener un caso, porque uno de los invitados pasa a mejor vida tras ser de verdad envenenado. Era lógico que la divertidísima e irónica «Puñales por la espalda» (2019) tuviera una secuela y que, después del éxito obtenido, Rian Johnson repitiera tras la cámara y Craig fuera igualmente el protagonista, porque él lo vale. Igual que el resto del reparto, en especial, una neurótica Kate Hudson, sin obviar los cameos. Una, de nuevo, cómica y disparatada historia ambientada en nuestros días (lo del misterioso jeringazo para que no lleven mascarilla tiene gracia) y con gags memorables (la aparición de un kombucha alcohólico creado por Jared Leto, las críticas a cuantos son alguien hoy en esta sociedad digitalizada aunque no valgan profesional y personalmente un duro...). Si se quieren, háganse un favor y vayan a verla, en el cine o luego por Netflix, frente a la que está cayendo, esta película es una excelente terapia. Y esos modelitos de Craig...
Lo mejor: Craig al frente de un no menos potente reparto y su guion, lleno de humor e ingenio
Lo peor: Que alguien no pille la crítica a esta sociedad llena de famosos carentes de sesera
Un hombre sincero
En su nuevo misterio, cuya definición misma ya se adentra de lleno en el pantanoso terreno de los «spoilers», el Blanc de Craig se ve obligado a ejercer de niñera de un grupo de ricos problemáticos. A la sazón, el «streamer» misógino, la «influencer» racista, el científico sin moral o la política deudora. Ahí, en lo contextual, es donde brilla el guion de un Johnson pegado a la actualidad: «La gente que Rian describe en sus guiones es material de risa. Igual que mi Benoit, por ejemplo. Es para que nos riamos de él. La película es sobre el ahora, nuestra actualidad. Rian escribe sobre la América de hoy en día y cómo influye al resto del mundo. Para bien o para mal, depende de cómo lo quieras ver. Él lo dice y yo lo creo. Si Agatha Christie escribiera hoy, lo haría sobre los magnates de la tecnología, sobre este nuevo tipo de rico», opina sin miedo Craig, antes de responder sobre si deberíamos o no seguir teniendo a los millonarios como referentes: «Deberíamos pasar de estos magnates. Ojalá lo hiciéramos, de verdad», añade preguntado por Musk o Bezos.
Con la misma franqueza, y en mesa redonda, el actor responde en plata sobre su nula actividad en redes sociales, donde muchos de los personajes de la secuela de «Puñales por la espalda» tienen su pequeño Vietnam: «Ni con putos caballos salvajes podrían hacer que tuviera redes. Hay demasiadas. Quitad algunas o algo, por favor. Joder, me alegra que existan, que se hayan creado cuando ya soy viejo. Odiaría tener que crecer en estos tiempos. Lo de hacer una cosa y pedirle a la gente que le guste… Es anti-arte. Si te gusta bien, si no, no es mi problema. Me crie con los valores del punk y creo mi arte para una gente concreta. Y quiero que lo vea el máximo de gente posible, claro, pero no les voy a pedir que les guste. Pero nadie me suele hacer caso, así que bien», se despide Craig de las preguntas no sin antes valorar la gira mundial de la película, con hasta cuatro países en una sola semana: «He estado en varias películas de las que no estoy nada orgulloso. Pero aquí se hizo fácil porque es muy buena».