Alcaraz no puede con todo

En el vigésimo partido del curso llegó la segunda derrota para Alcaraz y el adiós al número uno que vuelve a ser propiedad de Novak Djokovic. La caída fue en la semifinal de Miami y el verdugo, Jannik Sinner. El italiano, después de tambalearse, terminó en pie (6-7, 6-4 y 6-2) tras más de tres horas subido a una montaña rusa. Los Alcaraz-Sinner han adquirido categoría de clásico. Seis duelos han bastado para señalar en rojo en el calendario cada vez que se midan y tiene pinta de que va a ser en muchas ocasiones y con los torneos muy, pero que muy avanzados. En el Hard Rock Stadium hubo de todo. Una bacanal de «highlights», un primer set imponente, problemas físicos de uno, problemas físicos del otro, alternativas... razones para pensar en una rivalidad de las buenas ahora que no ha hecho más que comenzar.

Igual que dos semanas antes Carlitos había sido superior en Indian Wells, los detalles esta vez estuvieron del lado de Sinner. Porque el murciano tuvo oportunidades de resolver el choque en el segundo set con un par de bolas de break en el octavo juego. Dejó escapar vivo al italiano igual que a Sinner se le escurrió un Alcaraz moribundo en el primer parcial. Los calambres de Jannick en el segundo los heredó Carlitos en el tercero, pero el español no lo puso como excusa. «No he ido al baño para parar el partido. Simplemente estaba bastante sudado, me tocaba cualquier parte de la ropa y me sudaban las manos. He ido a cambiarme. En una exigencia de partido tan alta, si te vas al baño durante cuatro minutos pues luego te cuesta arrancar. Al final eso es lo que me ha costado un poquito. Luego también ha habido muchos factores que quizá no he hecho muy bien. Pero después de un partido tan exigente, pues al final empiezan las molestias, te empiezas a acalambrar. Pero todo lo que puedo decir es que Jannik ha sido mejor que yo y esa es la realidad, no he perdido por las molestias del principio del tercer set ni por el cansancio del partido ante Fritz».

El rostro de Juan Carlos Ferrero estaba lejos del gesto relajado que mostró en anteriores jornadas. Sinner es un rival con una consistencia que cuesta encontrar más allá de la mejor versión de Djokovic o Rafa. Nada que ver con lo de Bagnis, Lajovic, Paul o Fritz. Ni un set cedido, ningún partido de más de 100 minutos en pista. Ver desconectado a Sinner es un imposible. Por eso en las pocas situaciones en las que se ve superado, aunque no lo transmita, hay que rematar la ejecución. Alcaraz no fue capaz de hacerlo. El servicio estuvo lejos de la fiabilidad exigible ante un rival de la talla de Sinner y el transalpino logró sobreponerse a los calambres que afectaron a la pierna izquierda. Un gesto de Carlitos a su palco indicando que se le habían terminado las barritas energéticas en el tramo final del segundo set fue el principio del fin. A Alcaraz se le juntó todo hasta que desde su palco se le hicieron llegar un par de botellas de poción mágica. Fue una desconexión muy cara. La cuesta arriba era ya demasiado pronunciada para remontar

Sinner resumió muy a las claras lo que supuso para él el partido: «Ha sido una de las mejores victorias de mi carrera». Al italiano le espera (19:00, Movistar +) Medvedev. En los cinco precedentes todo fueron victorias del ruso. La última, en la final de Róterdam.