Fútbol

Grupo D

Eurocopa 2020: Inglaterra empieza a construir contra Croacia (1-0)

Un gol Sterling en la segunda parte confirmó la superioridad de Inglaterra contra Croacia

Mason Mount y Declan Rice, de rodillas en el Inglaterra-Croacia
Mason Mount y Declan Rice, de rodillas en el Inglaterra-CroaciaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Perdió Inglaterra la semifinal del Mundial contra Croacia y se tomó su pequeña venganza ganando el primer partido de la Eurocopa. Ganó porque fue mejor más minutos y tuvo algo más de profundidad cuando el choque estaba igualado. Tiene mimbres Southgate para para hacer un equipazo y eso se nota cuando uno de los jugadores que sale del banquillo es Rashford, pero al menos contra Croacia le faltó regularidad. Tuvo veinte minutos brillantes al comenzar el choque, en los que pudo noquear al rival y después, pese a no hacerlo, bajó el ritmo. Aún así le dio para ganar y sobre todo para no sufrir. Se defendió con orden y obligó al rival a jugar siempre por las bandas, sin ningún éxito. Lo importante del primer partido es sumar, más que dejar huella. Inglaterra venció y dejó la sensación de un conjunto con empaque. Croacia era el rival más duro de un grupo con Escocia y República Checa, así que ya tiene el rumbo bueno hacia la clasificación a la siguiente fase.

Puede alcanzar mejores notas el día que sea necesario. En su estreno, Mount, por ejemplo, fue brillante algunos ratos, pero desapareció otros muchos; Kane pasó por el choque de punitillas, y Foden empezó fuerte, pero se fue apagando. El que más interés le puso todo el rato fue Sterling, que quiere acabar con el mal sabor de boca que le ha dejado su final de temporada en el Manchester City. Marcó el gol que decidió el choque y fue el futbolista más vivo de los suyos. Sin embargo, lo más brillante no llegó de esa delantera llena de estrellas. Fue Kalvin Phillips quien hizo lo mejor del choque en la jugada del gol: rompió por el medio, donde nadie le esperaba y sorprendió a Croacia. La jugada la terminó Sterling.

El tanto llegó en la segunda mitad, cuando el partido estaba muy igualado y Croacia se había recuperado. El subcampeón del mundo no entra en ninguna de las apuestas acerca de los favoritos y esto tiene explicación: puede que le falte el entusiasmo del Mundial y puede, también, que le pesen los años. Modric apenas consiguió domar el juego y la presencia de Perisic fue escasa en el ataque. El que más llegó fue Gvardiol, un joven lateral que se ofuscaba cuanto más cerca estaba de la portería contraria.

Con Kovacic conduciendo la pelota porque es su seña de identidad, aunque sin aportar la claridad que se exige en ese puesto, Croacia se fue a las bandas para desde allí buscar hacer daño. Acababan las jugadas con pases rasos, conscientes de que por arriba los ingleses eran más fuertes. Tuvo un par de remates y rechaces que le fueron favorable, pero a la hora de la verdad, cuando recibió el gol y tuvo que buscar de verdad un tanto demostró más carencias que criterio. Su técnico buscó, con los cambios, una reacción que no llegó.

Fue Inglaterra quien mejor mantuvo el pulso del choque desde el principio hasta el final. Jugó a varios ritmos: muy fuerte nada más comenzar para buscar el tanto que dejase el partido resuelto (y lo tuvo Foden en un remate al palo) y después con más calma, sin presionar tan arriba, porque hacía calor en Wembley y era un suicidio jugar todo el choque a esa intensidad.

Se adaptó al ritmo del choque, como un equipo experto que confía en que la cosas le van a ir bien porque el fútbol, casi siempre, se inclina hacia los buenos. Lo mejor no fue la seriedad del partido, lo mejor fue la impresión que dejó: que con rodaje, tiene opciones de todo.