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Prostitución y miseria: las mujeres detrás de Manolete

Alicia Montesquiu sube a las tablas la historia que esconden las hermanas del torero más famoso de la posguerra española, una auténtica estrella nacional que choca de lleno con la calamitosa vida de su familia
Teatro Fernán Gómez

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Era 1943 y Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, «Manolete», toreaba en casa, Córdoba. Sin embargo, estar en la cumbre de su carrera y pisar el albero de su tierra no iba a ser sinónimo de felicidad. Tres jornadas intimando con los toros en la Feria de la ciudad que iban a ir de más a menos. Las ovaciones de los dos primeros días terminarían con la riña del último pinchazo. No fue mala la tarea con el penúltimo animal de Domecq: Manolete veroniqueó ceñido y escuchó aplausos. «Muletea de cerca, dominando siempre para una estocada delantera y un descabello al segundo golpe. [palmas]», firmaron las crónicas. Pero ay del séptimo toro. El diestro lanceó «sin estrecharse». «Con la muleta trastea por la cara y da un pinchazo entrando mal». Resultado: sonido de viento. «Sin más trasteo y entrando feamente larga otros tres pinchazos. Descabella al tercer golpe». Y se hizo la bronca. Desde el tendido, aquella tarde surgía una voz por encima del resto: «La faena que me hicieron tus hermanas fue mejor que la que estás haciendo tú». Ese graznido le llegó hasta lo más adentro. Hacía referencia a Manuela y Remedios, sus hermanas mayores. Para más inri, prostitutas por necesidad. Hablamos de la posguerra en España y nada era suficiente cuando se trataba de llevar un trozo de pan a la boca. Manolete nunca volvió a ver con los mismos ojos su plaza.
Esta fue la historia que explotó en la cabeza de Alicia Montesquiu: «Pero no hay que juzgar a nadie de esa familia ni de esa época. Era otro contexto. Se hacía lo que se podía. Eran víctimas de la posguerra». Un resorte se activó al momento y se puso a remover cielo y tierra para levantar sobre las tablas un cuento español entre el esperpento y el humor grotesco, Las hermanas de Manolete: «Historia de ficción basada en los personajes reales que rodearon la muerte del torero Manolete en 1947», presenta la actriz y autora del texto que visita el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa de Madrid (Colón) hasta el 30 de enero. Gabriel Olivares dirige una función que, como asegura el equipo, va mucho más allá de esas dos hermanas (interpretadas por la propia Montesquiu y por Alicia Cabrera).
De esta forma tiene cabida Lupe Sino (Ana Turpin), actriz y amante del torero a pesar de las diferencias: «En teoría, no podía estar con nadie que no fuera virgen y maravillosa, pero dijo que no. Se enfrentó a la dicotomía de lo que quería la madre y lo que él quiso hacer. Pese a ser un hombre en una sociedad machista como aquella, era bastante adelantado –explica Montesquiu–. Por ello terminó con Lupe, una mujer que había estado casada con uno de los mayores dirigentes de la República. Manolete la conoció en Chicote, se la presentó Pastora Imperio, y apostó por ella». Lástima que la muerte del diestro también terminara con la carrera de la intérprete, que se vio obligada a buscar suerte al otro lado del charco.
Por todo ese universo que va más allá del maestro, Olivares reconoce que la pieza bien se podía llamar Las mujeres de Manolete» o, simplemente, Las mujeres del franquismo por ser un retrato de la sociedad de esos años, «en la que las mujeres eran meros objetos que no debían sobresalir sin permiso». «No es que estuvieran en la sombra, sino que fueron invisibilizadas», continúa el director de esta negra historia «de ineptitudes y oscuridad» que lleva a la tragedia de varios seres: a un hombre considerado un dios, a un toro y a una actriz enamorada.
Con un toque cinematográfico y berlanguiano, el escenario presenta las dos Españas de los años 40. Por un lado, el «glamour» del propio Manolete, «debía ser como cuando llega Lady Gaga hoy, aparecía él y se caía el mundo», y de Lupe Sino; y, por otro, la pura supervivencia de las hermanas, unida a la de la matriarca de la familia, Angustias, responsable de apostarlo todo al talento de su niño durante sus inicios y de que el resto de vástagos se buscase la vida como buenamente pudieran.
Las hermanas de Manolete han supuesto un trabajo de investigación de un año para que Montesquiu escarbara en las mil y una leyendas sobre el torero. «Una forma de descubrir a Manolete por la puerta de atrás, aunque él no sea el protagonista», añade Olivares. Aun así, la autora no quiere «hacer de historiadora» y se ha limitado a «quitar las capas del mito para dar con la realidad» y con las vidas de las mujeres que le rodeaban. Se movían haciendo y deshaciendo una tela de araña a su alrededor. «Abordamos esta pequeña historia de amor, sangre y rabos de toro en clave de humor negro, como no podría ser de otro modo».
  • Dónde: Teatro Fernán Gómez, Madrid. Cuándo: hasta el 30 de enero. Cuánto: desde 15 euros.