
Sección patrocinada por 

Concierto
Móviles y frenetismo: Myke Towers sabe a lo que viene
El artista puertorriqueño ofreció este martes el primero de los dos conciertos con entradas agotadas que celebra en Madrid, ante un multitudinario y joven público que fue testigo de un "show" cargado de canciones en tiempo récord
El reguetón existe. Y cada vez ocupa más espacio. Apenas se difuminaban los últimos ecos del concierto -con sabor a despedida- que Joaquín Sabina ofreció este lunes en el Movistar Arena de Madrid, cuando el espacio cambió totalmente el tercio. El martes sus muros se impregnaban de un sonido que lejos queda del bulevar de los sueños rotos, y más bien cerca del perreo hasta el suelo. Myke Towers también llenaba un Movistar Arena que volverá a pisar este miércoles, ambas fechas con entradas agotadas. El artista puertorriqueño, de 31 años, ofreció un concierto que podría asemejarse a una frase creada con grandes luces de neón donde se lea: "El reguetón ha llegado para quedarse".
Artistas como Towers, al igual que sus paisanos Daddy Yankee y Bad Bunny, han logrado que el reguetón sea considerada música popular y para todos. Sus canciones suenan por todas partes, y ante todo en nuestro país. Tal es así que la capital no es la única parada de Towers, quien también lleva su gira a Barcelona -con dos fechas también "sold out"-, Cádiz, Málaga, Sevilla, Zaragoza, Pamplona, Valencia o Bilbao. Un recorrido que asegura lo que se vio anoche en el Movistar Arena: una celebración del trap y el reguetón y mucha, pero que mucha fiesta.

El concierto de Towers estaba confeccionado a la perfecta medida de su público. Sabía a lo que venía. Apenas le bastaba una puesta en escena con una pantera negra gigante y, de vez en cuando, algo de fuego y pirotecnia. El objetivo no era visual: era cantar cuanto más mejor y en menor tiempo. Su público, todos jóvenes, no llegarían algunos a las dos décadas de vida, es por tanto hijo de la tecnología y firmes usuarios de TikTok. Una generación que nada tiene que ver con la que creció con el reguetón de Yankee, quizá más pausado y perreable, y que más bien se caracteriza por el ritmo frenético, la velocidad y la instantaneidad. En este sentido, Towers sabía perfectamente a lo que venía: la velocidad con la que cantaba canciones era espídica. Apenas daba tiempo de asimilar un tema cuando rápidamente ya había cantado otros dos. En la primera media hora del concierto -duró una hora y 45 minutos aproximadamente-, ya había cantado nada menos que 14 canciones de las 50 que componían el "setlist".
Apenas se podían distinguir los blancos dientes de un Towers que no se despego el micrófono de la boca. El Movistar Arena se convirtió en una discoteca en directo, con una sucesión de éxitos que el público coreaba como quien recita la lista de la compra. Arrancó con "Reverendo", ofreciendo un inicio en el que reivindicaba sus raíces cantando trap con temas como "Competencia" o "Vetements", para después ofrecer grandes dosis de reguetón con "Lala", "Almas gemelas", "Pareja del año", "La capi", "Diosa" o "Adivino". "Mi sueño es cantar contigo 'Mirenme ahora'", decía el cartel de un seguidor de la primera fila: sueño cumplido. Fue el primer joven de muchos que Towers subió al escenario para que cantaran canciones junto a él o, más bien, para que les grabaran con sus móviles. ¿Qué harían si su artista favorito les diese la oportunidad de cantar una canción en pleno directo y ante miles de personas? Para el público de Towers era obvio: sacar el móvil, grabarse sin apenas saludar al artista y, después, directo a TikTok.

Cuanto más mejor
El concierto se tornó en una suerte de "jam session", donde muchos pudieron subir ante la mirada de miles de jóvenes que llenaron el Movistar Arena como pocos artistas consiguen. Desde la grada, la pista se veía como un manto de personas con los brazos arriba y que demostraban una verdad a voces: el reguetón no es una moda. Ha llegado para quedarse. Y es cierto que evoluciona. Que el perreo digno de los que crecieron junto a los pioneros de este género como Daddy Yankee no lo conciben aquellos que adoran las canciones de Towers. Se trata de una evolución tecnológica, de un disfrute menos pendiente del ahora y más de inmortalizar con vídeos y fotos, y cuanto más mejor.
Myke Towers, que apenas habló con su público y, de hacerlo, lo hacía con tal velocidad que era casi indescifrable, finalizaba el "show" con sus canciones más sonadas, como "La curiosidad", "Playa del inglés" o "La falda". Finalizó dando una sensación de despacho, de haber dado lo que su gente quería y sin más explicaciones. Una especie de "vengo, te canto todo lo que quieres escuchar, y cada mochuelo a su olivo". Pero nada que reprochar: resultaba admirable su entereza y el equilibrio en su voz aún cantando a ese frenético ritmo. Así presenta en España su gira "Europe Tour 2025", donde está entonando temas de sus álbumes como "La Pantera Negra" o "Lyke Miike", y donde reivindica sus raíces puertorriqueñas en todos aquellos países o ciudades donde esta música está completamente asentada. Porque el reguetón, decíamos, existe. Y si no lo cree métase en TikTok.
✕
Accede a tu cuenta para comentar