MeToo

El "Se acabó" de la música española: "Ya no callamos, porque somos muchas"

Un perfil de Instagram busca compartir testimonios anónimos de mujeres que han sufrido abusos, agresiones o acosos dentro de la industria musical de nuestro país

Una joven durante una manifestación en el 8M
Una joven durante una manifestación en el 8MCézaro De LucaEuropa Press

Las agresiones, abusos de poder y acosos machistas están por todas partes. Están en las calles, en los comercios, en los vagones de tren, en el fútbol y en la música. Parece que una nueva ola del #MeToo está convirtiéndose en un tsunami dispuesto a arrasar con toda injusticia que se ponga por delante. Desde aquel abuso de poder que ha conseguido eclipsar la mayor victoria del fútbol femenino español de las últimas décadas, muchas mujeres se están solidarizando con la causa. Pero no solo muestran su apoyo y protesta, sino que, algo aún más importante: se atreven a hablar. Ahora, eso está ocurriendo en la industria musical española. Hace seis días, se lanzaba en Instagram la primera publicación de un perfil que pretende comunicar, denunciar y compartir toda "agresión, abuso de poder, acoso machista en el ámbito de la música". Un "#seacabó" centrado en la industria musical de nuestro país, y que ya cuenta con numerosos testimonios que buscan hacerse oír y, lo más difícil, luchar por cambiar las cosas.

Todo lo que recoge el perfil @abusosenlamusica se hace de forma anónima, así como a todos los hombres mencionados se les cita por sus iniciales, para así no desvelar sus nombres. "Sabemos que el mundo de la música en España no está exento de agresores", informan desde dicho Instagram, "ha llegado el momento de que contemos nuestras experiencias para que las que vienen no sufran estas mismas violencias. Ya no callamos. Porque somos muchas. No estamos solas. #SeAcabó". Asimismo, detallan que "este es un espacio donde poner en común nuestras experiencias como mujeres que trabajan en la industria musical española. Todas: artistas, periodistas, profesionales del marketing, la promo, la comunicación, la producción...".

Existen, por tanto, testimonios de todo tipo: "Tenía 20 años, solía tocar y grabar con varios grupos de la escena independiente de mi ciudad", explica uno de ellos. "Dos días después de colaborar en un disco (...), el chico (I. G., guitarrista de una banda indie de renombre nacional por aquel momento), me insistió en que fuera a su casa para darme la premezcla y así tenerla (...). A los cinco minutos de llegar, sin mediar palabra, me empezó a tocar y besar. Yo me levanté y quise salir de lacasa, pero me arrastró de vuelta y cerró la puerta con llave (...). Me dejó claro que no tenía escapatoria".

"Hace unos años, en Granada, el bajista de un grupo muy muy importante, L. P., me levantó el vestido del todo mientras hablábamos en un bar", dice otra víctima, mientras que un testimonio habla de un tal "C.T., que es un cantante muy famoso en España. Cuando trabajamos juntos en una sesión de fotos, después nos liamos en el baño de un bar. No nos acostamos, pero fue muy egoísta y solo quiso correrse en mi boca y después me dejó ahí (...). Después ha ido diciendo que soy una guarra para que no me contraten en sitios o trabajos".

Estas historias se han ido publicando desde el momento de creación del perfil hasta hoy, y parece que tan solo es el principio de una larga lista de confesiones que, de alguna manera, buscan encontrar la justicia en un mundo tan complejo como es el de la música. "La sociedad cree que necesitamos de esa ayuda masculina que nos venga a salvar", reza una de las publicaciones. Y es que, realmente, no es así: se necesita del apoyo de toda la sociedad y, como se está viviendo últimamente, de estos movimientos que hacen que cada vez sean menos las mujeres que sufren en silencio.