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Crítica de "Anselm": Wim Wenders frente al artista provocador ★★★ 1/2

Dirección y guion: Wim Wenders. Música: Leonard Küßner. Fotografía: Franz Lustig. Productor: Karsten Brünig. Montaje: Maxine Goedicke. Alemania, 2024. Duración: 93 minutos. Documental.
Un fotograma de "Anselm"
Un fotograma de "Anselm"Imdb
La Razón
  • Sergi Sánchez

    Sergi Sánchez

Barcelona Creada:

Última actualización:

De todos los artistas que Wim Wenders ha retratado durante su extensa filmografía -Yasujiro Ozu, Sebastiao Salgado, Pina Bausch-, Anselm Kiefer es el más próximo a lo que sería un alter ego. Ambos nacieron en 1945, cuando Alemania iniciaba un largo camino hacia la negación, y fueron educados mirando a la pared de la Historia, preguntándose qué había ocurrido con el pasado de su nación genocida. Si Wenders se refugió en el mito de América, en el cine como viaje infinito hacia la cultura colonizadora de los aliados, Kiefer prefirió agitar las conciencias de sus compatriotas fotografiándose por el mundo con la mano alzada, el saludo hitleriano como un gesto anacrónico que, sin embargo, no merecía caer en el olvido. 
En las pocas ocasiones que Kiefer habla a cámara, parece que estemos escuchando a un Wenders que, ahora, también habla sobre la insoportable levedad del ser: cómo, si no, podemos entender una película como “Perfect Days”, que nos convierte en gota de agua en la marea cósmica de lo cotidiano. 
Kiefer se pasea en bicicleta por entre sus obras en un taller enorme, que parece un bosque de lienzos y estatuas. Es lo que hace la película, proponer un paseo inmersivo y meándrico por su producción. Es un paseo que no tiene nada de biográfico, aunque lo vemos, recreado, de niño y adolescente. Hay una cronología, en buena medida construida a partir de los diferentes espacios que ocupan sus estudios de trabajo, pero el conjunto es deliberadamente meditativo, atravesado por su obsesión de enfrentarse con las huellas del fascismo. 
De ahí la evocación del poeta Paul Celan, que sobrevivió al Holocausto, y la sombría obra dedicada al filósofo Martin Heidegger. A través de la producción de Kiefer, que establece un diálogo permanente entre lo efímero -hermoso ver cómo quema partes de la superficie del lienzo- y lo permanente, Wenders ve la oportunidad de resucitar uno de los objetivos del Nuevo Cine Alemán, que no es otro que confrontar a su país con la culpa de su legado histórico. Tal vez por ello “Anselm” sea el documental biográfico más importante de los que ha firmado nunca, teniendo en cuenta su relevancia política para esa Europa que vuelve a tener que lidiar con la intolerancia.
Lo mejor: 
Evita los clichés de la cronología biográfica y aprovecha las afinidades creativas entre el artista y el cineasta.
Lo peor: 
El artista permanece como una figura fría y distante, alejada del espectador.