Crítica de «Men»: La manzana prohibida ★★
La premisa de esta película dirigida por Alex Garland es atractiva y perturbadora
Creada:
Última actualización:
En el pecado original está la semilla de la masculinidad tóxica. Mordiendo aquella manzana reluciente del jardín del Edén, Eva se rebeló contra el mandato divino y arrastró con ella a Adán. Es un gesto capital, punitivo, de la historia que demoniza a la mujer por los siglos de los siglos, y que Harper (Jessie Buckley), en busca de paz, repite cuando llega a una mansión apartada en la campiña británica. Ese gesto desata la venganza del Hombre con mayúsculas, replicado en distintos cuerpos pero con un mismo rostro (el de Rory Kinnear).
La premisa es atractiva y perturbadora: nos desubica en un espacio abierto y luego parece invocar ese terror «folk» que tan bien se le daba a «The Wicker Man». Es cuando la metáfora toma cuerpo que «Men» se revela como una película de una sola idea. Sus excesos, aunque simpáticos, son antes producto del agotamiento de una tesis que de una confianza en la transgresión innata en ciertas formas y conceptos del cine de terror.