Lecturas

Los libros de la semana: del caso Rueda Fernández al olvido de Rodrigo Fresán

Otra de las novedades que llegan en estas fechas es la confesión autobiográfica de Ángeles Caballero y el reflejo del pop de Esther Yi

El escritor Rodrigo Fresán
El escritor Edgar Allan Poelarazon

«El estilo de los elementos», Rodrigo Fresán.★★★

Rodrigo Fresán y las condenas del olvido

El autor argentino ofrece una novela potente y adictiva, en la que el no recuerdo es uno de los motores fundamentales de la trama

Por Diego GÁNDARA

A estas alturas de su obra, ya nada puede detener al escritor argentino Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963) ni, muchos, a su escritura. Una escritura torrentosa, sólida y sinuosa, elegante y vital y guiada, siempre guiada y sostenida, sobre ese estilo tan particular que tiene Rodrigo Fresán de escribir y que es, como todos los buenos y únicos estilos, tan difícil de imitar, tan difícil de conseguir.

Y todo ese torrente vital y literario se mueve ahora en su nueva novela, «El estilo de los elementos», una novela potente y adictiva de la que se sale, sino ileso, al menos indemne. Especialmente por ese caudal de escritura que así como avanza también retrocede porque así es la vida y así es la escritura y esa es, en el fondo, la velocidad de las cosas que Fresán intenta captar, retener, recordar e imaginar con su escritura, tal como lo hizo en su trilogía monumental formada por «La parte soñada», «La parte inventada» y «La parte recordada».

Y lo que no se recuerda es precisamente uno de los motores fundamentales de «El estilo de los elementos», un síntoma que es sinónimo de que uno se ha contagiado de un fantasma viral que recorre el mundo. Pero cuidado: porque al mismo tiempo que lo condena al olvido también lo inmuniza, por otro lado, con la creencia en el ayer, con la idea de que había una vez… algo tan esencial para Land (un hombre paciente que sueña, que lee, que imagina historias) como para el mundo los elementos.

Algo más que una novela

No es, en cualquier caso, una novela al uso. Una novela con un argumento definido, un trama ceñida o algún tema en especial. Sería impensable, algo semejante, en la obra de Rodrigo Fresán. Porque «El estilo de los elementos» es una novela y algo más o, lo que es lo mismo, algo más que una novela. Es un mundo propio, un mundo profundo en sí mismo, en el que uno ingresa y se mueve y cae y del que acaba saliendo, ileso, quizás indemne, con ganas de respirar. Lo que sea: aire, fuego, tierra, agua, con tal de respirar.

▲ Lo mejor

El estilo torrencial, con oraciones que se sostienen con una performance de ingenio

▼ Lo peor

No hay nada que cuestionar a esta novela inmensa que, tal vez, acabe siendo demasiado larga

«Los parques de atracciones también cierran», Ángeles Caballero ★★★

El peso tóxico de cuidar a los que te cuidaron

Ángeles Caballero presenta una confesión autobiográfica para sumergirse en las sombras de una familia creyente y conservadora

Por Ángeles LÓPEZ

Con una ligereza exquisitamente extravagante, este libro se desliza por las páginas con una irregularidad encantadora, impregnado de un humor que se entrelaza con la autoparodia. Ángeles Caballero ha despegado su ser, desgarrando capas de piel, tejido irónico, recuerdos y un dejo de rebelión moral, para presentar una confesión autobiográfica que no es más que una lección magistral de vitalidad, compasión y honor. Sumergirse en las sombras de una familia creyente y conservadora, donde una madre se entrega al chantaje y a la ferocidad, pero también al miedo, las adicciones, las aflicciones, el despotismo y la intolerancia, adquiere aquí una potencia literaria que resalta las contradicciones íntimas sin rebajar la inevitable propensión humana a errar. El relato aborda sutilmente el peso tóxico de una educación impregnada de moral católica, que ha llevado a la autora a lidiar con mucho más de lo que merecía.

Ella estaba destinada a ser la hija ideal, la madre perfecta, la trabajadora completa, siempre obligada a estar a disposición de todos, obedecer, consolar… Dolor a raudales, aunque lleno de finura y aderezado con un fuerte anecdotario, parecido al armario de tantos de nosotros; la autora traza una realidad reconocible para toda una generación. Una imagen que nos devuelve el drama de tantas profesionales que, tras ocuparse de los hijos, pasan a someterse a la de la vejez paterna. Páginas de una fuerza torrencial en las que nada desafina.

▲ Lo mejor

La tempestuosa fuerza de una confesión que nos atañe a muchos, más allá del género

▼ Lo peor

El relato de cómo afrontar el envejecimiento y cuidado de nuestros progenitores

«Es tan fuerte la noticia», María Castro Hernández ★★★★

Rueda Fernández: ¿inocente o chivo expiatorio?

