Iván Ferreiro: "Hacer canciones es un compromiso en el que te juegas la vida"

Dice Iván Ferreiro (Nigrán, 1970) que «hay más filosofía en la ciencia y mejores preguntas que en la literatura, que cuenta las mismas historias cambiadas de época. Ahora toca ‘‘Romeo y Julieta’’ con móviles», ironiza el artista. Quizá por eso, cuando se puso a escribir las letras del nuevo disco solo tenía clara una cosa: «Que no iban a ser de amor», explica el gallego acerca de un trabajo, «Trinchera pop», que es puro compromiso con el oficio de músico, un disco arriesgado en lo musical, libre en las formas y juguetón en general que llega casi siete años después de «Casa», su anterior álbum.

El punto de partida fue cambiar la manera de trabajar con su socio creativo, su hermano Amaro. Arrinconaron la guitarra, racionaron el piano, se hipnotizaron con los ruiditos de sintetizadores que no sabían cómo funcionaban. «Pero nos parecía muy sugerente, así que disfrutábamos de un proceso que era más jugar que componer», dice Ferreiro. Por eso, el sonido sirve a la perfección a unas letras que se elevan a la categoría de metafísicas, o de cósmicas. De ahí lo de la ciencia que decíamos al principio. Hay, por ejemplo, una canción titulada «El punto de Lagrange» que hace referencia a ese espacio teórico en el que la gravedad de dos planetas se anula mutuamente, explicado de muy mala manera. «Queríamos que fuera todo mucho más abstracto que en el disco anterior, pero que se hable de una emoción concreta. Y ese fenómeno científico describe algo a lo que muchas veces aspiramos a un nivel interpersonal, por ejemplo. Quedarnos en el medio, no implicarnos ni afectarnos por nadie. La ciencia tiene palabras que definen cosas muy interesantes que casi suenan poéticas», explica. En otro de los momentos cumbre, los Ferreiro «samplean» la sintonía de «El hombre y la tierra», el mítico programa de Félix Rodríguez de la Fuente, que alerta de viva voz en el disco que hemos superado la edad del bronce, del hierro y ahora vivimos «en la sociedad de la basura».

Sin embargo, la idea fuerza del disco es la que le da título. «Para mí, en una trinchera no puedes ser mediocre. La trinchera está para defenderse, atacar, para rehacerse... pero no es para los mediocres. Es para mí una metáfora del compromiso con tu trabajo y con cómo quieres hacer las cosas. Y la letra habla de cómo enfrentarse a la escritura de una canción. En el proceso tratábamos de huir de la mediocridad». En esa canción, Ferreiro se pregunta: ¿puede la cultura meterte en un problema? «En este país, parece que sí. Aquí, a un músico o a un artista se le mira con lupa y con literalidad. Y luego puede llegar un político y decir mentiras y barbaridades en una sede parlamentaria y no pasa nada. Ahora parece que los políticos pueden hablar como estrellas del rock y que los rockeros tienen que hablar como políticos, midiendo y matizando, porque siempre viene uno a insultarte». La de músico se ha convertido en una profesión de riesgo, pues: «No solamente por esto último, que también, lo que está claro es que hacer canciones no es algo banal, es un compromiso en el que te juegas la vida».