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Entrevista

Amanda Digón: "Estamos igual que en los años 30 y debemos evitar que la historia se repita"

La actriz protagoniza el regreso del musical 'Cabaret', una propuesta novedosa e inmersiva en el Teatro Albéniz, que ha transformado su patio de butacas para revivir un verdadero cabaret berlinés

Amanda Digón, en el centro, protagonista absoluta del 'Cabaret' del Teatro Albéniz
Amanda Digón, en el centro, protagonista absoluta del 'Cabaret' del Teatro AlbénizJulia Marangoni

Nacida en Barcelona, debutó en el West End de Londres en el musical de la vida de 'Dusty Springfield'. Tras protagonizar 'West Side Story' en el festival de ópera de Salzburgo bajo la dirección musical de Gustavo Dudamel, regresó a España en 2017 para hacer “Dirty Dancing” en el papel de “Baby” y “Viva Broaddway”. Ahora vuelve para ser la protagonista 'Cabaret'. Amanda Digón se mete en la piel de Sally Bowles, una joven cantante inglesa, actriz y bailarina en el Kit Kat Klub, con ganas de triunfar y comerse el mundo viviendo una vida al límite, pero detrás de esto se esconde una persona necesitada de amor. Sally mantiene una relación con el escritor estadounidense Cliff Bradshaw, que llega a la ciudad buscando inspiración para su novela.

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-¿Hacer Sally Bowles entraba en sus planes?

-Entraba en mis sueños y, aunque es una chica joven, es un personaje que necesita cierta madurez. Me alegro mucho de estar haciéndolo ahora y no hace 10 años, porque he experimentado cosas que me ayudan mucho con él. Ella tiene 20 años, pero ha vivido muy deprisa y seguramente ya le habían pasado muchas cosas que de otro modo no me habrían pasado a mí.

-Interpreta algo común entre ustedes, el sueño de ser artista y triunfar.

-Hay muchísimo de Sally en Amanda y al revés. Es una chica súper soñadora, cuya prioridad máxima es su carrera y eso es algo que tiene mucho que ver conmigo. Ser actriz y cantante es lo más importante y pretende que todo lo que hace en la vida la acerque a eso. Pero es una persona herida por un pasado, probablemente bastante complicado y, cual niño pequeño traumatizado, ha creado un mundo de fantasía a su alrededor en el que sobrevive y se esconde de la realidad, tanto es así que están llegando los nazis y ella insiste. “Me quedo en Berlín”, dice, aquí tengo mi carrera y voy a despuntar como actriz, aunque le adviertan que esto se va a poner muy feo.

Nacida en Barcelona, Digón debutó en el West End de Londres en el musical de la vida de 'Dusty Springfield'
Nacida en Barcelona, Digón debutó en el West End de Londres en el musical de la vida de 'Dusty Springfield'Fabian Morassut

-La forma de presentar el musical es novedosa, nunca lo habíamos visto así.

-Tan novedoso como complejo. Para mí es un reto porque no había hecho nada inmersivo, con la gente tan cerca, pero eso hace que se retroalimente la energía.Te das cuenta de que pisas y las personas reaccionan, oyes a la gente respirar, emocionarse, te ven sudar, llorar, si das un grito o si tienes un momento apasionado. Es algo que va más lejos de la proximidad física, emocionalmente también se produce algo muy bestia, porque es imposible no empaparte de lo que está sintiendo el otro.

-Pero están mucho más expuestos...

-Claro, y la teatralidad es diferente. Es curioso actuar con gente al lado que te está examinando totalmente, que ven hasta cuando parpadeas, pero hay que encontrar un equilibrio entre esta cercanía con algunas personas, sin olvidarnos de que seguimos siendo un anfiteatro y hay otras más lejanas que también tienen que verlo bien. Todo está muy integrado. Además, como Federico Bellone es un director que dirige muy desde la verdad, merece la pena verlo tan de cerca.

-A pesar de toda esta complejidad, es bastante respetuoso con el original.

-Así es, la historia se cuenta y quién venga a ver “Cabaret” lo va a ver. Lo que pasa es que esta propuesta se mete hasta el fondo de cada conflicto y cuando digo que Sally Bowles sale a cantar perjudicada, es que sale perjudicada. Le estamos dando una vuelta de tuerca en cuanto a remarcar la realidad para que las personas que están sentadas como si estuvieran en un cabaret de los años 30, puedan imaginarse que esa mujer que tiene delante cantando es auténtica, está ebria de verdad y sufriendo de verdad.

-¿Qué tiene este 'Cabaret' de diferente?

-Es muy distinto y muy espectacular. Para empezar, es como meterse dentro de la película o del mismísimo cabaret, el público nos ve desde dentro, está en el propio set, y eso ya es novedoso “per se” y ha necesitado transformar todo el teatro. Y luego que es una historia tan real, que te deja con la sensación de vivir una emoción fuerte, porque no hay que olvidar que narra algo histórico, sucesos vividos y contados en un libro por un escritor que retrató el panorama de los cabarets. Creo que en los tiempos que corren y todo lo que está pasando, está muy bien venir al teatro y salir tocado, porque el arte siempre ha estado para eso, para protestar, poner las cosas ante nuestros ojos y recordarnos lo que hemos sido y lo que desgraciadamente podríamos volver a ser. Eso, si no está pasando ya, por esto creo que es un momento muy bueno para traer este musical otra vez y revisarlo, las historias que se olvidan están condenadas a repetirse.

-¿El arte ayuda a evadirse de la realidad?

-Exactamente, y de hecho, este espectáculo se hace con ese lema: “Aquí la vida es maravillosa”, porque se pretende que todo el que entre aquí deje todo lo que lleve afuera para meterse de lleno en la historia. Cuando la realidad de la vida aprieta, el ser humano se busca escapatorias y el arte cumple una función muy especial en ese sentido, como una forma de evadirse de lo mundano, todo lo que pasa dentro es luz y “glamour”, pero fuera están los nazis llegando.

-¿El cabaret como metáfora de la vida?

-Cada uno tiene el suyo propio, por eso ella dice “yo amo mi cabaret”, para ella misma ya es una metáfora. Mi cabaret es esta vida imaginaria en la que yo soy una actriz de éxito y la canción, de hecho, dice “vive tu cabaret”. Todos tenemos un cabaret en el que escondernos o refugiarnos.

-¿Ve algún paralelismo entre aquel momento histórico y el actual?

-Para mí, estamos exactamente igual. Hay un paralelismo, claro, por eso es tan importante hacerlo ahora. En una escena del primer acto, el personaje de Fraulein Kost, una prostituta que lo único que quiere es ligarse a un general alemán para ascender socialmente, para complacerlo le habla de la fiesta de un judío, “que son los que tienen la pasta”, pero esa semillita que suelta sin malicia esta mujer ignorante -y ahí está lo peligroso-, acaba convirtiéndose en que van a buscarlo porque ella ha dicho algo a quien no debía. Y así creo que empezamos, esas semillitas se van plantando en la cabeza de la gente y de ahí nace el racismo, la homofobia y el odio. Queremos que la obra empape, porque el lema es: “Esto pasó”.