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RAE
Por qué decimos la expresión "no hay moros en la costa" cuando estamos fuera de situaciones de peligro
Se trata de una de las frases más comunes en España y tiene una curiosa historia detrás

El español (o castellano) es uno de los idiomas más hablados del mundo, y prueba de ello es que esté presente en todos los continentes. En sí, la lengua española es una de las más ricas, pues según la RAE, existen más de 100.000 palabras recogidas en su diccionario. Pero también son comunes las frases hechas, los refranes y las expresiones que se utilizan tanto en España como en otros países hispanohablantes. Una de las más conocidas es "no hay moros en la costa", para referirnos a cuando estamos fuera de peligro. Y su curioso origen e historia muy pocos lo conocen.
En general, esta expresión se usa para indicar situaciones en las que no hay problemas o riesgos, peligros o amenazas. Por ejemplo, si alguien quiere pasar a un edificio le pueden decir que "no hay moros en la costa" si no hay ninguna amenaza que pueda percibir esa persona. En sí, se usa para referirse a cuando una situación es segura y no hay nada de qué preocuparse.
Se trata de una expresión que tiene un origen histórico, vinculado a las incursiones e invasiones de los musulmanes (a los que antiguamente se les llamaba "moros" y que hoy en día también aparece este término de forma más coloquial y despectiva) en las costa de la Península Ibérica.
El origen de la expresión "no hay moros en la costa": por qué en España se dice cuando no hay peligro o amenaza cerca
Generalmente piratas, estos musulmanes procedían del norte de África, y atacaban las costas de la Península Ibérica, robando y saqueando todo lo que encontraban a su paso. Así, accedían al territorio peninsular y destrozaban todo cuanto encontraban, además de que estas personas extranjeras hacían la costa como suya propia.
Este peligro no solo estaba vigente durante la invasión musulmana, sino también finalizada la Reconquista de 1492 la caída del dominio musulmán, se temió que se realizaran nuevos ataques en el sur y este peninsular para volver a invadir el territorio. Para ello, se reforzó todo el litoral mediterráneo con una serie de torres (llamadas "atalayas") y desde lo alto, se vigilaba la costa. Si aparecía una amenaza, se decía que "hay moros en la costa".
De este modo, cuando una persona que residía en la península se acercaba a la costa, comprobaba si había alguna embarcación musulmana u otra señal de que un "moro" estaba cerca. Si no se veía nada, esta persona podía decir que "no hay moros en la costa", lo que significaba que la zona estaba fuera de peligro y no había ninguna amenaza cercana a la costa.
Una expresión que, como otras muchas, se popularizaba, extendía y se ha mantenido hasta nuestros días, lo que hace que en la actualidad se siga usando la expresión "no hay moros en la costa" para expresar que una situación está libre de problemas o riesgos.
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