Léa Drucker: "No entiendo a los actores que se encierran en sí mismos"
La actriz protagoniza "Los colores del incendio", adaptación de la novela de Pierre Lemaitre en la que una traición y una venganza dan forma a la trama en la Europa de entreguerras
Madrid Creada:
Última actualización:
Europa aún no se ha recuperado del golpe de la Primera Guerra Mundial cuando la familia Péricourt pierde trágicamente a su patriarca. Durante el entierro, su única hija tendrá que ver como su propio vástago intenta suicidarse, irse de algún modo junto a su abuelo. Ese es el melodramático punto de partida de «Los colores del incendio», enrevesada venganza novelesca que llega esta semana a las carteleras españolas tras ser nominada con su vestuario y diseño de producción en los Premios César del cine francés.
El filme, dirigido por el también actor Clovis Cornillac y protagonizado por la siempre confiable Léa Drucker -junto a una Fanny Ardant de diva operesca-, adapta la novela homónima de Pierre Lemaitre, segunda parte de una trilogía súper ventas sobre la Francia de entreguerras. Ahí, la heredera de un emporio bancario, tendrá que hacer frente a una traición que le supone le bancarrota, orquestando una venganza que tiene mucho de telenovela, algo de Dumas y mucha tensión histórica, con la amenaza nazi gestándose al otro lado de la entonces impenetrable Línea Maginot. Drucker, de éxito en éxito tras rodar «Close» y «El último verano», responde a LA RAZÓN por videoconferencia.
PREGUNTA.- ¿Cómo fue su primer contacto con el proyecto?
RESPUESTA.- Fue a través del director, Clovis Cornillac, que vino a verme a una función del teatro y me habló del proyecto, de la novela y de cómo quería adaptarla. No sabía cómo de grande iba a ser la película, sinceramente. Pero sí sabía que quería trabajar con Clovis porque es un gran actor, lo da todo en esa faceta, así que daría todo también como director. Me habló también del resto del elenco que tenía planeado, así que fue un regalo. Me tuve que documentar, claro, porque es un personaje que lleva encima toda la película. Creo que se ha hecho un gran trabajo de adaptación, también porque la ha llevado a cabo el propio autor de la novela, Pierre Lemaitre.
P.-¿Le interesaba la historia de una mujer fuerte en esa época?
R.-Totalmente. Las mujeres solían ser dependientes de sus padres, o de su familia. Y esta mujer piensa que eso no va con ella, así que acaba encontrando su lugar incluso en este lugar tan masculino y lleno de hombres. Es una mujer de su tiempo, sí, con una buena educación y modales como se estilaban, pero el destino le enseña que tiene que convertirse en una luchadora. Incluso aunque no esté preparada del todo para ello. Es una mujer descubriendo la realidad, en cierto modo.
P.-Respecto al diseño de producción, tan mastodóntico, ¿es algo que ayuda o entorpece un poco el trabajo interpretativo, tanta preparación antes de rodar, de construir la verdad del texto?
R.-Me ayuda muchísimo, porque me ayuda a entenderme a mí misma como parte del retrato, del cuadro que estamos intentando pintar. Hay muchísima gente, muy talentosa, intentando hacerlo todo perfecto, así que no puedo estar más agradecida. Pero es difícil, claro. Intento también mantenerme en mí misma, no dejarme avasallar por el personaje. Creo que la audiencia tiene que identificarse con la protagonista, así que intento hacer mío el personaje. Eso pasa por la manera de hablar y la manera de peinarse, incluso. Actuar es una coreografía, y por lo tanto es un arte colectivo. Hay que aprovecharse de todo lo que aporta el equipo, no entiendo a los actores que se encierran en sí mismos y no se dejan sorprender por lo que está pasando alrededor de ellos.
P.-Entonces, como actriz, ¿en qué momento de su carrera le pilla un proyecto así? Viene del éxito internacional de "Close" y "El último verano", de Catherine Breillat, se ha metido entre las mejores películas del año para "Cahiers du cinéma"...
R.-Sí, ha sido un recorrido muy exitoso, pero no me había dado tiempo a procesarlo hasta ahora. Y es bonito porque todas son películas muy distintas entre sí. "Los colores del incendio" es una película con un presupuesto alto, con un equipo muy grande, mientras que "Close" o "El último verano" tienen presupuestos mínimos. Eso es lo que me encanta del cine, lo rico que es y las distintas maneras de llegar a la excelencia en las historias que existen. Intento siempre buscar proyectos que me sorprendan de algún modo. No he visto todas las películas de la historia, pero quiero contar cosas nuevas. Y cosas íntimas, en el sentido de aproximarme a los personajes, incluso en una película de época, claro. Y siempre me han interesado los personajes femeninos fuertes, claro.
P.-¿Se puede escribir un papel como el suyo en "Los colores del incendio", el de una mujer fuerte del pasado, sin ser demasiado contemporáneo, sin caer en narrativas modernas?
R.-Honestamente, cuando estaba haciendo la película me pareció que la historia estaba construida de manera sólida, que todo está justificado debidamente. Lo que entendí es que esta mujer estaba en la cima de la escala social, incluso siendo una mujer, y que eso es lo que la había llevado a no querer renunciar a su dignidad. El cómo, desde un lugar de privilegio, no se puede renunciar a los derechos ya adquiridos. Y ella lo materializa, claro, le dice al chófer: "¿Cómo se hace lo de la vida real?". Y es interesante, porque la novela o la película podrían haberse centrado en eso, en la adaptación a su nueva vida en lugar de perseguir la idea de venganza. También, es difícil definir qué es lo moderno, porque los temas que trata la película no dejan de apelar a lo universal.
P.-¿Le atraía que el proyecto tratara sobre el período de entreguerras? Estamos acostumbrados a ver las dos guerras mundiales en el cine francés, pero no tanto estos años concretos...
R.-Sí, sí, totalmente. Es algo que procede directamente de Pierre Lemaitre, porque a él siempre le han interesado mucho los períodos olvidados de la historia. Y de la historia oficial francesa, claro, como las colonias de Indochina.
P.-¿Es posible que sea debido a que es un período un tanto anti-nacionalista? No deja de ser el tiempo previo al colaboracionismo y la aquiescencia...
R.-No creo, pero sí fue un tiempo extremadamente caótico y doloroso en el que el continente aún no se había recuperado de una desgracia cuando se vio con otra. Gente se hizo rica de la noche a la mañana y luego lo perdió todo. Machacó físicamente a la población. Fueron tiempos excesivos, exagerados, extremistas.