Calerito, que cortó dos orejas, aprovechó una oportunidad de oro
Calerito cortó una oreja de cada toro de su lote convirtiéndose en el triunfador de la oportunidad para toreros sevillanos, en la que también puntuó Lama de Góngora. Ruiz Muñoz dio una demostración de incapacidad y falta de recursos
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El joven matador sevillano Juan Pedro García `Calerito' aprovechó de cabo a rabo la oportunidad que le brindó el lote más potable de la entipada corrida de Fermín Bohórquez en una tarde que estuvo marcada por sus ganas de ser y una entrega indeclinable que le llevaron a cortar una oreja de cada uno de sus enemigos. Salió a hombros por la puerta de cuadrillas.
Calerito había comenzado su notable actuación aprovechando las posibilidades del tercero, un toro que sin ser completo sí tuvo cosas buenas. Fue un trasteo, brindado al padre de Espartaco, que inició de rodillas y casi en los medios antes de dejarla puesta para torear en redondo. Al animal pudo faltarle un puntito de más en algún momento pero fue un buen colaborador que la firmeza de su matador hizo brillar en una labor rematada de un espadazo. Con esa oreja en el bolsillo iba a afrontar la lidia del sexto, un ejemplar que dio lo mejor de sí mismo por el pitón izquierdo, base de una faena dictada fundamentalmente al natural. El toro de Bohórquez ya había cantado algunas cualidades en la lidia y se desplazó en los sucesivos quites de su matador y el que le instrumentó Lama de Góngora por el palo de las chicuelinas. Pero lo mejor, muleta en mano, llegaría sobre esa mano izquierda, trazando excelentes muletazos con sentido de la escena en un trasteo bien ligado y estructurado al que le faltó mejor refrendo con el acero. No iba a importar. El público, que había conectado por completo con la labor del torero de Aznalcóllar, no cejó hasta conseguir que el palco sacara el pañuelo para convertirlo en el máximo triunfador del festejo.
Otra oreja iba a cortar Lama de Góngora del cuarto de la tarde, un animal de movilidad un punto engañosa con el que tardó en encontrar el acople en las primeras rondas de muletazos. Pero el diestro del Arenal -que se había marchado a portagayola hasta cuajar tres largas cambiadas- acabaría descubriendo la bondad intermitente del pitón izquierdo para dibujar un sobresaliente puñado de naturales que, unidos a la estocada, validaron el trofeo.
Antes había pasado demasiado tiempo con el primero, el toro de mayor presencia del envío de Bohórquez. Fue un animal más soso que noble, falto de alma, que nunca se empleó de verdad en los engaños. El segundo, que tampoco terminó de romper, demostró que Ruiz Muñoz, que busca el desmayo, no es torero de resolución. Lo que no se podía esperar es el indisimulado sainete y la absoluta falta de recursos con la que el sobrino nieto de Curro Romero afrontó la lidia del quinto de la tarde. En el primer tramo de la faena ya se había tirado sin disimulo al callejón antes de pasar las de Caín en una demostración de total incapacidad para estar delante del toro.
Domingo 7 de abril de 2024. Plaza de la Real Maestranza de Caballería, Sevilla. Segunda de abono. La plaza registró media entrada en tarde primaveral.
Se lidiaron seis toros de Fermín Bohórquez, bien presentados. El mejor lote estuvo compuesto por el tercero y sexto, dos ejemplares que sin ser completos tuvieron muchas cosas buenas. También se movió el cuarto, no siempre bien, que dio lo mejor por el pitón izquierdo. El primero estuvo falta de alma. No rompió el segundo y el quinto, bravucón, quedó inédito.
Lama de Góngora, de verde botella y oro, dos pinchazos, estocada, aviso (ovación); y estocada (oreja).
Ruiz Muñoz, de ágata y azabache, dos pinchazos, aviso y seis descabellos (palmas); y dos pinchazos, media estocada, aviso y cinco descabellos (silencio).
Juan Pedro García "Calerito", de sangre de toro y roro, entera (oreja); y atravesada, aviso y descabello (oreja).
Incidencias: Juan José Domínguez y Fernando García se desmonteraron tras banderillear al primero. "Calerito" salió a hombros por la puerta de caudrillas.