Literatura

Buenos Aires

Se acabó el cannabis

Se acabó el cannabis
Se acabó el cannabislarazon

Desde que el poeta chileno Nicanor Parra sentara con su obra los principios de la antipoesía, de una lírica de lo cotidiano desenfadado, de la expresión estética desinhibida y anticonvencional, la conciencia de una inalcanzable belleza ideal se ha podido sustituir por la emoción de lo habitual, una nueva versión actualizada del machadiano «lo que pasa en la calle». Entre nosotros, la obra de Roger Wolfe o Karmelo C. Iribarren es una buena muestra de esa poesía del intimismo conversacional y la sensibilidad de la experiencia. En este línea, Fabián Casas (Buenos Aires, 1965) acaba de publicar «Horla City y otros», el conjunto completo de sus poemarios –el subtítulo precisa «Toda la poesía 1990-2010»–, reunidos ahora en un volumen que permite apreciar caracteres y trayectorias líricas del autor de aquel libro tan curioso y original, «Todos los ensayos bonsái» (2007), que evidenciaba ya una transgresora intención contestataria.

De Los Beatles a Céline

Anécdotas de aparente banalidad, recuerdos personales de amistades, muertes y amores, referentes culturales que van desde los Beatles, Led Zeppelin o Frank Zappa a Céline, Sócrates o Baudelaire, conviven con una irónica visión crítica de nuestro presente social y un perspicaz conocimiento de la condición humana. Toques de desengaño vital, contenido humor, gracioso costumbrismo y hasta malévolo sarcasmo van contrapunteando estas páginas de clara incidencia autobiográfica y marcado carácter generacional; así, el jocoso poema «Problemas de la vida moderna» marca el antes y después de un decisivo cambio personal: «Cuando vivamos juntos y tengamos hijos se acaba esto / se acaba el cannabis, el whisky, / el taichí a cualquier hora, / la ropa usada, el hip hop, el trash, / las canciones pasadas de moda.» Por otro lado, algunas tenues notas surreales recuerdan al lector la dosis de absurdo que toda existencia conlleva y la puntual necesidad de huida de la opresiva cotidianidad. El desamor y el desencanto conviven aquí con la ternura de una mirada orgullosamente subjetiva y desenfadadamente original. En los poemas finales, un tono pausado, tranquilo, invita al balance íntimo, en el que han quedado atrás juventudes airadas y rebeldías sociales, junto al recuerdo nostálgico de un pasado evocado líricamente; así, por ejemplo, la rememoración, en «Ensayo bonsái: la media hora de Elvis Presley», de un frustrado concierto del mítico rockero debido a un apagón de la luz eléctrica; anécdota recordada como un referente simbólico del pasado que atesora la niñez.