"La tutoría": el nieto de Ingmar Bergman bucea en las grietas del sistema educativo noruego
Halfdan Ullmann Tøndel, también nieto de Liv Ullmann, debuta en el largo a través de un interesantísimo e intrincado thriller psicológico con una agresión sexual entre niños como telón de fondo


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Cuando su cara se internacionalizó en los mentideros afectivos de la generación millennial gracias a esa Julie treintañera, errática, indecisa, caprichosa, tierna, falible y perdida de "La peor persona del mundo" (subrayamos el reconocimiento obtenido con la cinta de Joaquim Trier aunque en realidad debutara con la fantástica "Oslo, 31 de agosto", del mismo cineasta), Renate Reinsve sembró una semilla interpretativa de magnetismo fronterizo que ahora, en "La tutoría", consigue triplicar sin demasiado esfuerzo para ofrecer una actuación portentosa como madre de un niño de 6 años acusado por un compañero del colegio de agresión sexual. Se trata del último trabajo de la actriz noruega y del primero como director de Halfdan Ullmann Tøndel, heredero innato de la intimidad inquietante en términos estilísticos de su abuelo, el mitificado Bergman y de la belleza escandinava y paralizante de una leyenda viva del cine como su abuela, Liv Ullman.
"Después de que naciera mi hijo
entendí mejor la complejidad que implica luchar por los tuyos propios"Halfdan Ullmann Tøndel
entendí mejor la complejidad que implica luchar por los tuyos propios"Halfdan Ullmann Tøndel
En este bautismo cinematográfico galardonado con la Cámara de Oro en la última edición de Cannes, el debutante bucea con virtuosismo e ingenio en los oscuros y laberínticos surcos de la gestión de la mentira y el sentido de la verdad en la infancia al tiempo que profundiza en las grietas de un sistema educativo aparentemente perfecto como el noruego. Preguntado por la sobreprotección actual de los niños, Tøndel reconoce que, "sin duda, creo que cada vez somos más protectores con nuestros hijos y les quitamos responsabilidad para asumirla nosotros privándoles, de esa manera, de su individualidad y autonomía. Eso es un desarrollo ciertamente inquietante que tiene que ver con cómo estamos educando a los hijos. Me preocupa un poco de cara a las generaciones futuras".
Y añade sobre el valor complementario que su condición de padre le ha otorgado para la configuración de la historia: "Creo que si no fuera padre, esta película estaría abordada desde una perspectiva un poco diferente. Empecé a escribirla tres años antes de serlo, y ya tenía el borrador del guion, pero es cierto que después de que naciera mi hijo entendí mejor la complejidad que implica luchar por los tuyos, los límites que eres capaz de llegar a traspasar por defenderlos pase lo que pase. Para mí fue muy importante haber vivido la experiencia de la paternidad y también los sentimientos contradictorios que conlleva para poder reflejarlos también en la película".
Inocencia ambigua
Mecida y limitada por una estructura pretendidamente teatral y en ocasiones lindante con la performatividad de lo musical, en donde el escenario se reduce al colegio en el que citan a los padres de los implicados para tratar el delicadísimo asunto, la película pone de manifiesto la permeabilidad de los niños para introducirse en una suerte de limbo moral peligroso donde resulta muy difícil juzgar el detonante de sus decisiones o la gravedad de sus actos desde la sensatez reposada del mundo adulto: "En la sociedad actual los niños se enfrentan a un régimen de influencias muy grande con el acceso a internet. Pueden aprender cosas con mayor rapidez y en ese punto se vuelve complicado saber qué es verdad y qué no lo es. Me parece muy interesante que menciones ‘‘La caza’’ porque, además de que es una gran película y que me encanta Vintenberg, hay algo de ella en esta cinta, pero ahí estás muy seguro de que él es inocente".
"El problema de la sociedad noruega es que tenemos poca tolerancia a las divergencias"Halfdan Ullmann Tøndel
En cambio, añade, en "La tutoría" "me interesaba jugar con la mirada de la gente y hacerles sentir inseguros con respecto a la posible culpabilidad de Armand", apostilla el director. Pese al talento derramado y presenciado en casa, este joven de 34 años admite que "ni siquiera estaba seguro de querer ser cineasta". "He probado muchas áreas profesionales distintas y realmente me decidí a hacer películas de manera un poco accidental. Trabajé durante muchos años en un colegio y he visto cómo es el funcionamiento del sistema educativo noruego por dentro. Tenemos una gran base, pero todo está muy encorsetado: tanto si eres profesor como si eres padre, en el momento en el que te sales un poco de lo esperable o de lo establecido, se reducen las posibilidades de que dures mucho tiempo en el colegio. El problema de la sociedad noruega es que tenemos poca tolerancia a las divergencias, a lo diferente y eso nos convierte a veces en borregos, en ovejas, todos iguales. Quería criticar eso, la sensación constante de no poder ser un poco distintos", se despide cálido.