Estreno

Fran Perea regresa a la casa de los líos

El artista publica disco conmemorativo por los 20 años de “Los Serrano” y prepara un nuevo desembarco teatral en Madrid con un Pinter, “Retorno al hogar”, en el Fernán Gómez

Fran Perea (dcha.), junto a Alfonso Lara, durante la representación de la obra que dirige Daniel Veronese
Fran Perea (dcha.), junto a Alfonso Lara, durante la representación de la obra que dirige Daniel VeroneseAlejandro L. Jambrina

La irreverencia y la provocación de Harold Pinter, como no podía ser de otra forma, también están en su Retorno al hogar, donde el autor inglés retrata con crudeza las contradicciones y las tensiones entre un padre viudo que vive con dos de sus hijos, ya adultos, y un hermano. Un panorama al que se sumará el mayor de su prole, en principio, el triunfador de la familia y quien llegará de la mano de su esposa en lo que será el episodio fundamental para que se desate una tempestad provocada por un ambiente asfixiante causado por la envidia y el desprecio mutuos entre todos los miembros de un clan familiar que no se trata con, digamos, demasiado cariño.

Daniel Veronese será el líder (adaptador y director) de un elenco que llega al Teatro Fernán Gómez con nombres como Miguel Rellán (Max, el padre) y Alfonso Lara, además de David Castillo, Juan Carlos Vellido, Silma López y unFran Perea que cree haber dado con la tecla que hace «universal» a la pieza: «Toca los grandes temas que nos preocupan», señala un artista que también acaba de lanzar un disco conmemorativo por el 20 aniversario de Los Serrano, aunque, sostiene, «en ese caso, todo era mucho más amigable. Aquí tenemos demasiados conflictos».

Para Perea, el hermano mediano de la función (Lenny), el error del primogénito está simplemente en «volver» al sitio del que se fue. Se encuentra con los mismos motivos que le obligaron a marcharse: «No es un lugar agradable para vivir», comenta el actor de esta «familia desestructurada» en la que prima «el egoísmo. En la convivencia lo menos adecuado es ir cada uno a lo suyo». Aboga el intérprete por una sociedad muy lejana a la de la familia que le ha tocado encarnar, pero también distanciada de la de las redes sociales de nuestro día a día: «Da la sensación de que se vive de cara a la galería, pero no con la galería. Representamos un texto escrito en 1965, pero resulta evidente su actualidad. El individualismo es innato. Desgraciadamente, nuestra condición gregaria no es lo que más prima en la mayoría de ocasiones».

Respecto a su personaje, Lenny –«muy diferente a mí», apunta–, Fran Perea asegura que es un tipo que se «ha buscado las habichuelas para tirar adelante, pero que ve peligrar de nuevo su espacio con la llegada de su hermano mayor. Siente que ha venido a quitarle el puesto». El resentimiento aparece entre ellos, entre esa especie de rey destronado y entre un hombre que regresa de EE UU después de comprobar que el sueño americano no es tan bonito como lo pintaban. En definitiva, continúa el actor, «es una obra molesta, mucho. Como dice Daniel Veronese, ataca directamente al sistema nervioso. Y ese es el teatro que me interesa, buscar los motivos por los que los personajes se comportan de una u otra forma... Incluso habiendo poco lugar para la esperanza».

Por su parte, el director habla de un juego hipnótico que «huye, sin dudarlo, de las convenciones y de la lógica para sumergirse en donde lo aparentemente incomprensible e inaceptable se transformará en moneda de uso corriente y en cotidianeidad. La infidelidad, el abuso y el proxenetismo nos son ofrecidos sin contemplaciones», cuenta Veronese de un maltrato emocional que «generará una desconcertante sensación de incomodidad».

«Uno más uno son veinte»

Asegura Perea que «no hay nada como el directo», que por eso le gusta pisar las tablas del teatro cuando se le permite, pero eso no le priva de proseguir con su carrera musical. Lo último, Uno más uno son veinte, el trabajo con el que, junto a Víctor Elías (que también fue su hermano en la ficción), quiere recordar las dos décadas de la serie Los Serrano: «Hemos pretendido unir dos generaciones de músicos, los de entonces, Álvaro Benito o La oreja de Van Gogh, con los de ahora, Ginebras y Ana Guerra, que crecieron con la serie».

  • Dónde: Teatro Fernán Gómez, Madrid. Cuándo: del 12 de enero al 5 de febrero. Cuánto: de 18 a 20 euros.