Roca Rey se encumbra y Morante se consagra en 2022
La temporada taurina recupera la normalidad con más número de festejos que en 2019
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Volvíamos a la normalidad de verdad. Las ferias regresaban al orden habitual de las cosas: las aglomeraciones. Sevilla recuperó su Feria de Abril y Pamplona los sanfermines tras dejar atrás tediosos años en los que la Fiesta se mantuvo en pie por la valentía de empresarios que, contra viento y marea, se reinventaron en circunstancias adversas, como fue el caso de José María Garzón con protocolos anti covid delirantes. La vuelta supo a gloria. La antesala, con mal tiempo, de la Feria de Fallas y Castellón hasta aterrizar en Sevilla, que empalmaba con la Feria de San Isidro. Lo que hizo que se celebrara más de mes y medio ininterrumpido de toros. Hubo mucho que dirimir ahí. Fue Madrid la gran apuesta de Alejandro Talavante, que regresaba a los ruedos, a pesar de que las cosas no le salieron bien ni en Las Ventas ni durante la temporada.
25 años alternativa
Historia hizo Morante de la Puebla, que decidió celebrar sus 25 años de alternativa saliéndose de su propio patrón y encaminó con éxito 100 paseíllos en este 2022. En ese diseño de temporada el diestro sevillano, como ya había perfilado en las anteriores, quiso apostar con diversos encastes y sorprendió a la afición. Con 45 hierros diferentes se anunció Morante en total, siendo Sevilla y Madrid las dos plazas en las que más veces se dejó ver, seis y cuatro paseíllos, respectivamente, y donde firmó algunas de sus tardes memorables en este año que, por motivos propios, lleva su nombre. Así lo fue aquella de Beneficencia, presidida por el Rey Felipe VI, en la que solo la espada privó a Morante de que el triunfo se visibilizara de otra manera, pero lo que ocurrió en el ruedo transitó por las emociones más profundas de la Tauromaquia. En Sevilla ocurriría por San Miguel, cuando la campaña española iba llegando al ocaso. Locura.
Roca Rey venía de haberse encumbrado en figura y haberse detenido después en la espesura de las cogidas y la discontinuidad de las temporadas. La rotundidad la firmó este año con una tarde que marcó un antes y un después: la de Málaga. Aquel día el diestro se consagró no solo por el camino de la valentía, que ya había conquistado, sino por el temple y la calidad y profundidad de su toreo, aquello que se cuestionaba más allá del valor de acero. Bilbao, por el mes de agosto y pocos días después, fue un festejo para la Historia. Inolvidable gesta de torero icónico que cruzó todas las líneas visibles e invisibles para los que pretenden convertirse en leyenda.
Ángel Téllez fue el torero revelación de la temporada. Madrid fue su plaza. Su trampolín. Vino de la nada mientras Rufo consolidaba lo que ya se hablaba. Daniel Luque firmó una temporada sólida, como también lo hizo Ginés Marín. O la gran sorpresa de Francisco de Manuel por Otoño en Madrid.
De los novilleros destacaron Isaac Fonseca, ya convertido en matador, Jorge Martínez, Diego García o Víctor Hernández, entre otros. En el capítulo ganadero la divisa de La Quinta protagonizó una destacada campaña, como es el caso del ganadero salmantino de Garcigrande, en el que volvieron a confiar las figuras. Un año importante no solo por la vuelta de las ferias, sino porque, además, se han celebrado más festejos que en 2019, en tiempos prepandémicos.
Las Ventas, a concurso y con cambios
La plaza de Las Ventas se enfrentó al concurso más estrambótico de la historia. Nunca antes Madrid afrontaba uno en mitad de temporada, nada más acabar San Isidro para ser exactos. Esta vez sí. Todo provocado por los estragos que trajo la pandemia. Plaza 1, UTE formada por Simón Casas y Rafael García Garrido, habían sido los gestores hasta la fecha. Se presentaron de nuevo y tras varios altos en el camino por parte de la CAM, se hicieron con la Monumental por los próximos cuatro años. Los gestores ya comunicaron cambios, como la reducción de festejos en San Isidro, que comenzará el próximo año el 10 de mayo y acabará el 4 de junio, con días de descanso entre medias.