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Libros

París

Max Aub mira a Buñuel

Max Aub mira a Buñuel
Max Aub mira a Buñuellarazon

«Este libro será un texto entre la historia, la vida y el arte. Tal y como se inscribe en el título: una novela. No será la historia de Luis Buñuel, no será un estudio sobre el siglo XX, sino algo híbrido como han venido a ser hoy, en general, las obras de arte». Con estas palabras visionarias, también aurorales de una nueva forma de entender el arte, presenta Max Aub su proyecto de biografiar a Luis Buñuel. De familia judeoalemana, nacido en París, español naturalizado y mexicano en los años de su exilio, no cabe duda de que el responsable de esta obra es nuestro escritor más internacional, que tiende un puente literario entre la Mitteleuropa y el nuevo mundo, con epicentro en el Levante español. Bien conocido por sus mixtificaciones literarias, sus juegos de vanguardia, su gran relato de la guerra civil «El laberinto mágico» y por sus recuerdos de exiliado aglutinados en «La gallina ciega», la publicación de su último gran inédito, «Luis Buñuel, novela» le convierte en uno de los autores imprescindibles de la cultura hispánica del siglo XX.

Cuatro años de trabajo

La historia de esta obra casi naufragada y ahora rescatada merced a los buenos oficios de la editorial Cuadernos del Vigía, es toda una odisea filológica. Baste decir que llevó cuatro años de trabajo poner orden entre los casi 5.000 folios y cuartillas de la monografía, editar el texto, sus índices y el CD con grabaciones de algunas conversaciones. La cuidada edición, a cargo de Carmen Peire, en sus casi seiscientas páginas, hace honor al ambicioso proyecto de biografía de Buñuel, nacido precisamente de un encargo de la editorial Aguilar en 1969: «No escogí a Buñuel, me lo ofrecieron en matrimonio. Creí que me convenía». Y como en todos los encargos de este tipo, el autor lo acabó interiorizando y convirtiendo en un proyecto en cierto modo vital. Los dos, cineasta y escritor, eran amigos, estaban exiliados en México y, en cierto modo, representaban dos caras de la misma moneda: como un griego y un romano de Plutarco. Lo mejor de España fuera de ella por la fuerza: ideales en la distancia, cercanos en las señales de su alma. Sus conversaciones son verdaderas vidas paralelas de dos monstruos de la cultura española del siglo XX, un testimonio para siempre del brillo y la miseria de nuestro siglo que se podría resumir en la distancia que media entre la madrileña calle Pinar, sede de la Residencia de Estudiantes, y la casa me-xicana donde conversaron largamente Aub y Buñuel. La manera de abordar la poliédrica vida del director aragonés es una aventura en toda regla que Max Aub justifica en una brillante introducción. Como toda literatura, siempre «work in progress» y con pinceladas del yo del autor, Aub comienza confesando sus afinidades –electivas y generacionales– con su biografiado. Se intuye aquí la narración de una suerte de vida paralela y la paradoja de toda ficción, es decir, el hecho de que acabe siendo más real que la realidad. Como quiera que sea, la obra destila vida y arte a partes iguales. Se entremezclan las líneas biográficas y analíticas de la certera prosa de Aub con las enjundiosas conversaciones de ambos. Y entre los apuntes biográficos y estilísticos, siempre destaca el brillo de la inventio en el sentido retórico: encontrar en Buñuel al otro que permite al autor de la obra comprenderse mejor a sí mismo y, a la vez, esbozar un gran fresco de los fantasmas de nuestro siglo pasado. Un ímprobo esfuerzo, una monumental empresa literaria que tal vez nacía, como otras grandes obras –la «Eneida», el «Don Juan» de Byron, «El Proceso» de Kafka, etc. – para no ser culminada jamás. No en vano, Aub concebía este libro como su «magnum opus», una herencia literaria para cuya elaboración incluso aceptó volver a España –pronunciando su célebre «he venido, pero no he vuelto»– aunque nunca la llegó a concluir.

De ese viaje del desencanto en 1969 no salieron solamente esas páginas, sino sus diarios de «La gallina ciega», testimonio de su regreso temporal a nuestro país tras las huellas de su biografiado y empeñado en un proyecto que, ciertamente, causó también las lúcidas reflexiones del exiliado en su antigua patria (hoy diríamos «marca»).

En «Luis Buñuel, novela» la compilación de los materiales ofrece una cesura clara: una primera parte presenta la introducción y los apuntes biográficos desde la infancia de Buñuel hasta su exilio aderezados con las conversaciones sobre sus opiniones e influencias vitales. Una segunda parte analiza de forma más ensayística su aproximación estética y su relación con las principales vanguardias. En suma, se trata de un libro imprescindible para entender – en sus reflejos irisados en dos almas gemelas, un español que quiso ser francés y un francés que quiso ser español– una época crucial de nuestra historia intelectual: las vanguardias, la República, la guerra y el exilio.