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Juan de Mariana, el español indispensable para la historia del liberalismo

Mucho antes que Locke o Rousseau, el liberalismo tuvo a uno de sus mayores exponentes en un jesuita del Toledo del siglo XVII
Juan de Mariana
Juan de MarianaArchivoUSC
La Razón
  • Yoel Meilán

    Colaborador

Madrid Creada:

Última actualización:

Cuando uno estudia la historia del liberalismo, hay una serie de figuras que siempre aparecen; John Locke, Rousseau o Montesquieu. No obstante, cada vez más ha destacado la figura del padre Juan de Mariana que, por sus tesis en relación con la economía y los derechos civiles, puede ser considerado como uno de los primeros defensores del liberalismo en el mundo, influenciado a muchos grandes pensadores posteriores.
Su pensamiento, muy célebre en su época, mantuvo una serie de elementos clave que le dotan de una consistencia y originalidad inolvidables. En medio de las luchas de fe contra el protestantismo, publicaría “De rege et regis institutione” en 1599. Este ensayo nacía como respuesta a las tendencias protestantes y el maquiavelismo político, que afirmaban que un rey podría actuar incluso en contra de la Iglesia y los grandes valores en nombre de su propio estado.
Contra esta tesis protestaba Mariana, afirmando que el rey no era la autoridad absoluta, sino únicamente un representante de su pueblo. Una figura con autoridad, desde luego, pero que nunca podría situarse a si mismo por encima de la fe o los derechos de sus súbditos. En este sentido, Mariana era novedoso, inaugurando en cierta medida el llamado “contractualismo”, que años después desarrollarían Rousseau y Thomas Hobbes hasta sus últimas consecuencias. De tal manera, el rey, para Mariana, estaba condicionado a su pueblo a través de un acuerdo con normas y, en caso de no respetarlas, este pasaría de monarca a tirano.
Continuando con esta idea, tal vez su mayor aportación se daría en 1609 en el campo de la economía con la publicación de “De monetae mutatione”. En esta influyente obra, Mariana se consagraría a lo que ahora llamaríamos liberalismo económico. En el tratado se critican las políticas llevadas a cabo por el Duque de Lerma, valido del rey Felipe II, en relación con las variaciones del peso de la moneda de vellón. La moneda había sido alterada para reducir su valor, producir más y financiar de esta manera los gastos de la corona. Para Mariana, la intervención sobre la economía del poder político debía mantenerse en el mínimo posible, pues cada vez que el monarca actuaba sobre este aspecto afectaba al fruto del trabajo de sus súbditos de forma arbitraria. Las intervenciones del estado del estado en la economía no eran otra cosa que “quitar a los del pueblo sus bienes por más que se los disfrace con dar más valor legal al metal”.
Y es que estas medidas gubernamentales aumentaban la inflación y empobrecían a los españoles sin que ellos pudiesen hacer nada, ni siquiera opinar. Mariana afirmaría que la defensa de la propiedad y los derechos de los súbditos diferenciaban al buen líder del tirano, en tanto que este último “es aquel que todo lo atropella y todo lo tiene por suyo”. Por contraparte, el buen rey “estrecha sus codicias dentro de los términos de la razón y de la justicia”.
Sus obras corrieron como la pólvora en las cortes europeas, influenciando a numerosos intelectuales y el causando la ira de muchos gobernantes. Tanto sería así que, en 1609, el mismo año de la publicación de “De Monetae mutatione”, fue detenido por autoridades españolas en nombre del Duque de Lerma y puesto bajo custodia en Madrid. Pese a la dureza del proceso y el encierro, Mariana se mantuvo fuerte y afirmó con convicción cada palabra escrita en sus libros. Tanta debió ser su capacidad de argumentar que sorprendentemente fue puesto en libertad meses después para poder regresar a Toledo, donde vivió sus últimos años de vida dedicado al estudio de la historia de España.
La defensa de la propiedad privada y los derechos políticos vuelven a Juan de Mariana una de las figuras más importantes de la historia del liberalismo español. Profundamente novedoso para su época, desarrolló un pensamiento político y económico coherente y lógico, que daría origen a muchos movimientos que posteriormente se denominarían “liberales”. Pese a haber sido olvidado por la historia más “mainstream” hasta hace relativamente poco, su influencia se dejó sentir en el desarrollo del pensamiento del mundo entero. Desde la inspiración que fue este jesuita para los republicanos españoles como Pi y Margall, a la innegable influencia que tuvo Mariana en John Locke, padre del liberalismo para muchos. De hecho, como quedó recogido en varias cartas, Locke recomienda leer las obras del jesuita para formarse como un verdadero erudito y conocer el mundo. No cabe sino hacerle caso.

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