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Entrevista

Nerea Barros: "La serie es un ‘in crescendo’ continuo sobre la belleza en el horror"

En «La red púrpura», el exitoso tándem de Nerea Barros y Paco Cabezas vuelve a reunirse para dar caza a unos «streamers» de asesinatos en directo

Nerea Barros en 'La Red Púrpura'.
Nerea Barros en 'La Red Púrpura'.Atresmedia

Hace algo más de un año, la actriz Nerea Barros y el director Paco Cabezas llegaban a Donosti para presentar «La novia gitana», adaptación a serie del súper-ventas de los Carmen Mola. La arriesgada apuesta no solo salió bien en términos narrativos o críticos, si no que la serie acabó por convertirse en la más vista del año en Atresplayer. Con la primera temporada disponible ahora en abierto, Cabezas y Barrios se vuelven a citar con LA RAZÓN para hablar de «La red púrpura», continuación de la historia de la inspectora Elena Blanco, esta vez a la zaga de una organización que monta asesinatos en directo por «streaming».

"La red púrpura": a la caza del crimen mórbido / Nerea Barros vuelve a dar vida a la inspectora Elena Blanco en la serie de Paco Cabezas
"La red púrpura": a la caza del crimen mórbido / Nerea Barros vuelve a dar vida a la inspectora Elena Blanco en la serie de Paco CabezasATRESMEDIA

-Lo primero que llama la atención de «La red púrpura» es ese cambio de tono, hacia algo más oscuro, más radical...

P.C.: Más que un cambio de tono, diría que es una evolución, vamos más allá. Tenemos la libertad de conocer ya a los personajes y no tener que presentarlos, por lo que podemos disfrutar más de las interacciones. Es cierto que se tratan temas muy fuertes, con un adolescente viendo un vídeo «snuff», por ejemplo, mientras sus padres cenan. Pero es algo pegado a la realidad, porque los adolescentes están muy expuestos a una pornografía donde no se separa la sexualidad de la violencia. Es un thriller, pero los temas son cotidianos.

N.B.: Hemos bromeado mucho, pero es cierto que el lema de esta temporada podría ser «A saco, Paco». Desde el primer capítulo. No hay presentaciones, es un 'in crescendo' continuo, con la belleza en el horror que siempre encuentra Paco. En esta temporada hay más grietas en los personajes y. como espectador, es más fácil entrar en ellos.

-¿Es distinta esta Elena Blanco a la de la anterior temporada?

N.B.: La impertérrita, la dura, la que contiene aquí ya no puede más. Se va rompiendo. Se intenta recuperar, pero ya no aguanta. Una cosa que discutimos mucho con Paco fue la autolesión, la automutilación, que es un tema tabú del que nunca se habla. Si esta mujer no bebe y no tiene sexo esporádico, ¿qué hace para liberar tensión? Trabajamos con psicólogos y psiquiatras para mostrar esa autolesión. Cómo lo hace, por qué lo hace y en qué momentos.

-¿Se prepara el personaje desde un punto diferente sabiendo que el espectador ya es consciente del trauma del personaje?

N.B.: No, no. En la primera temporada estaba muy asustada, porque era mucho trabajo volcado a una sola carta. Como actriz, mi preparación para esta segunda tanda ha sido mucho más relajada, con las ganas de que el personaje deje de contenerse. Romper el tira y afloja de este ser humano tan dañado.

Quería preguntar por el montaje de la serie. ¿Se acelera aquí por momentos? El primer capítulo va a toda velocidad...

P.C.: Teníamos unos referentes basados en películas de los setenta, porque en esta temporada hay muchas secuencias de persecución, con los personajes intentando darse caza. Pienso en «La conversación», de Francis Ford Coppola, por ejemplo, o «The French Connection». He tenido la suerte de contar con Miguel Ángel Trudu, que además de montar la serie ha dirigido varios capítulos, entonces todo tenía una misma intención. Él tiene un sentido del ritmo casi musical. Eso se extiende también a la banda sonora, que es de Zeltia Montes y es espectacular. Me siento súper arropado por el equipo creativo.

"En esta temporada había que romper con el tira y afloja de la protagonista, una persona tan dañada"

Nerea Barros

-Sí, estaba detrás Atresmedia. Sí, estaba detrás Planeta. Sí, se trataba de un súper-ventas. Pero, ¿os esperabais el éxito y el calado del proyecto?

P.C.: Cuando uno hace algo con el corazón, uno siempre espera que el espectador pueda apreciarlo. Yo sabía que habíamos hecho algo bueno, pero no sabía que iba a coger tanto vuelo. En «La red púrpura», como en «La novia gitana», hemos recorrido caminos que no se suelen recorrer en España, y eso la gente lo agradece siempre. Es que ha sido la serie más vista en 2022 en Atresmedia, y eso es increíble. De hecho, espero que la serie siga creciendo, aprovechando que estas semanas se puede ver en abierto la primera temporada.

-Cuando una serie se pega al relato policia, con asesores y demás, ¿puede ello adulterar el relato final?

N.B.: Yo ahí tengo que hablar de poli bueno y poli malo. Aquí estamos haciendo cine, no documental. Tengo un poco de TOC, y me gusta ser muy pulcra. Me gustaría que si un policía viera la serie, quedara contento con el retrato, con cómo se hacen las cosas. Pero también, tenemos que distanciarnos un poquito a veces y ponernos a favor no solo de la trama, si no del momento de rodaje. Se me ocurre, por ejemplo, cuando vino el jefe de los antidisturbios y nos explicó una orden con un movimiento de brazo súper loco. Y Paco, por ejemplo, no lo quería comprar, porque no era tan cinematográfico. Hay que encontrar un equilibrio justo.