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Festival de San Sebastián
Díaz Yanes presenta en San Sebastián a la otra infiltrada de ETA: "Creo que se van a hacer muchísimas más películas sobre ETA"
El veterano cineasta propone en la sexta jornada del festival otra mirada sobre los infiltrados de la banda terrorista con "Un fantasma en la batalla"
Pueden parecer iguales, por el contexto promocional en el que se desenvuelven, la coincidencia temporal en la que se presentan o la envoltura narrativa que a priori presentan, pero no lo son y lo que es más importante: tampoco lo pretenden. Ni en la forma, ni en el fondo, tampoco en la mirada utilizada para construirlas. En "La Infiltrada", dirigida por Arantxa Echevarría, la figura de Aranzazu Berradre Marín, la primera mujer policía que estuvo infiltrada en la izquierda abertzale durante ocho largos años y vencedora de la última edición de los Goya, acaparaba todo el grueso argumental de la trama.
En cambio, en "Un fantasma en la batalla", la reaparición producida por Netflix con la que Agustín Díaz Yanes, atravesando el ecuador del festival, el papel de Marín, interpretado por Susana Abaitua en vez de Carolina Yuste, sirve para armar el grueso de la historia pero no para construirlo de manera exclusiva, ya que se centra también en otros agentes infiltrados con los que diseccionar la construcción de una de las operaciones de la lucha antiterrorista más trascendentes de nuestra historia reciente: la Operación Santuario, que permitió encontrar los zulos que los terroristas tenían escondidos en el País Vasco francés.
"Llevaba muchos años queriendo hacer una película sobre ETA"
"Intenté abordar este asunto con el mayor respeto y tranquilidad posibles y sobre todo procurando no meter la pata en cuestiones bastante esenciales. Era una película personal y moralmente muy complicada de hacer, pero nos hemos rodeado de un equipo excelente y hemos tenido tiempo para repasar bien las cosas que podían estar mal", señaló el director de "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" en la rueda de Prensa concedida en una de las salas del corazón del Kursaal.
"Desde un principio, mis productoras me dijeron que al estar Netflix detrás era una película que se iba a ver en países como Holanda o Francia y que en ese sentido tenía que entenderse bien. Optamos por hacer una película ficcionada que tiene un componente histórico importante, sin duda, pero también uno cinematográfico y actoral esencial", remarcaba el cineasta sobre el predominio de una tensión dramática muy predominante a lo largo de la historia.
Yanes reconocía que "llevaba muchos años queriendo hacer una película sobre ETA. Imagino que como cada cineasta con debilidades al final uno siempre termina derivando en aquellos temas que más le atraen y en mi caso, me atraían mucho las películas irlandesas sobre el IRA y me gustan mucho las películas y los libros de espías. Tiempo antes de la pandemia, me reuní con Belén (la productora) para comer y me preguntó qué tenía entre manos. Le hablé de una idea que tenía en mente pero no escrita aunque yo dijera que sí –admite entre risas– y le insistí en que la protagonista iba a ser una mujer. Creo que se están haciendo muchas películas sobre ETA y se van a hacer muchísimas más, porque ETA atravesó cronológicamente casi cuarenta años de democracia en España y marcó muchos acontecimientos".
Las mujeres de Tano
Por su parte, Abaitua, que encarna con absoluta destreza el papel de Amaia (nombre que la policía utilizó como tapadera de su verdadera identidad), subrayó que "‘‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’’ es una película que ha formado parte de mi vida. Sabía que quería conocer a Agustín Díaz Yanes y cuando me llegó la propuesta me sentí inmensamente afortunada. Hay una cosa importante del personaje de Amaia que tiene que ver con la forma en la que mira Tano –nombra aludiendo a la forma cariñosa y particular que tienen las personas de su entorno de dirigirse al cineasta– a las mujeres en su cine y es que además del respeto hay una sensación total de igualdad depositada en este caso en el personaje de Amaia de una manera muy natural. En ningún momento piensas ‘‘esto lo tendría que hacer un hombre’’, ni te lo planteas viendo la película y eso me parece un logro precioso que tiene que ver con su universo como director y la familia que crea a su alrededor".
"Es la tercera vez que trabajo con Díaz Yanes y lo que más le interesa como director es retratar o entender o saber qué les pasa a las mujeres en determinadas situaciones"
Una reflexión compartida por Ariadna Gil, que interpreta aquí a Soledad Ipaguirre, alias "Anboto", figura importante de la cúpula de ETA. "Es la tercera vez que trabajo con Tano y es un director al que lo que más le interesa es retratar o entender o saber qué les pasa a las mujeres en determinadas situaciones. En muchas de sus películas las protagonistas o personajes más activos son mujeres, pero no de una manera subrayada. El personaje que yo interpreto aquí podría ser un hombre de la cúpula de ETA pero ha decidido escoger a una de las pocas mujeres que hubo y eso es sin duda una elección que marca su mirada y dice mucho de su cine". Un cine personal y honesto que sigue explorando cautelosamente los márgenes que bordean las heridas de nuestra Historia.
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