Esta investigación pretende arrojar luz sobre uno de tantos crímenes ocurridos durante la Guerra Civil Española

Por Toni MONTESINOS

Vicente Rueda Fernández (Zamora, 1912-Madrid, 1940). Este es el pie de foto que abre un libro consagrado a dilucidar qué ocurrió exactamente con este hombre que fue acusado de pistolero y asesino. María Castro Hernández (Madrid, 1969), autora de una colección de relatos publicados y de cuatro álbumes infantiles, se encontró con esta historia hace cinco años por azar y la convirtió en una investigación.

Su título nos lleva a la que fue la última carta que escribió Rueda Fernández a su familia la madrugada de su fusilamiento, el 9 de agosto de 1940, que decía: «Es tan fuerte la noticia que no he querido comunicársela a mi queridísima madre porque me falta valor para ello. Sufrir yo, pero que no sufran mis criaturas queridas».

La autora supo de todo ello gracias a una sobrina del protagonista, y se transportó de repente a una España en la que «él también fue víctima de un sistema judicial sin garantías y de una época en la que la violencia tenía carta blanca para solucionar los problemas en el día a día». Así, para entender aquellas circunstancias, Castro Hernández expone los hechos ocurridos desde el 5 de noviembre de 1936 en la asediada Madrid y, con un gran pulso narrativo y rigor documental –basado en la consulta de cinco archivos nacionales e históricos, tanto madrileños como zamoranos–, se hace vívido, fidedigno, ese periodo funesto de nuestro país lleno de miedo y violencia extrema.

Sin juicio de por medio

Con el apoyo de testimonios de los descendientes de Rueda y de cartas familiares, vamos conociendo qué fue de Luis Calamita, director del «Heraldo de Zamora», detenido y llevado a prisión sin que hubiera juicio de por medio; cómo, tas la victoria de Franco, a Rueda lo acusaron de aquel asesinato supuestamente orquestado por el tercer personaje principal del libro, el ministro de Gobernación del gobierno republicano, llamado Ángel Galarza. ¿Era inocente o sirvió de chivo expiatorio?, se pregunta Castro Hernández, que empieza su texto yendo al cementerio de La Almudena, en Madrid, y visitando los restos del muro donde mataron a Rueda después de que fuera sometido a un juicio sumarísimo.

▲ Lo mejor

La intención de la autora de comprender cómo surgió esta espiral de odio y barbarie

▼ Lo peor

Quizá haya quien esté un poco agotado de tantos libros sobre nuestra Guerra Civil

«Tu nombre», Esther Yi ★★★★

Éxtasis, alienación y ridiculez del fenómeno fan

Esther Yi ahonda en su debut literario en la mística de una ferviente admiradora de un artista pop, o el platonismo en la era digital

Por Ulises FUENTE

Es la forma contemporánea de venerar a los dioses, una mística cotidiana que desvela una sucesión infinita de fantasías y verdades. El fenómeno fan puede hoy equipararse al sentir de Teresa de Ávila por Dios en cualquier persona sin inquietudes metafísicas. Con esta premisa, Esther Yi, nacida en Los Ángeles (Estados Unidos) pero afincada en Berlín, debuta en la novela con «Tu nombre», que oscila entre la profunda fascinación por alguien inspirador y la ridícula obsesión, la idolatría de supermercado hacia alguien que no es necesariamente mejor que nosotros pero con lo que nos autoengañamos.

En esta historia, la protagonista cae inesperadamente fascinada por una estrella del pop coreano. Pero podría ser también Taylor Swift, Harry Styles o tantos otros. Desde ese momento, oscila entre dos mundos: el de su entorno laboral, donde se rodea de profesionales altamente educados y profundos que se interesan por las grandes cuestiones y la banalidad de su nueva obsesión, mucho más intensa; entre el amor real y cotidiano de su novio Masterson, claramente insuficiente, y la perfección fantasiosa y platónica del ídolo pop. ¿Es necesariamente vana y estéril esa adoración? Nuestra protagonista pronto descubre que no: es la puerta a un misterio insondable. Sin embargo, solo un viaje, una búsqueda real y física del ídolo, puede terminar con el desdoblamiento de realidades y proporcionar las respuestas que la protagonista necesita para que, quizá así, el mundo recupere el orden de la realidad.

▲ Lo mejor

La evolución de la protagonista y la apertura de varios planos de realidad narrativa

▼ Lo peor

Nada a reseñar salvo, quizá, y aunque la trama lo requiere, cierta desnudez de estilo